7-UNA DISCULPA NADA SINCERA

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—Está delicioso mamá —sonrió Xiao Zhan tomando un poco del jugo de su vaso.

—Me alegra que te guste cariño, hace mucho que no preparaba nada para la cena. Aprovechando que tu padre llegó temprano de trabajar, decidí cocinar —respondió la señora Baoshan llevando a la mesa un plato con spaghetti.

—Es cierre de mes y tenemos que ver muchas cuentas —comentó el señor Xiao—. Ya en un par de semanas saldré de vacaciones y podremos irnos de viaje. ¿A dónde les gustaría?

—¿De viaje? —saltó el menor emocionado.

—Sí cariño, tu papá y yo queremos ir a otro país para disfrutar de un viaje en familia. ¿Qué te parece?

—Me encanta la idea, ¿Podríamos ir a Japón? Así podría vestirme como personaje anime —bromeó Xiao Zhan.

—¿Un qué? —pestañeó su padre sin comprender.

—Olvídalo, después te lo explico...

—Ahora que lo recuerdo, quería hablar contigo de algo hijo —dijo el señor Xiao— ¿A dónde fuiste ayer? Cuando estaba en el auto ví a un muchacho contigo, llevaba puesto el uniforme de tu escuela.

Xiao Zhan creyó por un instante que su corazón se detenía. Su respiración se dificultó y sus ojos se abrieron con miedo. ¿Y si su padre lo vio dandole un beso a Wang Yibo cuando estaban en la puerta?

—Es...es un amigo de la escuela... —murmuró.

—Que bueno que tengas más amigos, podrías invitarlo a él y a Yubin a la casa, siempre y cuando tengan cuidado con los sillones de tu madre, no coman nada en la sala —asintió su padre.

—Debiste haberlo hecho pasar, fue un lindo gesto de su parte acompañarte hasta la casa. ¿Vive cerca? —intervino su madre.

—No lo sé, nunca he ido a su casa.

—¿Y cómo se llama?

—Yibo, Wang Yibo. Es un año menor que yo, pero es más alto —respondió ya más tranquilo—. Tiene cabello castaño y ojos felinos, peor aunque por eso parezca frío en realidad es muy dulce y amable, aunque también algo travieso y molesto. A veces puede comportarse como un niño... —se detuvo al notar que empezaba a sonrojarse.

¿Qué era esa sensación que despertaba en su interior al pensar en Wang Yibo?

—Parece agradable... —añadió el señor Xiao— ¿Y qué tal le va en la escuela?

—Bien, tiene buenas notas y participa en varias actividades de deportes.

—¿Y su familia?

Tantas preguntas le hicieron reaccionar. Cuando les presentó a Yubin solo le preguntaron su nombre... ¿Por qué ese interés?

—No la conozco...pero los Wang son una familia importante y no están metidos en ningún escándalo.

—Que bueno —sonrió Baoshan—. Invítalo este fin de semana, prepararé algo especial.

—Claro...

¿Por qué se sentía como si estuviera presentándoles a su novio?

—Y... ¿Hace cuánto lo conoces? —cuestionó su padre.

—¿A quien? —a esas alturas, fingir demencia seguro funcionaría... ¿Verdad?

—A Wang Yibo, hijo.

—Hace dos años, pero no hablamos hasta hace poco más de un mes...

De pronto, el sonido del timbre de la casa le dió un respiro, y el azabache salió corriendo hacia la puerta para ver de quién se trataría. Sin embargo, su calma duro poco, cuando al ver quién era, sintió que se desmayaría.

UNA DULCE CONFUSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora