4-DUDAS

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—Realmente no puedo creer que nos dejaran tanta tarea, ese profesor es un dictador malvado —gruñó Yubin comiendo un trozo de pan—. Es más, ¿de qué podría servirme saber el valor de Pi? No es como si fuera a la tienda y le dijera al dueño: "Disculpe, ¿Podría darme un Pi de manzanas?"

El pelirrojo llevaba más de una hora hablando sobre la escuela y las prontas vacaciones, mientras disfrutaba de algunos bocadillos frente a la mesa, acompañado de su mejor amigo, quien parecía estar perdido en sus pensamientos ignorandolo por completo.

—Ahora que lo pienso, siempre nos dejan más tarea cuando salimos de vacaciones... ¿Será una tortura para recordar la escuela en todo momento? ¿Tú qué piensas?

—...

—¿Zhan?

—Está bien, lo que tú digas... —musitó aún sin verlo.

—¿Lo que yo diga? —alzó una ceja— ¿Me dejas copiar tu examen de mañana?

—Eso te costará —respondió con una mirada fría—¿Realmente querías aprovecharte de mi distracción?

—Olvida eso, ahora explícame que es lo que te tiene tan abrumado. No has probado bocado alguno ni tampoco hablado. Se suponía que estudiaríamos juntos después de ver una película. Soy tu mejor amigo, ¿no puedes decírmelo? —insistió Yubin.

—Está bien, pero promete que guardaras la calma —suspiró Xiao Zhan.

—Lo prometo.

—Bese a Wang Yibo —soltó sin dejar de ver su rostro en busca de una reacción.

—¡¿Qué tú qué?! ¿Pero cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Porqué?

—¡Cálmate! —gruñó el azabache dándole un almohadazo.

—No lo entiendo, ¿él te obligó? ¿Fué por ese asunto del cuaderno? Espera ... ¿Por qué te obligaría? ¿Le gustas? ¿Tú crees?

—Yibo no me obligó, fui yo quién lo beso de pronto... Tal vez te parezca extraño que me guste un chico, y sinceramente ni yo mismo entiendo por qué me siento atraído por él, aunque sé cómo va a terminar todo esto.

—La verdad, no tengo ningún problema con que te guste un chico... —habló Yubin en voz baja—. Sólo me sorprende que se trate de Wang Yibo. Nunca mostraste señales de que te llamara la atención o algo así...

—Cuando creyó que el cuaderno era mío, no se lo dijo a nadie... pero lo usa para molestarme. No sé que intenciones tendría, realmente es un muchacho raro —se levantó del sillón y comenzó a caminar nervioso—. Primero, saber que le gustaba a otro chico al menos lo hubiera puesto nervioso, o tendría su distancia conmigo. Segundo, ¿Por qué no se lo dijo a nadie más? Tercero, no deja que otros me molesten, pero el sí puede... ¡Y cuarto! ¡Ese idiota desvergonzado me tocó el tracero!

El pelirrojo soltó una carcajada en una extraña mezcla de burla y confusión. Sabía que Xiao Zhan era muy fresco para hablar y contaba cada detalle, pero a veces era demasiado, hasta para él.

—¿De qué te ríes? ¿No vez lo complicado del asunto?

—Muy bien, no te enojes conmigo... No soy el que te agarró el tracero —volvió a reír.

—¡Yubin!

—Zhan, enserio no te entiendo... Necesito que me expliques que rayos pasó para poder sacar conclusiones.

—Ya te lo dije, lo besé... ¿Quieres saber cómo? Pues...nos encontramos con Mianmian en el camino y lo lleve a un armario, y pues como no dejaba de hablar lo besé.

UNA DULCE CONFUSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora