EPÍLOGO

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Querida señora Kagome:

Ha pasado un tiempo desde mi última carta, perdone que tardara tanto en contestar. Las cosas por aquí han estado algo movidas últimamente, y siempre que me sentaba a empezar a escribir, algo me interrumpía.

Pero suficiente de eso. ¿Cómo está usted? ¿Y el señor Inuyasha? ¿Ya está alejando a todos los chicos de la aldea para que no se acerquen a Haruhi? Parecía estar a punto de hacerlo la última vez que lo vi.

Como sabrá, hoy es el cumpleaños de Masshiro. ¿Puede creer que ya pasaron diez años? Yo no. Aún lo veo como ese bebé pequeño y rosado al que le salieron los dientes demasiado rápido y me enteré de la peor manera. Qué buenos tiempos, ¿verdad? Me acaba de pasar los hombros, creo que será más alto que su padre cuando termine de crecer. E igual de guapo que él, también.

Hinata también está bastante bien, no deja en paz al pobre señor Jaken y es casi imposible atraparla por lo rápida que es. Creo que su hermano le ha enseñado algunas técnicas elusivas, y vaya que le resultan bien. Es muy inteligente para tener sólo cuatro años.

El señor Sesshomaru también se encuentra bien. Acaba de regresar de un largo viaje, y los niños fueron a recibirle muy animados. Tenían sin verlo tres meses completos, y me alegro que haya vuelto ya. Encuentra enemigos más fácilmente ahora, y sé que no me lo quiere decir, pero creo que tenemos algo que ver en eso. Al señor Jaken se le escapó que somos un blanco fácil, y el señor Sesshomaru debe salir a pelear para que nadie se levante en su contra y venga a atacarnos.

Me preocupa mucho esto, pero en realidad no hay nada que pueda hacer más que estarle agradecida y dar todo de mí por él y los niños. Sin embargo sé que estaremos bien, confío en él.

¡Casi se me olvida! La razón por la que le estoy escribiendo es para anunciarle que Daisuke está aquí. Se está escapando mucho, por lo que veo, y me pidió que no dijera nada, pero no quiero que usted o el señor Inuyasha se preocupen. Su prioridad es que no lo regresen a casa.

¿Pasó algo? Espero que no haya peleado con el señor Inuyasha, aunque si me pregunta a mí... creo que tiene otro motivo para venir además de para estar con Masshiro. Pasa mucho tiempo con Nagisa, ¿sabe? Ella me comentó que adora a Daisuke, así que no me extraña que esa sea la razón de tantas visitas.

Pero ni se lo comente cuando regrese. Es muy penoso cuando apenas menciono el tema.

En cualquier caso es un placer tenerlo aquí y no causa ningún inconveniente. No sé si planee tomar el mismo viaje de cacería que los demás chicos, les mantendré informados.

Espero que Keitaro y Haruhi se encuentren bien, al igual que la familia de la señora Sango y el monje Miroku. Deles mis saludos, por favor. Creo que podremos hacerles una visita en verano, a los niños les gustó mucho la aldea aunque el señor Sesshomaru no estuviera muy contento con la idea.

Tengo que despedirme ya, los escucho entrenar con la espada desde aquí, será mejor que detenga a Masshiro para que su padre pueda descansar un poco. Tiene tanta energía y ganas de pelear que a veces es algo imprudente y demandante. Pero sé que es porque admira mucho a su padre y sólo quiere aprender de él.

Un abrazo enorme, señora Kagome, para usted, el señor Inuyasha, los niños y todos en la aldea. Los extraño todos los días y espero poder verlos pronto.

Afectuosamente,
Rin.

Enrolló la carta después de dejar que la tinta se secara y la ató con un fino lazo amarillo. En su camino a la estación de mensajería, que quedaba poco después del patio en el que su familia estaba instalado, se encontró con Nitori recargada en una columna, viendo hacia el exterior con una sonrisa reprimida.

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