Rin salió de la gran tina profiriendo un sonoro suspiro de satisfacción. Si tan solo el futón estuviera ahí mismo en el baño ni dudaría en acostarse en el inmediatamente. Pero no, debía resistir un poco más, secarse y vestirse para irse a dormir. No sabía si era por la grandísima cantidad de calma en la que había estado sumergida desde hacía semanas, pero últimamente se sentía irremediablemente vaga y somnolienta. O tal vez sólo estaba satisfecha y disfrutaba de la paz interior que sentía.
Los invitados del sur se habían marchado apenas dos días después de su llegada, y desde entonces el castillo siempre estaba en silencio. En otros tiempos se habría extrañado enormemente, pues ella misma era una persona un tanto bulliciosa y demasiado parlanchina, el silencio era algo que le desagradaba desde pequeña. Pero no en esa circunstancia. Ésta vez sentía que era lo adecuado dada su situación.
Aunque eso no significaba que extrañara algunas cosas que había tenido que dejar atrás. Como lo era jugar con los niños y poder correr y moverse a sus anchas sin que nadie la regañara. Conversar y descansar no era realmente entretenido si consideraba todo lo que podía hacer antes.
—No importa. Tú lo vales —dijo en voz baja al darle unos golpecitos con los dedos a su abdomen. Ya estaba saliendo del quinto mes y cada día estaba un poco más hinchado. Sólo era cuestión de tiempo para que le costara moverse de verdad por el peso y el tamaño de su barriga—. Jugarás con ellos y te divertirás muchísimo, ya verás. Todos esperan conocerte, yo más que nadie. Sólo... sólo hazme saber que te encuentras bien. Estás muy tranquilo, se supone que des volteretas y todo eso, ¿no? ¿O será que siempre estás descansando?
Posó ambas palmas en su estómago y lo frotó como si intentara confortarlo con delicadeza. Estaba seriamente preocupada de no haber percibido ningún movimiento aún, pero intentaba no entrar en pánico al imaginar que estaba enfermo o muerto. No, él debía estar bien, crecía y simplemente sentía que estaba ahí, vivo.
Si tan sólo fuera un poco más activo podría dejar de angustiarse.
La costumbre de hablarle había ido incrementando desde hacía algunas cuantas semanas, y siempre lo hacía siempre y cuando nadie pudiera oírla. Sabía que era ilógico porque se trataba de algo natural, pero aún así se sentía ligeramente tonta si alguien la descubría hablando con su vientre. Quizás el único que la había pillado en alguna ocasión había sido Sesshomaru, quien afortunadamente no hizo ningún comentario.
Vistió el mullido kimono para dormir amarrando las delgadas tiras en la cintura. Ya empezaba a dejar de utilizar obis y los sustituía con cintas laterales en kimonos más anchos o simples cinturones finos flojamente atados.
Su situación con el demonio era realmente peculiar y en el buen sentido. Al fin, después de mucho tiempo de dudas aparatosas, podía decir que tenía una verdadera relación con él. Y con eso quería decir relación en todo el correcto uso de la palabra. Y era tan, pero tan raro saberlo que a veces tenía que detenerse a pensar un momento para volver a convencerse a sí misma.
—Así que... ¿su esposa? —le había dicho justamente cuando la estrambótica caravana del sur se marchaba a la distancia. Rin había ido a despedirlos algo entristecida de su pronta partida pues los encontraba sumamente entretenidos. A diferencia de él, claro, que no veía la hora para verlos lo más lejos posible de sus tierras.
—¿Qué pasa con eso? —cuestionó Sesshomaru impasible.
Rin miró inocentemente hacia otro lado para ocultar el ligero espasmo que le había provocado con su sola reacción. Sabía que era una tontería hablar de ello, pero su curiosidad la superaba, incluso si se trataba de intentar conversarlo con una persona tan silenciosa como él.

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Field of Fireflies
FanficSessRin - Rin ha hecho algo muy estúpido, y desafortunadamente Sesshomaru la atrapa con las manos en la masa. Pero el castigo que tiene pensado para ella no es para nada lo que Rin imaginó. Romance / Drama / Ligero contenido R18 Historia subida en f...