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A pesar de haber discutido con su madre la noche anterior, la charla con su padre previa a su intercambio de palabas, logrando que el desayuno en aquella mesa fuera diferente aquella mañana, el ambiente era alegre y divertido, Alexandra sentía como si estuviera viviendo un sueño.

- ¡No... no, no! – exclama Rebe riéndose a carcajadas

- ¿Pero que tiene? – Patrick pregunta confundido bebiendo una vez más de su café

Alexandra estalla en carcajadas, siguiendo a sus tías Mencía y Rebeka, ya que ella sabía de la pequeña broma que las mayores le habían jugado a Patrick.

- Que es la leche de mi hijo – responde Mencía quitándose las lágrimas de risa

- ¡Que asco! – Patrick se aleja el café de los labios y sin poder evitarlo ríe junto a sus hermanas y demás presentes

Las risas se ven opacadas al escuchar el llanto del pequeño bebé, quien había estado tranquilo en el moisés al lado de sus madres.

- ¿Puedo cargarlo? – pregunta Alexandra dejando medios sorprendidos a los presentes ya que ella era la única que solo había admirado al nuevo integrante de la familia desde la distancia

- Claro que si cari – responde Mencía besando la cabeza de su bebé para luego dejarlo cuidadosamente en los brazos de su sobria

Samuel miraba la escena desde la distancia, amaba a ese pequeño, nunca en la vida se hubiera imaginado ver a Rebeka embarazada y al igual que Rebe lo había apoyado en cada faceta de "padre soltero" él había estado para ella guardándole en más grandes de los secretos en el camino.

- Que monos – dice Ari hacia su hija y sobrino

- ¿Recuerdas a Alexa a esa edad? – pregunta Patrick hacia Samuel - ¡era el bebé más lindo de todos!

- Ya... ya – Alexandra mira a su primo

Era un bebé muy lindo, sus ojos negros no dejaban los de ella, su cabello era negro y espeso, podía ver algunos rizos formándose en su pequeña cabecita, se inclinó hacía él y respiró el aroma más embriagante del mundo.

Rebe le tomó una fotografía rápida al precioso momento, ella más que nadie amaba a Alexandra como si fuera su propia hija, y sería así por siempre.

- Alexandra tienes colegio – Samuel la saca de su ensoñación – y yo ya voy tarde a la oficina...

- Bien – la rubia deja nuevamente al bebé en el moisés y le da un pequeño beso en la frente – iré por mi mochila

Ari se acerca a la puerta y se queda mirando a Samuel quien esperaba a su hija, la noche anterior había sido muy especial para ambos y si bien el pasado seguía doliendo en el presente, ya dolía un poco menos.

- ¿Qué tal una cena? - pregunta Ari algo temerosa, cosa que nunca había visto Samuel – solo los tres...

- Y un almuerzo – propone Samuel sonriendo sinceramente – solo los dos... anoche nos faltaron horas para seguir hablando

- Pienso igual – concuerda Ari hacia lo ultimo - ¿te parece almorzar hoy?

- Te estaré esperando – Samuel toma su maletín del suelo – a las dos ¿te parece bien?

- Seré puntual – Ari sonríe de vuelta

Alexandra había presenciado todo aquello al bajar las escaleras de la mansión, sentía algo extraño en su estómago, sus padres se sonreían de manera amigable, he incluso cómplice y eso a ella no le gustaba para nada.

- Ya estoy lista – dice Alexandra interrumpiendo a propósito el momento entre sus padres justo cuando ellos se habían acercado

- Bien – Samuel le sonríe a su hija y Ari la mira apenada – te espero en el auto cariño – Samuel sale por la puerta seguido de su hija hasta que ambos escuchan la voz de Ariadna pronunciar el nombre de Alexandra

El amor que no tuvimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora