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Carla respiró profundamente intentando calmar sus latidos, sentía como las manos le temblaban ligeramente al igual que sus piernas, frente a ella se encontraba el imponente edificio "García and company for justice" Carla sintió como sus ojos se cristalizaban por la luz del sol al levantar el rostro y sintió una nueva puñalada en el pecho, Samuel había cumplido sus sueños, tenía su propio bufete y con ello su propio edificio y aquello era algo que Carla sabía que si se hubiera quedado o hubiese ido hasta su casa el año después de haberse marchado, todo aquello solo seguiría siendo un sueño para Samuel.

Carla vuelve a respirar y su cuerpo actúa antes de que su mente la vuelva a convertir en una cobarde y camina decidida hacia la entrada de aquel imponente edificio de cristal.

- ¿Puedo ayudarla? - pregunta amablemente una chica de no más de veinticinco años detrás del mostrador del lobby

- Tengo una cita con el abogado Samuel García - responde Carla lo más tranquila que puede

- Claro ¿Podría decirme su nombre para...

- Carla - la voz de Samuel a sus espaldas hace que la mencionada deje de mirar a la recepcionista y se encuentra con aquella hermosa sonrisa y aquellos ojos marrones que vivían en sus recuerdos

- Samuel - Carla no puede evitar decir su nombre como si de una caricia se tratase

- Has llegado antes - dice Samuel sonriendo hacia ella

Carla recibe gustosa los dos besos de Samuel en sus mejillas y de manera discreta inhala el olor de su perfume, era el mismo que había usado la otra noche, el mismo que sintió la última vez que hicieron el amor.

- ¿He llegado muy temprano? - pregunta Carla algo preocupada al mirar la hora

- Para nada - Samuel vuelve a sonreírle - ¿vamos a almorzar? - pregunta ofreciéndole su brazo a Carla cual caballero andante

- Claro - responde la marquesa entrelazando su brazo con el de él

- Clara dile a Amanda que cancele mis citas de hoy por favor - dice Samuel antes de caminar junto a Carla hacia la puerta giratoria

- Si señor - responde la chica detrás del mostrador - que pase buena tarde

- Gracias - responde Samuel para luego volver a enfocar toda su atención hacia Carla quien lo miraba de reojo ya que no podía dejar de observar como aquella joven se sonrojaba ante la mirada de Samuel

Sin decir más, ambos salen por la puerta giratoria y caminan juntos hacia el alborotado ruido de la ciudad. Samuel había bajado de su oficina para despedirse de un cliente importarte, ya que la reunión de aquella mañana se había extendido para ambos hombres y Samuel sentía que necesitaba estirar las piernas, sin embargo no se esperaba ver a Carla tan prontamente apoyada en la mesa de recepción vistiendo un conjunto negro de dos piezas, a pesar de que el domingo en la mañana había prometido volver a verse para almorzar, Samuel había preferido no hacerse ilusiones con la marquesa, ya que en el fondo pensaba que Carla volvería a tomar un nuevo avión con rumbo desconocido y desaparecería de su vida como ya lo había hecho, sin embargo estar con ella nuevamente era como si su mente volviese a traicionarlo y estuviese alucinando.

Caminaron bajo la luz del sol hacia un restaurante japonés en donde según Samuel servían el mejor sushi del mundo, Carla lo había escuchado completamente atenta a todo lo que él tenía que decir con respecto al restaurante, solo por el hecho de que no se había dado cuenta de lo mucho que había extrañado su voz a lo largo de los años.

- ¿Y qué me dice señor García? - pregunta Carla imitando ligeramente a la chica de recepción ya que Samuel al fin se había atrevido a probar la salsa agridulce al untar una de las piezas de sushi en la agradable salsa

El amor que no tuvimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora