20

224 25 26
                                    

- ¿Estás segura de esto? - le pregunta Samuel a Rebe mirándola con profunda inquietud

Rebe suspira, la verdad era que ni siquiera ella sabía lo que estaba a punto de hacer, solo sabía que había dejado de escuchar a su cabeza y se estaba guiando únicamente por los latidos de su corazón.

- ¿Y tú estás seguro de querer escaparte con la marquesa? - contraataca Rebe mirando fijamente a su amigo - ¿Al menos ya le has dicho...

- No - Samuel la interrumpe y suspira - no quiero que lo sepa

- ¿Y si te pasa algo estando con ella? - Rebe lo regaña como si fuera un niño pequeño

- No me va a pasar nada Rebeka, he ido con mi doctor de cabecera, él me dio luz verde para viajar... hace meses que no tengo un "ataque" o una baja de presión...

- Samuel... - Rebe rueda los ojos

- Rebeka... - Samuel imita su acción y ambos se sonríen

- No has respondido a mi pregunta - Samuel se acomoda en el asiento del coche

- La verdad es que no tengo ni puta idea de lo que estoy haciendo Samuel - responde Rebe soltando el aire que tenía adentro - dejé a mi hijo y a mi esposa en casa mientras yo... me voy con mi amante

- No olvidemos que Valerio es...

- Es el padre de mi hijo - Rebe se cubre el rostro con las manos y se limpia una lagrima - al final he terminado siendo igual o peor que mi madre

- Venga Rebe.... - Samuel le quita las manos del rostro - yo tampoco he sido el mejor padre... he dejado a Alexa ir a un viaje de chicas con sus amigas solo para poder escaparme tranquilamente con Carla ¿Qué clase de padre hace eso?

- Supongo que ninguno es perfecto - Rebe sonríe amargamente

- Nunca lo hemos sido - Samuel le sonríe de la misma manera

Rebe abraza fuertemente a Samuel, su amigo sabía toda su verdad, la paternidad de su hijo era algo que le pesaba día a día, cada vez más, cada vez que miraba a Mencía, cada vez que miraba a su pequeño de bucles negros y mejillas rojas, cada vez que se perdía en los besos de Valerio, pero era un secreto que se había prometido llevar a la tumba.

Los amigos se miran una vez más y se despiden, bajan del auto y ambos camina rumbo a las diferentes pistas de aterrizaje en donde abordarían sus respectivos aviones.

Valerio esperaba a Rebeka al pie del avión, recibiéndola con un fogoso beso que la hizo olvidarse de todos sus problemas y Carla esperaba a Samuel dentro del avión con las copas de champán listas para ser servidas.

- ¿Lista? - pregunta Samuel a Carla una vez que se hubo sentado a su lado en el cómodo sillón del avión

- Si - Carla le sonríe - estoy muy emocionada - confiesa feliz, sintiendo aquellas mariposas revolotear su estómago como hace años no se sucedía, sintiéndose una vez más como aquella adolescente frente a la mirada de aquel chico de ojos marrones

- Entonces ya somos dos - Samuel entrelaza sus dedos en los de ella - y supongo que no me dirás a dónde vamos

- Supones bien - Carla acaricia sus nudillos con su pulgar - quiero sorprenderte - dice acercándose a Samuel inclinados ligeramente en su asiento para besar lentamente los labios del hombre junto a ella

- Creo que esta será la primera vez que no me quejaré por una sorpresa - dice Samuel sonriendo a Carla, su adorada chica de ojos verdes

Carla se pierde en Samuel, en su sonrisa, su cabello y sus ojos marrones, sentía tanta felicidad en su interior que casi podía eclipsar la culpa que sentía al estar junto a él, culpa por sus secretos, por lo que compartieron en el pasado y por lo que seguían compartiendo bajo la completa ignorancia de Samuel, pero por sobre todo sentimiento, el miedo era una de las constantes emociones que albergaban su mente y su cuerpo, miedo de volver a perder a Samuel, de perder a Gabriel, de volver a perder aquella felicidad y amor que creyó no volver a encontrar junto a Samuel.

El amor que no tuvimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora