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Los tacones de Ariadna se hicieron presentes causando un eco casi estruendoso en los abandonados pasillos de las Encinas, estaba de camino para recoger a Alexandra cuando atendió la llamada de su padre acusando a su hija de haber golpeado a un estudiante a tal punto de desviar el tabique de la nariz de la "victima".

Ariadna estaba furiosa, no podía permitir ese comportamiento en Alexandra, sin duda Samuel podría ser un poco más indulgente y flexible en cuanto a la situación, pero ella no, simplemente no podía pasar esto por alto.

A lo lejos vio como Alexa se paseaba de un lado hacia el otro completamente nerviosa acompañada de Gabriel.

Alexandra por su lado, no había dejado de darle vueltas al asunto, no se arrepentía de haber lastimado a Agustín, aquella no era la primera vez que se sentía acosada u ofendida con sus acciones hacia ella, Alexandra simplemente se había defendido de la manera en que su tía Rebe le había enseñado, lo que realmente le preocupaba era como iba a reaccionar su padre o en este caso Ariadna quien la miraba con profundo enfado, y si bien no le temía a su reacción, temía lo que podría desencadenar en su casa con toda su familia presente.

- Entra - dice Ariadna abriendo la oficina de su padre, en donde se encontraba Agustín acompañado por sus padres

Alexandra mira fugazmente a Gabriel antes de entrar a la oficina de Benjamín y rápidamente se sienta en una de las sillas desocupadas en frente del escritorio de su abuelo, deja sus manos extendidas sobre su falda y Ari reprime el jadeo de sorpresa al ver los nudillos rojos de la mano derecha de su hija.

- Bien - Benjamín rompe el silencio - ¿quieren explicar todo lo que pasó?

- No hay nada que explicar - interrumpe la madre de Agustín - su nieta ha quebrado la nariz de mi hijo - dice casi de manera histérica - y lo mínimo que pedimos es que no actúe como abuelo sino como director del centro

Alexa rueda los ojos, porque su abuelo nunca había actuado como tal con ella, mucho menos cuando no pudo quedarse con su custodia años anteriores.

Benjamín suspira, había llegado a la escena justo a tiempo para que el enfermero de turno atendiera a Agustín, y si bien el chico no se había roto ningún hueso de la nariz, Alexandra si había logrado desviar su tabique.

- No os preocupéis por eso - interrumpe Alexa - él nunca ha actuado como un abuelo - dice casi sonriente

- Queremos una disculpa - dice el padre de Agustín dejando de lado lo que Alexa había dicho sobre el director de las Encinas - y que sea suspendida mínimo tres días del centro

- Supongo que la disculpa es algo que Alexandra debe de hacer... y no os preocupéis por lo otro, aquí en las encinas no toleramos ningún acto de violencia - responde Benjamín entrelazando sus dedos por encima del escritorio

Alexandra y Ariadna miran a Agustín, quién aún yacía con la camisa manchada de sangre gracias al golpe y su mentón estaba cubriéndose lentamente con una mancha morada, el chico parecía completamente a gusto con la situación, se podría decir que incluso le daba algo de risa por ver a Alexa sometida a una disculpa forzada.

Ariadna ya había visto esa mirada antes y su cuerpo se estremeció por completo, era como si Armando estuviera frente a ella justo antes de golpearla hasta la inconciencia, y en un acto de protección dejando todo enfado de lado posó su mano en el hombro de su hija.

- Antes de una disculpa o lo que sea que estés pensando en hacer - dice Ariadna mirando a su padre - Alexandra tiene derecho a expresar que fue lo que pasó realmente, porque de seguro todo esto tiene un porqué y quiero oírlo

Alexandra se estremece en su silla, aquello no se lo esperaba, levantó la vista y se encontró con la postura tensa y la mirada perdida de su madre, era como si realmente quisiera ayudarla a salir de todo este enredo.

El amor que no tuvimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora