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Maratón 1/3

*Tres meses después*

Los vestigios de la noche anterior les habían pasado factura, Carla y Samuel habían pasado la noche enredados entre las sábanas, intentando recuperar el tiempo perdido entre besos y gemidos.

El amanecer ya calaba entre las ventanas y Carla posa sus dedos en los rizos de Samuel, su cabello ya iba un poco más largo de lo normal que la última vez que habían compartido una noche juntos, en aquel viaje a Malta en dónde Samuel le había pedido ser su novia de manera oficial y pese a que aún no conocían a los hijos del otro, ellos estaban viviendo aquel sueño adolescente que no habían valorado de jóvenes.

Samuel sonríe y se arrima al cuerpo de Carla, escalando por el costado de su cuerpo hasta llegar a su cuello y besarla detrás de la oreja.

- No puedo creer que ya es lunes - murmura Carla mirando hacia la ventana

- No me lo recuerdes - se queja Samuel escondiendo su rostro en el hueco del cuello y hombro de Carla agarrando con sus dientes el lóbulo de su oreja - tengo una reunión en dos horas

- ¿No podemos quedarnos en la cama? - ahora es Carla la que se queja y se da vuelta entre los brazos de Samuel para mirarlo a los ojos - por favor....

- Podríamos... pero ¿no tenías una fiesta en las bodegas la cual supervisar? - pregunta Samuel apartando los mechones de cabello rubio de Carla de su frente

- Si... - Carla suspira, de repente los nervios habían vuelta a su estómago, cómo una estampida de elefantes

- Estoy ansioso por conocer a tu hijo... y que tú conozcas a mi hija - dice Samuel besando la frente de Carla

- Y yo... - Carla esconde su rostro en el cuello de Samuel para que no viera que en realidad estaba muriendo de miedo

Se quedaron unos minutos más en la cama, en silencio, solo acariciando la piel desnuda del otro hasta que la alarma de Samuel sonó y ambos se vieron obligados a salir de su burbuja, Samuel fue directamente a la ducha y Carla fue directamente hacia la cocina para preparar el desayuno de ambos.

Si tan solo le pudiera decir a la Carla de su pasado que hoy después de dieciocho años estaría en el mismo departamento del cual huyó una noche en medio de la madrugada, preparando el desayuno para Samuel antes de que este se fuera a su empresa, sin duda alguna tendría un ataque de risa cínica.

Las manos de Carla se movían de manera mecánica preparando el desayuno, tortitas con sirope, café, fruta con yogurt natural y jugo de naranja, sin embargo su mente se encontraba sometida en sus pensamientos, había decidido que debía de decirle a Samuel respecto a su paternidad con Gabriel y por alguna razón sabía que Samuel lograría entender todo aquel embrollo, le había contado que había vuelto por él justo cuando lo vio apunto de formar una familia con alguien más, pero con el que debía de tener un poco más de anestesia aquella noche sería con su hijo, pues sabía que Gabriel había heredado de ella el aislarse de los demás cuando un problema se presentaba dañándose a sí mismo en el proceso.

- Si sigues pensando así te saldrá humo de la cabeza - Samuel llega hasta ella y la abraza por la espalda justo cuando Carla estaba sirviendo las tazas de café

- Es por esta noche... estoy bien - responde Carla quitándole importancia y entregándole su taza - ya se me pasará cuanto coma algo

- Entonces a desayunar, que a mi chica le ha quedado increíble este desayuno de bufete - dice Samuel palmeando juguetonamente una nalga de Carla

Carla ríe negando con la cabeza, Samuel la hacía sentir tan joven, se sentó en las piernas de Samuel y comieron juntos entre risas, caricias cariñosas y juguetonas, Carla ríe a todo pulmón al ver la comisura del labio de Samuel manchada con sirope y lentamente se inclina a lamerlo con su lengua.

El amor que no tuvimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora