Te quiero, no importa lo que diga el resto.
Te quiero a ti porqué me enseñas a no rendirme.
Prohibido plagiar, no copies. Aprende a crear a imaginar, no copies lo que otros escriben. Se tu mismo.
-Marcos- lo llama Fabio- que haremos ahora, tenemos que ir a la escuela en septiembre y no creo que podamos regresar a casa.
Baja su mirada hasta el suelo y una lágrima escapaba de sus hermosos ojos color cielo.
Me levanto lo más rápido que puedo y lo encierro en mis brazos, no quiero verlo llorar, me parte el corazón.
-precioso no pienses en eso ahora, aún falta mucho para septiembre.
Me mira y sus ojos están rojos, de lo que contiene las lágrimas, lo abrazó más fuerte y él se desmorona, Raquel se acerca y nos abraza ella también está conteniendo sus lágrimas, Marcos solo nos mira desde el sofá, su mirada me da miedo, está muy enojado.
-Fabio ti prego non piangere.
-non so come devo sentirmi, non so cosa pensare mi sento perso.
Marcos se acerca a nosotros y nos junta más en sus brazos.
-Vamos a salir un momento sí.
Asiento hacia él y me levanto, tomo la mano de Fabio y la de Raquel nos dirigimos hasta la puerta que Marcos tiene abierta para nosotros, caminamos hasta el ascensor.
La piscina del hotel es bien grande, todo está muy bonito, pero la mirada de mis pequeños, si ellos son mis pequeños sé que Victoria estará muy contenta de que yo ayude a Marcos a cuidarlos.
Me siento en una de las sillas y los niños se acercan a la piscina, se sientan en el borde y conversan entre ellos, si entrar o no al agua.
Veo a Marcos hablar con uno de los empleados del hotel y no parece muy sociable, creo que gritó, porque los niños se giran para ver qué está pasando.
-tranquilos, no se muevan, voy a ver qué sucede.
Camino hasta Marcos veo sus hombros que están súper tensos, pongo mi mano en medio de su ancha espalda. ¿Se tensa, porque estará tan enojado?
-te dije que nadie tenía porque saber que estamos aquí, ¿eres sordo acaso? ¡¡¡Acaso la seguridad en este hotel no es bien pagada!!!
-Marcos por favor no grites, los niños están asustados- le digo mientras toco su espalda.
Se gira por un momento hacia mí y luego se gira hacia el empleado del hotel que tiene una cara que parece que se va a desmayar.
-desaparece de mi vista.
-Sí señor.
Me pongo delante de Marcos y él me abraza, apoyo mi frente en su pecho.
-¿Marcos qué pasa porque le gritabas a ese pobre chico?
-No importa, solo abrázame.
Y es lo que hago, perderme entre los brazos de Marcos. De lejos se escucha la risa de Raquel y Fabio, Marcos y yo deshacemos nuestro abrazo para voltear y ver a los niños jugar en la piscina.
-Lorena no quiero que te alejes de mí, no quiero que me dejes solo- toma mi mano y se acerca a la escalera de la piscina y nos sentamos- yo no podría cuidarlos solos, son mucha responsabilidad yo los adoro pero hay veces que cuando he pasado un día entero con ellos me vuelvo loco, no te rías es en serio.
No puedo dejar de reír, un hombre alto y fortachón tiene miedo de dos pequeños niños hermosos.
-Lo siento es que me parece muy gracioso.
-Me gusta cuando ríes, aunque sea de mí, ven vamos a la piscina.
Bajamos las escaleritas y los niños vienen hacia nosotros, Marcos es nuestro salvavidas como siempre ya que es más alto y por culpa de él estamos en el lado más hondo, de la piscina donde mis pies no tocan.
-Es muy profundo, mis pies no tocan.
El solo sonríe, y nos acerca a las escaleras de la piscina. Los niños comienzan a lanzarle agua a Marcos y yo me deleito viendo como él ríe con los niños, nunca he sabido lo que es una cita porque solo había conocido hombres que querían ir más allá de un beso, pero él no él solo me besa y aunque la última vez casi va más allá él se detiene no me insiste, aunque aún tengo miedo de estar con alguien aun esta ese temor de que me lastimen físicamente.
Él me sonríe mientras comienza a lanzarme al agua.
-basta vas ahogarme, tu eres más salvaje que los niños basta....
El solo ríe, demasiado fuerte.
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