❝Jimin es un omega que tiene que convivir con seis jodidos alfas en su casa, aunque no puede negar que ama la atención que le dan y más cuando se trata de un pequeño alfita un tanto tímido y reservado❞.
🌸 100% Soft.
🌸 Omegaverse.
🌸 Capítulos cort...
Una almohada impactó contra el alfa que estaba descansando plácidamente en la cama matrimonial.
—Debemos despertar a los niños. ¡Muévete!
Ante la insistencia de su esposo, abrió sus ojos y observó como luchaba por colocarse el pantalón de pijama, el día anterior llegaron cansados del trabajo y ni si quiera se molestaron en activar la alarma.
Dongyul se encargó del entrenamiento de nuevos reclutas y había pescado algunos moretones. No le correspondía ese trabajo, él también tenía el título de general, pero le encantaba el combate y nunca le hacía caso.
—Cariño, tenemos que curar esos moretones —aconsejó besando su frente.
—¡Daechi! —chilló ante la expresión tan serena de su esposo—. Tenemos que llevar a los niños a la escuela, Yoongi tiene su partido hoy, no puede faltar.
Daehyun solo sonrió enternecido por la preocupación y cara rojita de su delta, cuando algo no sucedía como quería, explotaba y era ahí cuando el alfa tenía que abrazarlo y decirle que todo estaba bien.
Tan inmersos en esa pequeña discusión que no sintieron cuando la puerta se abrió.
—Kookie dice que bajen a desayunar y Namjoonie se fue a la base, dijo que tenía que hace exámenes a unos militares de nuevo ingreso.
Jimin estaba arregladito, sus pequeñas manos tapaban sus ojitos para no ver algo que no le incumbiera, él respetaba la privacidad de sus padres.
—Puedes quitar tus manos, bebé —el pequeño alejó sus manos y abrió sus ojitos, despacio.
—Namjoonie preparó el desayuno antes de salir —informó—. Minie y Yoonie están listos para ir a clases -dijo acercándose, dejó un besito en las mejillas de ambos hombres y desapareció.
—Mi amor, controla esos nervios, no hay nada de que preocuparse.
Daehyun recibió un fuerte golpe por parte de su esposo y luego un besito para que lo perdonase.
—Cuanto te amo, cariño.
—Vamos Daechi, no hagas que empiece de nuevo.
Ambos se pusieron algo decente y bajaron con sus hijos, todavía tenían que ser unos padres responsables y llevarlos a clases.
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—Bebé, sé que lo harás muy bien —animó Jimin—. Eres el mejor alfita del mundo, bebé.
Yoongi asintió con un sonrojo en sus mejillas, una pequeña sonrisa se pintó en su rostro, sus dientes pequeñitos solo hicieron que Jimin quisiera abrazarlo y guardarlo en su bolsillo.
Desde que vio entrar a Jimin al comedor, esa mañana, había una interrogante que martillaba la cabecita del alfa y sentía que moriría de los nervios si no la hacía.
—Mmm Jiminie —llamó dudoso—. ¿Por qué estás vestido así? —el alfita no podía despegar la mirada del omega, usaba una camiseta manga corta y unos shorts pequeños, siendo sus labios los que resaltaban porque se había aplicado un brillo de labios.
A pesar de que en la casa no había ningún omega que lo instruyese, Jimin había descubierto que le encantaba las cosas tiernas y los labiales ahora eran sus mejores aliados.
Yoongi no era un alfa hormonal, pero no podía negar que hoy Jimin se veía más hermoso que nunca.
—Oh bebé, no te conté -murmuró acariciándole el cabello y colocándole la bandana, de esta manera, su cabello no le molestaría en el partido—. Entré al equipo de animadores para apoyarte, bebé.
Yoongi puso una cara terror, verdadero pánico se dibujó en su rostro.
—Jiminie, estás más lindo de lo normal —halagó—. Harás que me desconcentre —dijo despacio.
—¡Bebé! —chilló Jimin—. No digas esas cosas —pidió de manera juguetona—. El único tomatito debes ser tú.
El entrenador llamó a los jugadores y Yoongi tenía que irse, pero antes recibió un besito de la buena suerte y el alfita estaba seguro que eso era el mejor aliento para ganar.
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