Awake 8

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—Podrás irte pronto, Jennie —me dice Lisa, y no sé si emocionarme o no.

Por un lado quiero volver a mi rutina de persona normal, empezando con ansias cosas tan simples como ir a tomar café con Lisa y Rosé, cosa que mi novia prometió a mi nombre, o pensar en mi boda con el amor de mi vida.

Pero por lado, como siempre, le sigo teniendo miedo al mundo real, a las personas, a lo que pueden hacer o lo que pueden lastimar, le tengo miedo a la gente, al fracaso, a las responsables y a todo lo que pueden las cosas fallar.

En esa habitación estoy a salvo.

—¿No quieres irte? —pregunta, notando mi miedos, no me sorprende, Lisa siempre supo leerme a la perfección—. Nini, podrás salir y disfrutar la vida, yo en serio intento que disfrutes la vida, pero... Creo que no lo logré, ya sabes, ya te lo he dicho y...

Busca las palabras, no las encuentra, sus ojos se llenan de lágrimas y muerde su labio inferior con ganas.

Sé que está recordando y quiero salvarla de esas viejas memorias de lo que yo misma le he causado, la razón de que ella se ponga sensible.

Estiro mi mano hacia ella, la toma sin dudarlo y se acerca un poco más con su silla hacia mí, mientras intenta esconder sus ganas de romper en llanto.

—No llores —le pido—. No lo haré de nuevo, Lisa, lo prometo —mi tono es serio, pero no suena del todo seguro y hasta yo lo noto—. Perdón por hacerte esto, Lisa... Te pongo muy difícil el amarme, no sé cómo lo haces todavía.

—Te amo porque en serio vales la pena, Jennie —su voz suena rota—. Quizás tú no lo veas, pero yo sí, no hay otra persona que valga más que tú...

Mi voz se ahoga en mi garganta, mi cerebro no puede pensar que contestar.

Lisa se acerca a mí y deja un tierno beso en mi mejilla.

—Te acompañaré siempre en tu regreso al mundo real, Jen, sólo si quieres ir —dice, su nariz acaricia mi mejilla, sus ojos están entrecerrados, miran mis labios, hago lo mismo—. Y si en algún momento quieres irte del mundo, puedes venir a mis brazos, ¿sabes? No te dejaré sola de nuevo. ¿Quieres? —ofrece.

Sonrío y apenas miro sus ojos un momento, antes de unir nuestros labios.

—Por supuesto que quiero.

sleeptalk; jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora