Awake 12

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Simplemente no puedo parar de llorar.

Toda la ansiedad, el miedo y la tristeza que estuve reteniendo, ocultando en el mismo agujero negro en el que meto a mis demonios o a las estúpidas voces, surgen, salen de esas profundidades y no puedo controlar mis lágrimas, ni esos horribles sentimientos que me agobian.

Me abrazo a Lisa como si vida dependiera de ello, y unas cuantas veces ha sido así, escondo mi rostro en su brazo, todo lo que siento me hace temblar y quiero hacerme pequeña para que ella me abrace y pueda esconderme en su pecho, tal como lo he hecho antes.

Mis piernas apenas tienen fuerza, me sostengo del abrazo y el brazo que rodea mi cintura también ayuda a manteneme junto a ella, donde me siento un poco más a salvo.

—Nini... Me vas a hacer llorar, ya, tranquila, ya pasó...

—E-En serio t-te necesito, Li-sa —murmuro entre lágrimas—. N-No sabes cuánto te extraño.

—Pero ya estoy contigo, Jen, estamos juntas de nuevo —dice, sus palabras me hacen querer llorar aún más, y su voz me afecta tanto, también la había extrañado demasiado—. Lamento mucho haberte dejado, Jennie.

—¿Q-Qué pasó?

Levanto la vista para mirarla, la mano que hace un momento estaba entrelazada con la mía sube hacia su pecho, colocándose sobre su corazón, aprieta la tela de su ropa un momento y cómo si hubiera sido un tipo de magia negra, mi corazón duele, sintiendo ese apretón en mi interior, con sólo imaginar lo que creo que es.

—Mi corazón está tan ocupado amándote que se olvidó que tenía que seguir latiendo.

Quiero llorar más fuertes de lo malditamente linda que es

—Y también me golpee la cabeza muy fuerte cuando caí —añade—. Dijeron que es sólo una contusión, aunque quizás tenga algún hematoma interno —su mano va hacia su cabeza, tocando con su dedo su cien—. Por eso me llevan mucho a tomografía... Mi lado izquierdo quedó afectado, no me responde muy bien —y una sonrisa torcida aparece en su rostro, me mira con cierta pena.

—Lo siento...

—No lo sientas, no hiciste nada —ella ríe levemente—. Olvídalo, Jen —pide—. Ya estamos juntas, saldremos de aquí juntas, ¿sabes? Puedes ver el lado bueno. Podemos ir a rehabilitación juntas, estaremos mucho más cerca que antes —su mano vuelve a la mía, y sonrío porque es cálida, la aprieto un poco porque es lindo hacerlo, y aunque sea algo huesuda, podría decir que también es esponjosa, como todo mi Lisa en general, y me encanta y la amo.

—Gracias, Lisa.

—No me agradezcas —dice con nervios, sus mejillas están rojas.

—Te amo muchísimo.

—También te amo, Nini.

sleeptalk; jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora