sleeptalk; jenlisa

Extra

Esto ocurre antes de toda la historia, hay muchos detalles que se aclaran con este extra.

***

—Lili... ¿Cómo sé si todo esto no es un sueño?

La menor la miró con preocupación, Jennie tenía la mirada fija en el techo.

—¿Y si nada de esto es real? —continuó—. ¿Y si todo es un invento de mi mente y en verdad nada existe?

Lisa no supo qué responder, se acercó a ella con suavidad, notó que había muchas dudas en los ojos de su novia.

—Jennie, ¿tomaste tu pastilla? —preguntó—. Ya son casi las nueve, te pasaste...

La castaña negó, se levantó de la cama para buscar sus medicamentos en la mesa de luz, mientras su novia iba a buscar una botella de agua a la cocina, se sentó junto a ella, apoyó su cabeza en el hombro de la mayor hasta que pasó la pastilla.

Jennie escuchaba voces, que muchas veces le decían cosas como que nada del mundo era real.

A veces, las voces también le decían un montón de cosas horribles que la hacían sentir fatal, por lo que también solía autolesionarse.

Lisa revisaba su cuerpo por si se había echo algo, casi siempre era en sus muslos o sus antebrazos.

A veces las voces la hacían sentir terriblemente mal, y tenía ataques de llanto y tristeza donde no hacía nada más que llorar.

Lisa se quedaba a su lado en días así, su novia era muy sensible, apenas comía algo si le insistía y no podía dormir si no era en sus brazos.

Jennie no padecía de esquizofrenia, tampoco de depresión, aunque muchas veces decían que era así para dejar de responder, lo de ella era un trastorno similar, de un nombre que ninguno recordaba porque no era muy común de escuchar.

Por esa razón, Lisa no podía dejarla sola.

—Nini, tendré que irme a Busán unos días —le dijo, uniendo sus miradas—. Mamá dijo que Nana murió, me llamó esta mañana... Debo ir.

Jennie asintió, y la abrazó cálidamente.

—Está bien, Lili, no te preocupes por mí. Y lo siento por eso...

Lisa negó.

—Está bien... Estuvo enferma mucho tiempo, ahora está mejor —forzó una sonrisa, se separó del abrazo para mirarla, dejó un rápido beso en sus labios—. Le dije a las chicas, te quedarás con ellas.

—No necesito niñera.

Lisa rió, prefirió no decirle nada.

El día en que se marchó a Busán, dejó a Jennie en la casa de Nayeon, donde la mayor había alquilado habitación a un montón de chicas
completamente distintas que habían terminado siendo un buen grupo de amigas.

En esa misma situación se habían conocido Lisa y Jennie, como compañeras de hogar durante sus tiempos de estudiantes, aunque luego de unos cuantos meses en relación habían decidido mudarse a un departamento para su propia intimidad, dejando a Mina, Irene, Jisoo y Rosé viviendo en la casa, aunque las visitaban bastante ya que era su lugar para las juntadas, ya que aún estaban esas cinco en esa amplia vivienda.

Abrazó a Jennie en la entrada a la gran casa, notaba a su novia decaída por su partida.

—Volveré pronto, ¿sí? —dijo, y la otra asintió con una pequeña sonrisa.

Lisa tomó su rostro y dejó un último cariñoso beso antes de marcharse, la despidió con su mano en el camino hacia el auto estacionado frente a la casa y se marchó.