Alberto abre la puerta para irse, pero sin previo aviso, se encuentra con Giulia tapándose la boca a punto de echarse una carcajada a todo pulmón. Su hermano se queda paralizado unos segundos y la pelirroja lo mira con una mirada pícara.
—Oh Alberto... —empezó ella—, ¿no ayudaste a ________ a cambiarse de ropa? —dice dándole un codazo.
—Giulia por favor —responde Alberto con un tono de enojo, pero su cara estaba roja de vergüenza—. ¿Quién te tiene de metiche?, olvida todo lo que escuchaste ¿está bien? Que no le cuentes nada mañana, porque si lo haces estarás en serios problemas.
Alberto te mira por última vez antes de cerrar la puerta. Todo lo que habías escuchado de Alberto y Giulia eran puras palabrerías sin sentido; te restriegas los ojos y pestañeas rápidamente, te tumbas en la cama y te estiras con libertad. Te cambias con el piyama y te enrollas en las cobijas. No mucho después, escuchas unas pisadas apresuradas por las escaleras y luego se abre la puerta; era Alberto:
—Oye —dijo casi en un susurro pensando que estabas dormida—, te traje un té de canela ¿estás dormida?
—¿Mhmm? —contestas algo confundida—. Ah, Alberto. Gracias por el té.
El chico se acerca a donde estabas y te entrega la tasa con cuidado.
—Ten cuidado, no te quemes —dijo el moreno con una sonrisa.
—Grazie —dices tomando la jarra.
Ya te habías recuperado un poco de los mareos y empiezas a recobrar un poco la conciencia:
—¿Ya llegaron tus padrastros? —Frunces el ceño.
—Sí —dijo él— Carolina pasará la noche aquí y mañana al medio día volverá a Génova... aunque creo que tengo malas noticias —continuó cabizbajo.
Te preocupas al verlo tan desanimado, le das un sorbo al té lo miras fijamente a los ojos:
—¿Qué es, Alberto?
—Carolina volverá la próxima semana para llevase a Luca y Giulia a la... escuela —refunfuñó en lo último con más desgano.
—¿Qué? —exclamas asombrada.
—Bueno, ellos llevan un excelente nivel académico en la escuela de Génova y, sería una lástima que desaprovecharan la oportunidad de ir.
—¿Eso significa que no volverán a Portorosso en mucho tiempo?
—Eso creo...
Alberto quiere demasiado a Luca y aunque no pareciera, también echaría de menos a Giulia, después de Massimo, son las personas que lo han acompañado durante de un buen tiempo, y su partida le va a doler muchísimo.
Lo consolaste unos minutos. El chico, aunque algo triste, trató de fingir una sonrisa, se le era imposible ocultar su desanimo. Se fue a la cama y tú por fin lograste descansar.
A la mañana siguiente, te levantas y ya te encontrabas muchísimo mejor, sólo que algunas cosas no las recordabas tan bien; en cambio, las sentías como un sueño borroso que entre más tratabas de recordarlo se sentía más como un «déjà vu». De todas formas, te arreglas para buscar a Alberto y ver cómo estaba.
Lo buscas, pero no lo encuentras, así que decides buscar en su habitación pues cuando está triste, siempre se encierra allí.
—¿Alberto? —Pero tu llamado no tiene respuesta.
Decides salir de la habitación, pero algo llama tu atención; hay un extraño papel debajo de la cama de Alberto y eso te dio mucha curiosidad. Caminas hacia el objeto cautelosamente y lo tomas entre tus manos: era un papel arrugado, y al abrirlo, estaba roto por la mitad.
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La persona Correcta en la realidad Equivocada// Alberto x reader// Fanfic
Ficção AdolescenteÉl no solo es mi carácter de consuelo, es todo mi corazón y mi mundo ♥️💐 -Lo lamento tanto -dije con voz quebrantada y dolida mientras me lanzaba hacia él- eres lo más preciado que tengo y no quiero dejarte, pero me dolerá confesarte esto... Todo...