Negro y Anaranjado VI

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El peli anaranjado recostó a lord James en la cama, con unas almohadas de plumas de oca apoyando la cabeza del señor feuda

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El peli anaranjado recostó a lord James en la cama, con unas almohadas de plumas de oca apoyando la cabeza del señor feuda. Mientras, Allaster rebuscaba entre sus cosas una pequeña cajita con una selección de hierbas medicinales básicas. Cuando la encontró, no tardó en mezclar con la mano y el mortero que había dentro del recipiente de madera unas semillas de árbol sangrante junto con hojas secas de arbusto magenta, resultando en un polvo violáceo que diluyó dentro de un frasco con esencia de león del desierto, aguas del Campo de Ballenas de Yggdrahaim y almíbar de fuego.

―¡Allaster Falcroft! ―El filo de la voz de lady Serena interrumpió la preparación de la medicina, languideciendo el rostro del Halcón de Ébano―. ¡Exijo una explicación ahora mismo!

―Que señora más fastidiosa... ¡¿Qué no ves que estamos tratando de salvarle la vida a...?!

Una bofetada, enérgica, fulminante y brusca como el mordisco de un tiburón, cayó sobre la mejilla izquierda del rostro de Jackqen, justo donde Adler lo había golpeado anoche. El muchacho casi se desplomó contra la pared. Ni de casualidad se esperaba que esa "señora fastidiosa" le cacheteara en una situación tan crítica en la que el lord de la isla se encontrara en coma.

―¡Me cago en...! ―Allaster enseguida lo detuvo, no convenía enojar aún más a esa mujer que tenía por madre.

―¡¿Y bien, Allaster?! ¡Aún no has respondido mi pregunta! ¿¡Qué le estás haciendo a tu futuro suegro!? ―Sus ojos se fijaron en el famoso color ígneo del cabello de Jackqen―. ¡¿Acaso este es el renegado que amenazó a lady Aimi?! ―Su pálido rostro se enrojecía con cada resoplido.

―Puedo explicarlo. Este chico no es un criminal, al menos asegura no serlo.

―Jackqen Dell, diría que es un gusto conocerla pero no es el caso ―se presentó―. Vieja de mierd...

―¡Tiene algo muy importante que decirle a lord James! ―interrumpió Allaster, tratando de hacer que Jackqen no la cagara aún más―. Pero, como puedes ver, está en pleno coma etílico. Tenemos que salvarlo y...

―O sea que después de dejarte pasar que golpearas a lord Albert de Mirador del Ocre, tu vas y liberas al renegado que intentó violar a la nueva prometida que consigo para ti?

―¡Madre, lord James se está muriendo! ¡No tenemos tiempo para... ! ―La sensación del guantazo que le propinó su madre le recordó mucho, demasiado, a su infancia.

―¡No me alces la voz, niñato! ¡Si lord James muere, es de nuestra conveniencia! ¡Mientras menos Cherryvale hayan, más rápido heredarás tú sus propiedades cuando te cases con Aimi! ... Ahora mismo recojo todas mis cosas y regreso a Puerto Tiburón. ¡Y no quiero que vuelvas a la mansión hasta que hayas arreglado todo esto! ¡Las próximas noticias que quiero escuchar sobre Sprigshore es el anuncio de tu matrimonio con lady Aimi, de lo contrario, te desheredaré! ¡Si no te importó renunciar a tus títulos para ingresar en la Torre de Ébano, tampoco te importará perderlo todo por tu error, otro más a tu larga lista!

De Oro y EngañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora