¿Alguna vez has Tratado de Atrapar a un Ruiseñor? II

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―¿A qué te referías con que el ladrón no es el Ruiseñor?

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―¿A qué te referías con que el ladrón no es el Ruiseñor?

―El Ruiseñor comenzó como una leyenda urbana que las personas se inventaron para justificar las desapariciones completamente inexplicables de todo tipo de bienes. ¿Tu jefe descubrió que estás robando dinero del negocio? Muy fácil: "fue el Ruiseñor". ¿Una casa enemiga está ganando más fortuna y posición social de la que te conviene? Muy fácil, envía a alguien a saquear sus arcas y solo di: "fue el Ruiseñor". ―Ambos cruzaron la calle luego de que pasara una carreta llena de pescado. Con tantas deducciones, se olvidaron de subirse al carruaje en el que vinieron y ahora se dirigían a la zona costera de Sprigshore a pie.
»La mayoría de las veces las personas usan al "mito" del Ruiseñor como una excusa para encubrir sus propios crímenes, errores o simplemente porque a las autoridades les da pereza investigar algún atraco. Pero en contadas ocasiones ocurren hurtos demasiado grandes, importantes e imposibles de llevar a cabo como para dejar de pensar en el Ruiseñor. Son hechos tan impensables que solo puede haberlos logrado un mítico ladrón como él.

―He oído varios relatos donde cuentan sus hazañas. Una de las razones por las que está rodeado de tanto misterio es porque por un lado hay robos muy magníficos que se le atribuyen, y por el otro están todas esas situaciones pequeñas por las que la gente lo culpa solo por tradición. Recuerdo que cuando era pequeña perdí una muñeca que me trajeron de Wastmire y, luego de dos días completos buscándola, mi padre dijo que el Ruiseñor se la había llevado. ¿Pero qué tiene que ver todo esto con la ebanistería de los Moayer? ... ¿Y por qué diablos estamos en los muelles?

Ambos se encontraban frente a la Oficina Central de Registro de Desembarco de la ciudad. Aimi detuvo a Jackqen justo antes de acercarse demasiado al hombre barbudo y delgado que estaba anotando en un trozo de pergamino los nombres de los pasajeros de un barco que acababa de instalarse en el atracadero. Estaban cerca del lugar donde casi violan a la Cherryvale, por lo que se sentía un poco incómoda.

―¿Qué sucede? ... No te preocupes ―Le toma la mano―. Dudo que alguien intente hacerte algo a plena luz del día, pero al que ose atacarte le espera una buena sopa de puñetazos y patadas en los huevos ―Sonrió.

―No es eso ―Se alejó de Jackqen, con los rostros de aquellos "hombres" de hace dos noches en su cabeza―. Es que no entiendo qué hacemos aquí...

―De todas los robos que supuestamente ha hecho el Ruiseñor a lo largo de su carrera, pocos son los que yo creo que realmente han sido de su autoría. Hablo de aquellos en los que no se encontró una sola pista, ni un solo indicio de que hubiera tenido lugar un atraco además de la desaparición del objeto sustraído. Sin embargo, las transgresiones en Storhai han sido diferentes.

―Tienes razón... Aquel trozo de ganzúa en la puerta trasera de la ebanistería de los Moayer fue un error por su parte...

―No solo eso. En los registros de los crímenes que me empollé en Pétalo Rosa hay todo tipo de hilos de los que tirar para encontrar a un culpable, solo que todos terminan llegando a un callejón sin salida.

De Oro y EngañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora