HEIDEN
—Josh, suelta ese celular por favor, mañana nos toca entregar este trabajo— le grité y ni un poco de atención recibí.
Seguí tecleando en mi computador mientras mi paciencia casi llegaba al límite. Remhi también debería estar aquí, pero al parecer tenía cosas mucho más importantes que hacer este trabajo de Física. Bueno, para ser sincera, sí. Cualquier cosa es más emocionante que hacer una tarea de Física; o al menos en mi caso lo es.
Soy estudiante de notas bastante regulares; por no decir bajas. No me complico mucho en cuanto los estudios, solo me concentro en obtener lo necesario, pero hay materias que en serio me dan la lata. Amo la sección científica de mi plan de estudios, matemáticas, biología y química me gustan en verdad, pero física es como bien dicen algo con lo que no se puede hacer tregua.
— ¿Me tocará ponerme un escote como el de Madisson para que me prestes atención? — mascullé al tiempo que me rascaba el cuero cabelludo con exasperación.
—Y con unos shorts de cintura alta quedarías de escándalo—Mi bolígrafo le tocó su cuerpo con entusiasmo al momento que se lo aventé.
Su risa hizo eco por todo mi cuarto y no pude dejar de unírmele. Josh se levantó de mi cama y se acercó a mí con claras intenciones de magullar mis rellenos cachetes.
—No, aléjate de mí—le advertí.
—¡Cariño! no te resistas. Eres tan sexy cuando te comportas como la loca por las tareas. Haces que me empalme— movía sus dedos como si fueran tentáculos a punto de tocarme.
—Pensé que eran las curvas de Madison lo que te excitaba— dije siguiendo su nada apropiado comentario.
—Y así es, pero tú estás por encima de ella—dijo al momento que estuvo pellizcando mis mejillas— ¡Eres mi chica!
Sus manos me provocaban cosquillas, lo cual me hacía reír como loca.
— ¡No, para ya! — exigí, pero no lo hizo y caímos al suelo. Empecé a darle unos cuantos golpes, pero estaba siendo inútil porque me quitaba la fuerza con sus magullones.
—Tu chica entonces te exige que pares ya menudo idiota.
Se resistió a parar y mi ataque de risa era amargo. Al final de unos segundos por fin me soltó.
Casi tres horas después ya estábamos cerrando las ventanas del buscador y guardando la carpeta del informe en el archivador de mi laptop.
—Heiden ya estoy cansado y es muy tarde, ¿puedo quedarme a dormir aquí? —Preguntó Josh mientras liberaba un bostezo.
Reí internamente y le dije —Por supuesto, pero duermes en el sofá. Ya sabes que detesto compartir mi cama.
— Ash... Eres tan aburrida— Me espetó lanzándome una almohada que había tomado del sofá.
Creo que no entendí su comentario, pero de seguro era una más de sus inapropiadas bromas por lo que sin contestarle, preferí ir a buscar algo para comer e informarle a mi Mamá que Josh se quedaría a dormir.
—Está bien ¿Dormirán juntos? —Me preguntó con una voz muy extraña.
—Obviamente no, Mamá— Le di las buenas noches y me fui al cuarto con unos emparedados y dos vasos de leche.
Lo comimos y dejamos todo en mi mesita de escritorio, tenía mucho sueño como para bajar todo eso así que decidí que no estaría mal dejar esa tarea para mañana.
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Ya habían pasado varias semanas desde mi cumpleaños y ahora estábamos a mitad de curso, pero ya estaba deseando que llegaran las festividades anuales, no porque las amara y sintiera gran devoción por ellas, pero en este momento me encontraba absorta en trabajos escolares y quería librarme un poco de todo esto.
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A MIS ALAS ROTAS
Teen FictionDepender de alguien no es amor, es odiar nuestra existencia sin ese alguien, pero ¿qué es el amor después de todo? ¿Podríamos vivir sin haberlo experimentado? Yo creo que no, y aunque aún no lo entiendo y con pocas probabilidades lo haga alguna vez...