HEIDEN
El frío ya empezaba a colarse en mi sistema, pronto todo quedaría cubierto por un desalmado invierno, pero aún podía salir a intentar liberarme de mis pensamientos en una tarde de ejercicios o tortura física como bien lo llamaba yo.
Te preguntarás en qué estaba pensando en este momento. Dirás que era en el beso estúpido del que había participado hace algunos días y realmente odio decirlo, pero tenéis razón. Pasada la euforia del momento, mi razonamiento tomaba el protagonismo y la jurisdicción de mis acciones.
Ese chico me está calando el ser, la mente y de los labios ni hablemos porque aún siento sus suaves movimientos y todo eso. Podría jurar que ni la tabla del 1 recordaba tan bien como ese beso.
Calmaos, ya sé que es ridículo, pero ¿Qué hago? Seguramente a todos les ha pasado eso luego de compartir ADN bucal con alguien ¿Me lo van a negar?
La música que retumbaba en mis oídos en vez de hacer distraer mi mente, hacía que aquel ser de ojos oscuros encontrara el camino perfecto hasta mí, Only de RY X, me estaba haciendo revivir ese beso, sus manos, su respiración y todo él.
Estaba sentada sobre una roca en aquel risco que estaba cerca de casa donde admiraba los atardeceres. Toda la escena me ayudaría a depurar mis pensamientos en un día normal, pero nada parecía normal estos días.
Mi reproductor cambió a "In this shirt" de The irrepressibles. Esa era una de mis canciones favoritas para días así. Creo que todos o por lo menos yo, soy un poco masoquista porque poner esa canción en momentos inestables es como echarte alcohol en una raspada. La melodía que tiene es tan deprimente que, aunque no estés triste, hace que te pongas triste. Era un suicidio dejar que corriera la letra.
Alguien tocó mi hombro y di un salto completamente asustada. Giré quitándome los auriculares y casi que se me salen los ojos.
—¿Es este tu refugio?
Aquel chico estaba allí. Fui consciente de mi reacción. Palidecí hasta llegar al tono de un copo de nieve y mi jodida respiración casi que me abandonó al igual que las palabras.
—Puedo jurar que no te estaba siguiendo—Dijo tratando de explicar la pregunta que reflejaban mis ojos ante su repentina aparición.
—¿Puedes? —objeté con esfuerzo.
—Sí, mi casa está saliendo de este sendero a la esquina. Ha sido una casualidad verte aquí
—Entonces tengo mala suerte definitivamente— declaré dando la vuelta para regresar a mi posición anterior.
—Pues yo no estoy de acuerdo con tu pensamiento— entre risas se sentó a mi lado.
—No respondiste mi pregunta...—Lo miré sin saber a qué se refería exactamente y entonces reformuló sus palabras— No respondiste si este es tu refugio o mejor dicho tu lugar favorito.
Quité la mirada de su ser y pensé por un minuto en mi respuesta.
—Se puede decir que es mi refugio, mas no mi lugar favorito.
—¿Cuál es tu lugar favorito entonces? —Preguntó
—Bueno, haré uso de mi derecho para no responder sino me apetece. — Dije para que cortara el rollo, pero ese chico al parecer es más terco que una mula.
Una combinación que sin duda nos gusta
—¿Por qué? —Murmuró
—Si te lo digo tendría que matarte—amenacé sin base alguna realmente.
—Consideraré anotar eso en la lista de posibles formas de morir que puedo llegar a tener—Contestó burlonamente y no pude negarme a sonreír un poco, aunque disimuladamente.
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A MIS ALAS ROTAS
Teen FictionDepender de alguien no es amor, es odiar nuestra existencia sin ese alguien, pero ¿qué es el amor después de todo? ¿Podríamos vivir sin haberlo experimentado? Yo creo que no, y aunque aún no lo entiendo y con pocas probabilidades lo haga alguna vez...