HEIDEN
Un simple vaso de vodka y una botella entera después
—¡Heidi!
El remix de Dreaming de Smallpools haría explotar esta casa si seguía sonando de esa manera tan increíble. Mi cuerpo aceptaba el ritmo que estaba llevando en este momento y no tenía pensado ni por asomo detenerse. Mi pobre mente se había ido de viaje después de todo el alcohol que le he estado metiendo a mi cuerpo desde hace casi dos horas.
—¡HEIDI! — volvió a gitar Remhi— si sigues así mañana ya no estarás viva.
Creo que con alcohol todo parece ser una genial idea y las predicciones de Remhi sonaban a maravilla pura. Experimentar morir de esta manera en que me sentía tan feliz y relajada, parecía una muy buena opción.
—A ver... ponte fresco y disfruta.
¿Yo dije eso? ¡Vaya! si que estaba ebria cuando había usado esos terminos.
En un momento sentí sus manos tratando de tomarme por la cintura para bajarme de la mesa en la que estaba haciendo mi debut, y no gustó para nada.
—No, venga vamos. Mañana me odiaras por haberte incitado a tomar.
—No, no te preocupes... esto ehh ha sido lo más más divertido síii.
Mi cuerpo emanaba adrenalina a morir y a a la vez una debilidad irreconocible. Remhi logró tirar de mí y justo cuando se colgó de su hombro, sentí una presión en el estómago que ascendía hasta mi boca.
—¡Oh no! Vas a vomitar. Vamos al baño ahora mismo.
Con el poco sentido común que me quedaba llevé una mano hasta mi boca y me cubrí, pero aquello no valió para impedir que manchara mi ropa y de paso salpicara a Remhi con vómito.
—¡MIERDA!
Mi cuerpo no paraba de vaciarse por completo y hasta allí llegó la diversión que apenas unos minutos atrás había sentido.
Ni siquiera había vomitado en un baño porque no me dio tiempo y si mañana recordaba esto, sentiría una vergüenza inimaginable. De eso estaba segura, pero por el momento no le tomé importancia.
Cuando por fin mi descarga paró, Remhi me siguió conduciendo hasta el baño. Habiendo llegado al sitio me ayudó a limpiarme un poco la cara, pero yo no tenía fuerzas ni para incorporarme en línea recta.
—Iré por una toalla para quitar el vómito de tu camiseta. Espérame aquí.
—Sigues pensando que esta era la solución perfecta?
No podía verme a mí misma, pero podía imaginar lo miserable que me veía.
Los ojos de Rhemi me demostraban su desconcierto y preocupación.
Sabía que había excedido mis limites, pero saben.... no importaba. A excepción del ácido del vomito en mi boca, todo mi cuerpo se sentía bien. Tal vez después de hoy jamás vuelva a juzgar a nadie por consumir lo que se le antojara.
—De seguro no puedo ni mover un dedo— dije con la mayor claridad que pude.
—He de imaginarlo— y diciendo eso, se soltó en risas al igual que yo—ahora en serio que hemos desflorado tu vida alcohólica y ha sido en grande.
La puerta del baño se abrió y pensé que era mi amigo que había vuelto, pero entre poco y nada, pude detectar que no se trataba de él.
—Pensé que habías dicho que te irías a casa. No que te irías a hacer un suicidio alcohólico— la voz de Zack era tan repugnante que en mi cuerpo se volvieron a producir arcadas. Lo bueno era que ya no me quedaba más nada por tirar.
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A MIS ALAS ROTAS
Teen FictionDepender de alguien no es amor, es odiar nuestra existencia sin ese alguien, pero ¿qué es el amor después de todo? ¿Podríamos vivir sin haberlo experimentado? Yo creo que no, y aunque aún no lo entiendo y con pocas probabilidades lo haga alguna vez...