HEIDEN
¡It's Friday!
Internamente estaba saltando, es viernes y el cuerpo lo sabe. Vale, vale, la frase se acomodaba para este momento.
Caminando por los pasillos del instituto en dirección a mi siguiente clase me doy cuenta de lo sorprendente que es la influencia que tiene en las personas, el hecho de que llegue viernes cada semana.
El semblante de muchos se ve tan brillante, no se logra ver la monotonía y se siente tanta energía que llega a inspirar hasta al Sr Frank, quien se encarga del aseo del instituto. Lo digo porque creo que es una persona muy seria o eso es lo que da entender casi todos los días con su aspecto tan serio.
Me detengo a observarlo por unos minutos, está limpiando algunas manchas del piso mientras se mueve al ritmo de un sonido fluyendo a través de sus auriculares. La música es desconocida para mí, pero al parecer él la está disfrutando con ligeros movimientos que hace. Es realmente gracioso verlo y al parecer no soy la única que se ha dado cuenta ya que veo a mi alrededor a otros estudiantes también observándolo.
Decido seguir mi camino y cuando estoy a poco de entrar al salón correspondiente, me detengo en seco. Al fondo del pasillo, casi en una esquina logro ver a Jen y Zack hablando.
¡Oh no! Eso no acabará bien.
Quería acercarme, pero aquello no era mi problema y no tenía que meterme. Me decidí a mirarlos simplemente. No se les veía cómodos ni por asomo. Ambos estaban al punto de irse a los golpes, pero por alguna razón me parecía que era Zack quien le rogaba algo.
Me quedé tan distraída observando a esos dos que no me había dado cuenta de que a lo lejos una voz me llamaba con cierta impaciencia.
—¡Señorita Mason! ¿Piensa usted entrar? ¬— Dijo la profesora Marcus. Mi distracción se disolvió al momento de darme cuenta de que Jen y Zack ya no estaban en su lugar y rápidamente entré y me senté en mi puesto.
Si digo que presté atención, mentiría. Estuve esperando verlos entrar, pero ninguno lo hizo.
A la hora de salida me fui corriendo al aparcadero cuando de pronto alguien arroja algo que golpea contra mi espalda. En seguida volteo y arrugo mi entrecejo.
—Mi querida Heiden— grita Zack mientras mueve su mano en señal de saludo. Empieza a caminar hasta llegar donde estoy—Mi corazón late cada vez que estoy cerca de ti.
—¿Qué quieres? —digo tan seria y asqueada como puedo demostrar.
—No seas tan mala conmigo, nena—dice al tiempo que se lleva su mano al pecho fingiendo dolor. Yo solo volteo mis ojos y empiezo a caminar en dirección contraria a él. Lo siento apresurarse y en segundos se para delante de mí—Está bien, está bien... solo quiero pedirte algo.
—¿En qué puedo ayudarte gran imbécil? — pregunto con una sonrisa falsa.
—Bueno, viene a mi mente que mi cama es muy rígida, tal vez tu podrías ayudarme a suavizarla un poco si.... hiciéramos algunas cosas en ella.
—Vete a la mierda—bufo y empiezo a emprender mi camino.
—Eso no me lo hubieras dicho hace ¿Cuánto?... un año. ¿Cierto? — en ese instante me congelé y él siguió hablando— Humm, tal vez necesites algo para refrescar tu memoria.
Posó su cuerpo a mi izquierda y acercó su celular a mí. Con su dedo desliza la pantalla y mi pulso se eleva a mil metros de mí cuando veo a dos personas con sus cuerpos extremadamente pegados.
Estaban besándose.
ESTÁBAMOS BESÁNDONOS.
Zack y yo.
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A MIS ALAS ROTAS
Teen FictionDepender de alguien no es amor, es odiar nuestra existencia sin ese alguien, pero ¿qué es el amor después de todo? ¿Podríamos vivir sin haberlo experimentado? Yo creo que no, y aunque aún no lo entiendo y con pocas probabilidades lo haga alguna vez...