No hay recuerdos

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Chifuyu se despertó esa mañana con todo el entusiasmo que tenía guardado hace años en modo de reserva, tomó de la mesa del comedor los papeles de su curriculum que la noche anterior había impreso y los puso dentro de una carpeta, listo y preparado para ese encuentro.

Necesitaba respuestas a todas las dudas que recorrían su cabeza, las palabras del chico de la veterinaria le daban vueltas sin parar.

¿Porqué usó un nombre falso esa noche que lo conoció?

¿Y si los dos se llaman igual?.

Sería demasiada la coincidencia, además no podrían compartir apellido tampoco, no a menos que fuese su familia.

¿Quién rayos es el de ojos dorados?
¿Y si no lo recuerda?
¿Cómo se va a enfrentar a eso?

El crujido del corazón de Chifuyu lo hizo detener su pensar, se había arriesgado demasiado por un sentimiento agobiante del cual podia no encontrar ser correspondido.

Chifuyu incluso había renunciado a un trabajo que ha tenido por años, solo por ir detrás de un desconocido, porque eso es él, sólo fue un verano, una noche, sin sentidos.

El miedo a lo desconocido forma parte del ser humano, todos tememos aquello que no sabemos cómo es, ni a que conlleva, ese miedo nos recuerda que cada acto que cometamos tendría sus consecuencias, buenas y malas, pero que son desconocidas.

Terminó de recoger sus llaves de la mesa de la sala, un recuerdo de la albina se cruzó por su mente, ella era quien siempre planchaba su camisa y ese día estaba muy arrugada, en definitiva el rubio estaba destinado a ser castigado por los recuerdos de una u otra forma, sin escapatoria.

Salió de su casa y subió a su auto, con las manos frías por los nervios se dispuso a conducir a su destino.

——————

Buenos días, veo que decidiste volver. — el chico de cabellos negros le saludó alegre detrás del mostrador al volverlo a recibir.

Buenos días, sí, he traído mis documentos. — extendiendo su mano con la carpeta de documentos para entregárselos.

El rubio pudo notar un anillo en su dedo anular, al parecer el chico estaba casado con alguien o lo usaba sólo por gusto, aunque la segunda opción no lo convencía para nada.

Al parecer posees más experiencia de la que me imaginé, si estás de acuerdo puedes quedarte ya mismo, espero que hayas desayunado jaja. — sonrío ampliamente Keisuke mostrando sus colmillos.

Ehhhhh ... bueno, en realidad se me olvidó hacerlo. — mientras una gota se asomaba por su frente.

Bueno, Tora vendrá en un rato, quizás una media hora, él siempre trae cosas para desayunar

— ¿Tora? — ¿no significa tigre?, se preguntó Chifuyu.

Oh sí, el dueño de esta tienda de mascotas, se llama Kazutora, creo que ya te lo había dicho. — Keisuke trató de recordar si lo dijo antes o no con una mueca de confusión en el rostro.

Oh, ya comprendí, es la abreviación de su nombre.

Sí, te daré algunas instrucciones de nuestro método de trabajo y te haré un tour por la tienda, es útil que conozcas a todos los pacientes e inquilinos de este lugar.

Un gato negro y gordo con un collar rojo se asomó por detrás de una de las cajas donde se distribuye el alimento.

Oh, él es Peke J, es el gerente de nuestra tienda, lo dice en su placa. — apuntó con su Keisuke en dirección al gato.

En el abismo.. (KazuFuyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora