Siempre existieron tantas cosas que nunca pude contarte Chifuyu, quizás lo haga algún día o no lo haga nunca, no hay demasiado espacio entre medio de esas dos decisiones.
Aquella noche de navidad, yo estaba tan harto de vivir, estaba cansado de toda la mierdas de vida que había llevado, había agotado todas mis fuerzas en una lucha imposible por sobrevivir, un día más.
La visita al hospital sólo me dio la opción más rápida y la mejor excusa para terminar al fin con ese martirio que en el que había convertido despertar cada mañana, no me quedaba nada, no me quedaba nadie, no tenía nada por lo cual decidir mantenerme aquí.
Esa noche era fría, los fuegos artificiales empezaron a elevarse y explotar encima del cielo, llenos de colores vibrantes y formas, me llenaron de tanta nostalgia, me hicieron recordar mi pasado.
No sentía culpa, no tenía miedo, había visto a Keisuke por última vez, sin expresar demasiado, al menos tuve el agrado de verlo, pensando que nunca más nos íbamos a reencontrar.
Cuando haces tu mejor esfuerzo, pero no tienes éxito.
No tenía deseos de esperar la llegada natural de la muerte, mucho menos de sufrir con ella, esa noche comprendí mejor porque Makoto lo había decidido así también.
En ese momento quise poder haber sido sincero, haberme atrevido a decirte y hacer todo lo que siempre pensé pero nunca fui capaz de llevar a cabo.
Pero ya era tarde, mi cuerpo se empezó a sentir pesado, mis ojos empezaban a sentirse cansados, sentí la vibración del teléfono pero estaba quedándome dormido, intenté resistir un poco para poder contestar, no se cuántos minutos llevaba resistiendo, pero pude contestar, casi no había fuerza en mi.
Me pregunté.
Chifuyu... ¿Por qué llegas tan tarde?
Fue tan difícil contestar a ese mensaje, mi cerebro estaba apagándose, mis ojos ya pesaban demasiado, y recuerdo que un te extraño fue todo lo que pude escribirte esa madrugada de navidad.
La noche se volvió más oscura y todo se apagó.
Cuando obtienes lo que quieres, pero no lo que necesitas.
¿Cuánto tiempo había pasado?
¿Dónde estaba?
¿Era el cielo o el infierno?Me pregunté al mismo segundo que mis ojos se abrieron de nuevo.
Logré reconocer tu voz Chifuyu, parecía un hospital, escuché otras voces que no conocía y se empezaron acercar a mí, a llenarme de preguntas, pusieron una luz enceguecedora sobre mis ojos, eran molestos.
Me tomó demasiado tiempo poder entender lo que pasaba, me costó demasiado comprender las demandas que me hacías.
¿Quedarme? ¿contigo?
Pensé en la respuesta que debía darte.
Sí, te quería Chifuyu con un sentimiento que no tenía cabeza ni cuerpo, pero no tenía motivos para quedarme, mucho menos para aguantar un sufrimiento que al final podía servir para nada, que solo alargaría mi agonía.
No quería hacerlo, no quería que te quedaras en mis peores momentos, no necesitaba eso, ni tu lástima ni nada, ya había decidido mi final y estaba seguro de que no desistiría.
Pero tu terquedad Fuyu es enorme, te enfrentas a cualquiera con puro coraje, no te importa si fallas, no te importa si tienes que morir en el intento, pero no te detienes, eres demasiado iluso cuando piensas que todo va resolverse como por arte de magia y nada de eso ha cambiado todavía.
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En el abismo.. (KazuFuyu)
RomanceEl destino se muestra cruel e injusto, nos arrebata lo que creemos es nuestro. Pero es sabio y amable, pues nos entrega lo que nuestra alma busca y necesita.