Sálvalo

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Esa noche al fin ha llegado, su retraso solo ha marcado una cicatriz imborrable.

Chifuyu tiene miedo de poder sincerarse, de al fin encontrar las palabras adecuadas para decirle a ella que no puede más, la incertidumbre de lo que sucederá lo consume.

¿Cómo podrá explicarle a su nubecita algo que tampoco entiende completamente?

Pero él está decidido, esa noche va a dejarla o ella lo dejará, quien sabe, el que tenga más valor hablará primero.

Llegó a casa y notó que ella no fue a trabajar ese día, su mirada triste lo recibió en la entrada.

Caminó rumbo a la habitación para poder cambiar sus zapatos y su ropa, es noche de verano hacia calor afuera, verano, ¿porqué todo lo que sucede en la vida del rubio debe ser en verano?, quizás es solo la vida recordándole los mejores días de vivir.

Senju y Chifuyu conocen a la perfección lo que sucederá esa noche, que es él quien no tiene el valor de afrontarlo, pero ella está ahí, lista y hermosa como siempre, frente a él, sólo esperando el final, de ese cuento mágico que inventó para ella.

Vamos, he encontrado una nueva heladería a unas calles de aquí, dicen que están muy buenos.— forzándose a sonreír aún cuando la incertidumbre lo está apretando demasiado fuerte.

Está bien, sólo voy por las llaves y mi bolso.— el tono de su voz ya no suena alegre, su radiante niña está apagándose como una vela que el viento azota.

Para Chifuyu será tan difícil dejarla atrás, Senju es la costumbre más bonita que encontró y se mintió tanto a si mismo sobre de lo que siente por ella, pero si la ama, quizás no lo suficiente para sobrevivir hasta la muerte, no es ese tipo de amor, no del que ella merece.

El rubio sabe que ella está sufriendo en sus adentros, puede sentirlo en su voz, está a punto de llorar, de quebrarse por completo y todo es su culpa, de cierto modo, él es el completo responsable de haberla llevado a esa ciudad, de haberle pedido matrimonio cuando conocía que no era capaz.

¿Quién es tan cobarde de abandonar a su esposa en una heladería?
¿Quién deja atrás once años de vida con un helado sabor a mentira?

Él, solo él, porque no posee la suficiente valentía, porque hace mucho perdió su rumbo, se desconoce a si mismo, se distorsionó.

Yo lo entiendo todo, no hace falta que gastes tantas fuerzas para despedirte, tampoco soy fan de las despedidas, y tampoco es como que yo haya decidido dejarte Chifuyu, pero si es necesario hacer esto, no te detendré. — las palabras de Senju le dolieron en cada letra, no esperaba una buena respuesta, en el fondo deseaba que ella le gritara, que al menos le diera una cachetada como el pago de todo el engaño en el que la metió.

Yo... siento tanto defraudarte y hacerte tanto daño, mereces alguien más y ese no soy yo. — el de ojos verdes también se rompía, nunca estuvo preparado.

No merezco a alguien más, tú eras perfecto, pero se acabó ¿no es así?, no hay porque lamentarse amor, de todo lo que vivimos nos queda una lección, no voy a culparte, pero no me pidas que te olvide, ni que deje de pensarte, porque yo si te amé en serio, y nada podrá borrarte. — más dolor, más abierta estaba su herida.

Lágrimas, cristalinas y sin freno salían de los ojos de la albina, en su rostro dibujaba una mueca de tristeza y desesperanza, todo lo ha causado él, mientras sus manos aprietan la tela de su vestido con fuerza, en respuesta al dolor que por tantos años desconoció y ahora le recorre la piel.

¿Qué no le pida que lo olvide?, ni siquiera Chifuyu sabe si algún día la olvidará, ni siquiera sabe como va a enfrentarse al mundo sin ella, es como perder todo lo que conoce, que le hace bien, que le hace mal, lo mismo que lo arma y lo desarma, esa es ella.

En el abismo.. (KazuFuyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora