Capítulo 5: Escape

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Su primera noche en Muelle de Loto casi no pudo dormir. Cada instante que Wei Ying cerraba los ojos temía despertarse y darse cuenta que en realidad estaba soñando. No quería salir de esa fantasía y despertarse en los Túmulos Funerarios sola de nuevo. Así pasó la noche. Apenas se dormía, despertaba entre pesadillas y volvía a observar esa habitación que le habían dado. Ella abrazó su almohada y se acurrucó en la cama pensando que no recordaba cómo había sido su última noche pacífica en Muelle de Loto antes que los Wen destruyeran todo.

Tal vez había sido cuando Jiang Cheng la rescató de la cueva donde había matado a la tortuga Xuanwu junto a aquel imbécil de Jin Zixuan.

Ella recordaba muy bien la forma cálida en que Jiang Cheng la abrazó y dejó que se acurrucara a su lado esa noche. Ni siquiera los padres de éste habían logrado separarlos en esa ocasión y Wei Ying estaba tan feliz de finalmente verlo. Esos días fueron muy especiales y era difícil recordar en qué momento todo se había vuelto un desastre.

Apenas se dio cuenta, el amanecer se abrió en el cielo y tocaron las puerta de su cuarto. Unos jóvenes entraron para traerle agua caliente y también ropa limpia. Wei Ying quiso negarse, pero éstos le dijeron que era una orden del líder Jiang y eso la hizo sentir incómoda y preocupada.

¿Qué pensaría esta gente de ella? Era una mujer que apareció de la nada, con una apariencia sospechosa, y que el líder acogió sin ninguna razón.

Zorra...

Debe ser uno de esos espíritus zorro que engañan a los hombres tontos.

Mujerzuela...

Oí que su madre era uno de esos zorros, ella también debe haber seducido al joven líder Jiang al igual que hizo su madre con Jiang Fengmian.

Wei Ying se cubrió el rostro y negó para alejar esos pensamientos.

Decidió quitarse la ropa cuando estuvo sola y meterse al agua mientras abrazaba su cuerpo.

Si se quedaba demasiado tiempo en Muelle de Loto, sin duda la gente comenzaría a hablar. Volvería a tener que oír cómo todo el mundo la llamaba zorra y la acusaba de ser un monstruo queriendo dañar a Jiang Cheng. Ya había pasado una vez, no debería dejar que eso ocurra de nuevo. Fue un error haber aceptado quedarse allí, sólo estaba poniendo en peligro ese lugar maravilloso. Por más que no fuera su mundo, ella estaba segura que sólo sería cuestión de tiempo para que algo malo pasara.

Wei Ying se bañó rápidamente y se puso las túnicas limpias que le trajeron. Eran colores mucho más ténues que los negros que ella favorecia en los ultimos tiempos, pero suponía que esa ropa sería de utilidad para no llamar tanto la atención.

Ella respiró profundo luego de vestirse y se preparó para marcharse. No podría despedirse de Jiang Cheng, pero se conformaba con haber podido hablar un poco con él. Lo mejor era irse antes de provocar otro desastre que no pudiera evitar.

No muy lejos del cuarto, Jiang Cheng conversó con sus subordinados dándoles órdenes y los despachó antes de que la curiosidad los llevara a hacer preguntas de más. Aún así, se preocupó en explicarle a su grupo de confianza que su invitada era potencialmente peligrosa y que estaba relacionada con Wei Wuxian y las artes demoníacas. Con esto en mente, sus subordinados avisaron a los espías y guardias para que estuvieran atentos, y al maestro encargado de las barreras que se ocupara de reforzarlas. Los últimos meses habían sido bastante tranquilos a pesar del asunto de Jin Ling, últimamente habían estado sucediendo algunas cosas extrañas en la región; tonterías de las que las pequeñas sectas podían ocuparse, pero sabía por experiencia que no era bueno descuidarse.

En cuanto Jiang Cheng terminó con esto, se dio cuenta de que debería haberle ofrecido algo de comer a Wei Ying, pero prefirió no interrumpirla tan temprano. Si esa mujer realmente era como Wei Wuxian, no despertaría hasta tarde.

Zorra de YilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora