—Aww, no estés triste—pidió Italia, rodeando con los brazos a España, que había extendido los brazos sin decir nada, pidiendo un abrazo. El menor hundió la cara en el pecho del más alto, sintiéndose algo mejor. Tardaron algunos minutos en separarse, en cuanto España lo quiso—¿Qué te pasa?
El español jugueteaba, nervioso, con sus dedos, con la mirada baja.
—Que no me gusta cómo soy. —Respondió, volviendo a sentirse igual de mal que antes. Y el dolor de barriga sólo lo empeoraba todo. Italia sonrió, acariciándole el cabello, y sentándose en el sofá. España le imitó, muy cerca de él.
—¿Por qué?—preguntó el más alto, a pesar de que la respuesta era obvia. España tardó algunos segundos en responder.
—¿Por qué me pasa sólo a mí?—Preguntó el menor, a modo de respuesta. Levantó la cabeza para mirar a la cara a su pareja, como si esperara que él le diera la respuesta. Italia no supo exactamente qué responder, de modo que le abrazó de nuevo durante algunos segundos antes de responder.
—A mí me encanta que te pase eso—habló el más alto, aunque en seguida se apresuró a añadir algunas palabras más, porque si no, iba a parecer que se alegrara de sus desgracias:—¿Sabes por qué? Porque eso te hace diferente a los demás. Y eso es bueno, ¿No?
España no respondió, acurrucándose junto al más alto. Italia no sabía lo que había sido tener que ocultar todos los meses lo que le ocurría durante años, en el colegio, porque no sabía lo que le dirían si los demás lo descubrían, sobre todo sabiendo lo tímido que era él de pequeño.
De modo que se encogió de hombros, sin saber qué responder. Se quedó a su lado, abrazándole de nuevo.
—Depende—respondió el menor. —En este caso, preferiría ser igual a los demás.
El más alto no quiso insistir para no hacerle sentir peor, de modo que se quedó quieto, abrazándole. Habló tras unos segundos.
—¿Te apetece que salgamos al pueblo?—Propuso. No le importaba la idea de quedarse todo el día en casa, abrazándole para hacerle sentir mejor, pero tampoco rechazaría salir a la calle si España decía que sí. El menor no movió ni un solo músculo.
—No—respondió, con simpleza. Italia no insistió, principalmente porque lo entendía. Al fin y al cabo, le dolía la barriga, y estaba seguro de que tampoco era agradable caminar durante mucho tiempo mientras tu cuerpo sangraba en todo momento.
En ese momento, el teléfono del más alto vibró durante unos segundos, indicando que tenía nuevas notificaciones. Sacó el móvil del bolsillo y lo encendió para ver de qué se trataba. Resopló al ver que, de nuevo, todas aquellas notificaciones se debían a la actividad de Portugal con sus redes sociales. Estaba harto, ¿Cuándo terminaría todo eso? El portugués no se había molestado en ningún momento en mirar sus cuentas en las redes sociales, y ahora no dejaba de darle "me gusta" a sus publicaciones.
Al principio, no quiso escribirle un mensaje, aunque más tarde, decidió que tenía que hacerlo, solo para saber a qué venía toda aquella actividad tan repentina.
¿Qué te ha dado ahora por mis redes sociales?
Portugal no respondió enseguida, sino que el italiano se vio obligado a permanecer algunos segundos en espera, hasta que recibió la respuesta del contrario.
Me gustan tus fotos.
Menuda respuesta. Italia frunció el ceño, sin entender nada.
¿Y por qué? Nunca le has dado un sólo me gusta a una de ellas y ahora no dejas de hacerlo.
Además, ¿No se supone que me odias?
Te odio porque eres la pareja de España, nada más. Que lo seas no significa que también seas feo.
Italia se quedó algunos segundos callado, procesándolo todo. Portugal le acababa de decir que era guapo. No se lo había dicho directamente, pero lo había hecho. "Que lo seas no significa que también seas feo". Aquello era imposible.
Lo sé, soy demasiado guapo para este mundo.
No he dicho lo contrario en ningún momento.
No se lo podía creer. Lo había vuelto a hacer. El más alto no había hecho ese comentario con la intención de que el portugués se lo tomara en serio, solo quería bromear un poco. Pero parecía que Portugal no lo había terminado de captar. Suspiró un poco.
En serio, ¿Haces esto porque me odias y me quieres molestar? Ya sé que te caigo mal, pero no hace falta que hagas eso para demostrarlo. Fastidia.
No he dicho que quiera fastidiar en ningún momento.
¿Podrías dejar de dar ese tipo de respuestas?
No te entiendo, cuando te odio, porque te odio, y cuando me apetece interactuar contigo, porque no dejo de "molestar", ¿Qué hago? ¿Me muestro amable o desagradable contigo?
¿Y si mejor ni siquiera me hablas? No entiendo por qué estás así de amable conmigo después de haber intentado fastidiarnos a mí y a España como pareja tantas veces.
Mira, tengo algo que decirte y no me apetece hablar de ello por mensaje. Te lo diré cuando vuelvas.
Después de decir eso, el portugués se desconectó, e Italia resopló con paciencia. Apagó el teléfono de nuevo, sin entender en absoluto las intenciones de Portugal. España se acomodó, todavía abrazándole como si fuese un niño pequeño, con la cara pegada a su pecho. Parecía más tranquilo, y llevaba tanto tiempo con los ojos cerrados que estaba seguro de que el español se había dormido. Sonrió al verle. Era demasiado tierno, sobre todo cuando estaba así.
Por otra parte, no podía dejar de preguntarse qué era lo que Portugal le quería contar. ¿Era tan importante y tan gordo que no quería contárselo por mensaje, o todo lo contrario? Le veía capaz de engañarle diciéndole que era algo importante para hacerle esperar varios días, y luego contarle cualquier tontería.
No quiso darle más vueltas, y se dedicó a acariciar el cabello de su pareja con ternura. Definitivamente, notaba por la respiración lenta del menor que éste se había dormido. Como se había dormido él abrazando a su padre hacía algunos meses, antes de que España y él empezaran a salir. Cuando todavía sufría al ver a su pareja junto a Portugal. Cuando todavía andaba preguntándose si al menor le gustaba él o el portugués.
Antes de que el español le besara en la feria de Navidad, frente a todo el mundo.
(...)
Afortunadamente, Portugal había dejado de darle "me gusta" a sus publicaciones en las redes sociales, de modo que había sido capaz de apoyar la cabeza en la de su pareja, antes de cerrar los ojos y dormirse también.
Y ahora, ambos se encontraban dormidos profundamente sobre el sofá.
Fue un capítulo un poco más corto de lo normal, pero es que en España es de noche y ando muriendome de sueño xdd
chau, no tengan en cuenta los errores
ESTÁS LEYENDO
A solas ~ España × Italia ❀
HumorCᴏɴᴛɪɴᴜᴀᴄɪᴏ́ɴ ᴅᴇ «A ᴄʜɪsᴛᴇ». Dᴇʙᴇʀɪ́ᴀs ʟᴇᴇʀ ᴇsᴀ ᴘʀɪᴍᴇʀᴏ ᴀɴᴛᴇs ᴅᴇ ᴇsᴛᴀ ᴘᴀʀᴀ ᴇɴᴛᴇɴᴅᴇʀ ᴍᴇᴊᴏʀ ʟᴀ ᴛʀᴀᴍᴀ. ... Después de la Feria de Navidad, se podría decir que España e Italia ya eran oficialmente pareja, después de tanto tiempo. Y ahora, ¿Qué? Ahora es...