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La crisis que asolaba al mundo en 1973 - 1979, desmoronó lo que quedaba de la economía y los principios morales. Díez años atrás, quizá el rock hubiese sido el generador de toda una protesta y resistencia social, pero ya nadie se identifica ni cree en millonarios treintañeros que viven en lujosas mansiones, asépticos de todo lo que ocurre en el resto del planeta. Baste recordar a Jhon Lennon que abandonó la música y se dedicó a amasar pan en su casa del exclusivo edificio Dakota, para su hijo Sean.
Solo bajo este precedente se explica el surgimento de un movimiento como el punk. Su carácter profundamente anarquista y la posterior fusión con los Okupas (era un movimiento de provocadores que tomaban las casas abandonadas).
La avanzada conservadora preparaba el terreno de la neo-liberalización de la economía. Son años de grandes sectores sociales marginados de los modelos que imponía el estado; años de ejércitos de desocupados en las grandes metrópolis del mundo.
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Los años en los que un ex-hippie radical (Jack Rubbins, cabeza visible de los hippies radicales que enfrentó un conocido proceso judicial en Chicago, donde el juez se vio obligado a anotar como lugar y fecha de nacimiento de Rubbins “la Nación de Woodstock”, el 3 de agosto de 1969), se instala en una elegante oficina de Wall Street, inaugurando la era de los «Yuppie»
Paralelamente, este es el caldo de cultivo donde está creciendo la generación X, de los yuppies. La consigna era «No Futuro», que todavía no se entiende si es un nihilismo abyecto o una postura pseudointelectual. En realidad no existe el futuro para los jóvenes, tampoco quieren comprar, ni consumir los cánones de belleza de la época; la sociedad empezaba a canivalizarse y el individualismo se convierte en el más insultante egoísmo. Es entonces que el movimiento punk utiliza estos elementos para crear la siguiente fisionomía 1–. «No Futuro», si no existe el futuro, solo queda el presente, por lo que todo está permitido, comenzando por el exceso como protesta contra la racionalidad del estado, que planifica fríamente la exclusión socio - cultural - económica de las personas.
2–. La exaltación de la fealdad y la basura, y su correspondiente representación con la indumentaria, como exacerbación de la belleza por la ironia del absurdo.
3–. La práctica social del exceso, como provocador frente a una sociedad complementaria alienante y a la vez como búsqueda del placer que les era sistematicamente negado.
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De esta manera una vorágine de rebeldía sin causa aparente, sentó en el banquillo de los acusados al rock y al sistema establecido, por corruptos e inmorales.
El punk fue el último movimiento rebelde de la historia del rock, y estubo dominado por los antagonismos entre sus corrientes musicales, redefiniendo los conceptos estéticos y musicales, que sin proponérselo desató una revolución que sobrepasó lo artístico y se convirtió en síntesis de una sociedad en crisis. En el fondo el movimiento punk significa una profunda exigencia ética.
