Fly on

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"Sigue volando, de un lado a otro, quizas algún día pueda volar contigo".  Fly on- Coldplay.


"¿Recuerdas, Takemichi?, Aquellos días donde parecíamos ser felices. Kenchin estaba ahí, los chicos. ToMan se acrecentaba más y más, la era de los delincuentes que tanto buscaba parecía tan cercana, pero siempre había algo que me impedía llegar.

Takemichi, nunca se lo dije a nadie (quizas a Shinichiro cuando lo fui a visitar a su tumba), siempre vi a todos avanzar, crecer, alejarse de mi; era como si todos fuéramos aves. Aves abriendo sus alas y comenzaron a elevarse al cielo. Kenchin, Mitsuya, Chifuyu, los Kawata, Pachin y Peyan, todos abrían sus alas y volaban; se volvían fuertes, se elevaban al cielo para ser mejores, y entre toda esa bandada de aves, tu eras el de las las más hermosas y fuertes, ellos te seguían y tu podías guiarlos. Luego estaba yo, mirándolos desde abajo, intentando desplegar mis alas para alcanzarlos, pero por más que lo intentaba no podía, mis alas no eran fuertes. Yo no era lo suficientemente fuerte como para poder ir con ustedes, El invencible Mikey (que de invencible solo tenia el nombre), no podía volar. 

Ustedes siempre pertenecieron a otro cielo, uno donde mis alas débiles no podían volar. Pero, Takemichi, ¿crees que en algún momento pueda volar a su lado?¿Crees que mis alas se vuelvan tan fuertes como las tuyas?

Solo deseo pertenecer a ese cielo".


Cuando Manjiro abrió los ojos, se encontró con la cara de desesperación de Takemichi; lo sostenía, lo había sostenido deteniendo su caída. Manjiro no entendía lo que pasaba, la razón por la cual Takemichi lo había sostenido cuando él mismo le había disparado, inevitablemente ambos morirían, pero Takemichi parecía desesperado por salvarlo como si no hubiera otra cosa más importante que eso. Y Takemichi lo sostenía con fuerza, misma fuerza que pronto comenzó a ir desapareciendo. No había duda, Hanagaki Takemichi estaba muriendo, pero su terquedad lo hacia tener aun el deseo de salvarlo.

Manjiro solo quería que Takemichi lo dejara caer para acabar con todo. Para que pudiera descansar al lado de sus fantasmas. Ellos lo reclamaban, gritaban su nombre queriendo que fuera con ellos, pero Takemichi no lo dejaba pues él no podía escucharlos.

Manjiro le suplicó que lo dejara ir, pero Takemichi aún con lágrimas en los ojos, se negaba a hacerlo. Takemichi simplemente se negaba a hacerlo y, por una vez en su vida, levantó la voz hacia Manjiro Sano y le dijo todo lo que sentía, todo aquello que Mikey había ocultado durante años, y fue consiente de lo débil que era y de lo fuerte que Takemichi siempre había sido; fue consiente entonces de que el único que podría salvar a todos y protegerlos como era debido, era Hanagaki Takemichi.

—... Y yo te salvaré, Manjiro.

Cuando Takemichi dijo su nombre fue como si volviera en sí. Las lagrimas aparecieron en sus ojos y no pudo hacer nada para controlarlas. Ambos estaban a punto de morir, que alguien lo viera llorar estando tan vulnerable era lo que menos le importaba.

Aunque nunca lo había dicho, siempre había deseado que alguien lo salvara de ser la persona tan despreciable que era ahora, porqué odiaba ser el líder de Bonten y odiaba asesinar y odiaba todo lo que lo rodeaba. Cada mañana, al abrir los ojos, deseaba que alguien lo guiara y evitara que perdiera el rumbo. Pues era débil. Solo quería ser protegido.

Las lagrimas rodaban por sus mejillas. Recordó a Izana cuando entendió que ya no podría ser salvado, él lo entendía también, su camino había llegado hasta ahí y no había manera de salvarse o volver. Mas la expresión de Takemichi y la seriedad con la que decía que lo salvaría lo hizo tener un poco de esperanza y decir lo que siempre había querido decir pero que siempre había callado:

—Por favor, sálvame, Takemichi.

En ese momento su mano se deslizó hasta apretar la mano de Takemichi. El pelinegro perdía sus fuerzas cada vez más y Manjiro supo en ese momento que todo había terminado.


Su mano soltó la de Manjiro y verlo estrellarse contra el pavimento fue lo último que vio antes de que una fuerza invisible lo arrastrara. Todo se volvió oscuro de pronto. Todo había acabado.


"Manjiro, me alegra haberte conocido. Independientemente de todos los problemas, haberte conocido valió la pena.

Espero que en alguno de los futuros que pueda construir para ti, puedas ser feliz. 

Volaras junto a nosotros, Sano Manjiro".


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