CAP 12 de planes fallidos.

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—Entoces, tu caminas normal hacia Eddie con tu teléfono en la mano fingiendo que vas escribiendo un mensaje. Mi mariposito va a salir de algún lugar y te dirá que le des tu teléfono y tu suplicaras por ayuda...

—Luego Eddie aparecerá me golpeara, te devolverá tu teléfono y los dos vivirán felices para siempre el fin.—Concluye sonriente Mario.

—Y de paso cumplirás el 4 consejo de Rogelio.

—¿Y donde haremos eso?—Pregunto las clases ya casi terminarían.

.

El plan sonaba bastante fácil, enserio "sonaba" porque nada de eso paso cómo lo había planeado Maria y Marío.

En primera porque Eddie Nadaud no apareció.

—Se supone que ya debería estar aquí...—Hablaba impaciente María.

—Pero Eddie nunca viene al estacionamiento.—Digo pensativo, jamás había visto a Eddie por acá solo a... Eduardo. Automáticamente los nervios me empiezan a invadir. Tome el dobladillo del suéter, y me lo quito lo más rápido que puedo.

—¡Siempre viene!—Contesta Mario desde su escondite. Tiene puesto un pasamontañas negro, solo estamos esperando a que Eddie aparezca así que María y yo estamos recargados en la moto marca Kawasaki estacionada aquí desde hace rato...

—¡La moto Kawasaki!—Brinco en mi lugar, y me alejo del aparato. ¡Mierda! Eduardo estaba cerca.

—No me digas ¿Esa es la moto de tu motociclista?

—Sí ¡Digo no! El no es MI motocicleta, es un ¿Amigo? Yo que se ¡El idiota me quiso atropellar la primera vez que lo vi! Los amigos no hacen eso aún...

—¡Viene alguien y parece que es eddie!—La voz de Mario nos pone en alerta.

—¡Ponte en posición!—Grita María. Hago lo que dice.
Saco mi teléfono rápidamente y acomodo el suéter en mi mochila con un poco de dificultad. Entonces el sonido de unos pasos acercándose comienza a oírse me alejo unos metros de la motocicleta y empiezo a fingir hablar por teléfono. Observó por el rabadillo del ojo como Mario se acomoda el pasamontañas.

—¿Hola? No, no, no ¿Que? ¡No me diga!—Fingo hablar por el teléfono.

—¡Dame ese teléfono!—Escucho decir a mis espaldas a Mario, así que me doy la vuelta y levanto las manos en señal de rendición.

—¡Ay no! ¡Un ladrón!—Lose, soy buen actor.—¡Ayúdenme! ¡Me quieren asaltar!—

—Grita más fuerte para que te escuchen.—susurra Mario, a lo que le hago caso.

—¡AYUDA!—Grito con todas mis fuerzas solo esperaba que Eddie estuviera cerca. Estiró mi teléfono hacia Mario para que esté lo tome.

—Creo que esto no va a funcionar.—susurro, y cuando está apunto de quitarse el pasamontañas, un sonido sordo lo hace caer. Veo como Mario cae al suelo desmayado.

Observó perplejo a Edu quien está sosteniendo un balón de básquetbol en sus manos, tiene el casco puesto por lo que no puedo ver su expresión. ¿Había noqueado a Mario con el balón? Parece que si.
Se agacha para quitarle mi teléfono a Mario, y en ese instante aparece María.

—¡Mi marioposito! ¡Eras demasiado bueno para este mundo!—Chilla la morena, y comienza a arrastrar a su novio aun lugar lejos de nosotros.

—Creo que lo mataste.—Murmuro.

—¿Que te paso en la cara?.—Dice acercándose a mi peligrosamente, pone una de sus manos en mi cara y acaricia el moretón que me había dejado el orangután de Ricardo.

El chico nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora