Spider-Man: Brand New Day (SpiderBishop)

Capítulo XVII: ¿Por qué me Miras Así, Hombre de Metal? / El Método Lerman

Casi al mismo tiempo, detrás de un edificio a medio construir y a muchos kilómetros más allá del apartamento de Kate:

Una ráfaga de luz, alcanzaba a notarse desde lo lejos del sitio. Todo andaba bastante oscuro y con bastante silencio, aunque hubieran algunas personas durmiendo entre los tachos de basura, el plástico y los cartones que andarían sueltos por ahí. Personas indigentes; descarriadas que habrían perdido todo o sencillamente querrían andar de bohemias.

Nunca se sabe. Sólo podrías observar. De entre toda esta percepción superficial, un hombre con una armadura impresionante y que iluminaba bastante el sitio, apagaría sus motores y volvería a haber oscuridad en aquel lugar. De repente, las miradas perdidas y asustadas de las personas que no tendrían un techo bajo el que descansar como el resto, quedarían sorprendidas y estupefactas al observar cómo una especie de "Caballero Medieval" con unas bolsas en las manos, los estaría observando. En silencio.. Minuciosamente.

The Beetle: ...

Podría ser un presagio de La Muerte misma. Un aviso de la vida que les querría notificar que las calles nunca serían tan seguras como sus mentes y cuerpos idealizan. Quién sabe. Este, era The Beetle. Un criminal de mediana monta que habría regresado de un enfrentamiento con Spider-Man en un banco y luego de haber robado algo de dinero de este. Dinero que actualmente la policía estaría buscando. Las expresiones faciales del ente, eran nulas, puesto que llevaba puesta una armazón de avanzada tecnología; tan es así que, en el peor de los casos, no podrías identificar si querría matarte o si simplemente cruzaría a través de la multitud.

The Beetle: ... *ver bolsa*

La analogía del principio del segundo párrafo, podría cobrar más sentido del que pensaríamos, si nos ponemos a analizar minuciosamente los puntos de vista que el contexto actual nos estaría entregando. Ellos no sabrían si era un espejismo, si era un montaje de teatro o si simplemente era un buen hombre perdido en las calles. Era extraño. Y el alcohol que corría a través del torrente sanguíneo de la mayoría de los transeúntes, no ayudaba mucho que digamos.

Civil promedio: ... *gesto de susto*

Si le preguntaran a cada persona que se ha cruzado con dicho enigmático Hombre de Armadura Morada y Verdosa, estos podrían decirnos que.. su trabajo, no era necesariamente lindo. Su comportamiento, tampoco lo sería tanto. Siempre se mantendría serio; no comentaría nada. Como ahora. Por lo que, podríamos darnos a la idea de lo que puede ocurrir en este callejón frío y agrietado de lo que resultaría ser el estado de Manhattan.

A estas horas de la noche, el escarabajo, podría explotar en cualquier momento, lo que sea; si algo no le llegase a gustar. Si algo le llegara a parecer sospechoso, lo peor que le podría esperar a dicho pobre diablo, sería un balazo en el cerebro o un rayo de luz amarillenta que traspasaría por la mitad a su cerebro mismo.

The Beetle: ... *dejar caer una bolsa* *sacar billetes de la bolsa*

En realidad.. Podría ocurrir algo totalmente diferente. Algo impredecible. Nada acabaría explotando. Ningún transeúnte, tendría que resultar herido o muerto por un impacto de un rayo láser o por un golpe certero de un brazo hecho de metal inoxidable. Sólo la quietud de la noche y los diversos ruidos de fondo de la rutina de la ciudad, se mantendrían inamovibles. Todo, seguiría su curso, debido a que The Beetle estaría por hacer algo que pocos criminales pensarían en hacer; a menos que fuera muy necesario.

Pudiera ser una muestra de afecto, de piedad, o sólo podría tratarse de un hecho filantrópico que escondería tras esa bondadosa fachada una trampa que fácilmente podría atrapar al menos avispado sujeto que recorriera por la ciudad de Nueva York. No lo sabremos, hasta que el mismo responsable decida revelar lo que realmente quiso decir con esto.

¡ZAT.. ZAT.. ZAT.. !!

Mendigo promedio: No nos hagas daño..

The Beetle: ...

Mendigo promedio: ... *confusión*

The Beetle: [Que nadie se entere de lo que tienen aquí] [Váyanse.]

Mendigo promedio (II): ¿Quién eres? ¿Por qué nos das esto?

The Beetle: ... *mirada al frente*

¡¡ZAT.. ZAT.. ZAT.. ZAT!!

Mendigo promedio: Oh, Jesús.. *gesto de sorpresa* Jesús.. Quien quiera que seas.. Gracias. Nos has salvado la vida. ¡De verdad que muchas gracias.. !!

Dijo, uno de los hombres más longevos del grupo de personas que dormirían en la calle. Este, no podría creer lo que sus ojos cansados estaban viendo. Era como un sueño; como una dulce y lenta mentira hecha realidad. Un fajo muy grueso de dinero en efectivo, le habría sido entregado por un sujeto que acababa de conocer y no de la mejor manera. El resto de sus compañeros, igualmente recibirían una parte de lo poco que les habría podido entregar The Beetle para que pudieran tener una vida, o una noche, más tranquila y habitual que la que habrían estado teniendo desde hace tiempo.

Ya estaba en ellos, decidir en qué iban a gastar todo este cúmulo más o menos equitativo de billetes de banco neoyorquino; pero una cosa es segura. Habría algo más que sólo cables, metal y artilugios de categoría militar, entre todo ese montón de metal que cargaría aquel personaje que continuaría su rumbo hacia la oscuridad. Hacia una locación que estaría situada dentro de un edificio abandonado en el que se estaría programando una obra de construcción de categoría empresarial.

Ya dentro del edificio en construcción:

The Beetle: *inaudible* [Está preparado] [El señuelo, acaba de ser enviado] [Hubo un pequeño inconveniente con el sujeto "00-2015"; nada de qué preocuparse.. ] [Beetle fuera] *colgar*