capítulo final.

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Los exámenes del semestre habían terminado y solo entonces Felix pudo respirar con tranquilidad luego de los últimos dos pesados meses en donde no había hecho más que estudiar

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Los exámenes del semestre habían terminado y solo entonces Felix pudo respirar con tranquilidad luego de los últimos dos pesados meses en donde no había hecho más que estudiar. Para su tranquilidad, a él le fue excelente, manteniendo el mejor promedio por lejos. No podía decir lo mismo de su obstinado novio, éste tuvo notas bajas pero al menos le habían ayudado a aprobar. Chan se volvía un niño impaciente a la hora de sentarse a leer y memorizar.

Por esas semanas podría concentrarse en su pelinegro, al menos hasta que la graduación llegue y luego tenga que matarse la cabeza pensando a qué universidad asistiría. Si bien tenía oportunidades en el extranjero, siempre quiso quedarse en Corea, no estaba ni cerca de acostumbrarse a estar en otro lugar que no sea su hogar. Y la idea de estar lejos de Bang le carcomía por dentro. El miedo también estaba presente. ¿Qué pasaría si Chan conociera a otras personas en la universidad y se olvidara de él? Su inseguridad era una maldita perra.

Todo se esfuma al sentir la conocida mano que se posa en su muslo. Ser compañero de tu novio era lindo, incluso si fingían no llevarse. El profesor de Historia al parecer amaba sus berrinches y siempre los ponía juntos en los trabajos, éste era uno de ellos. Pero tener a ese pelinegro que tanto le gusta, cerca y en público, no es para nada bueno.

—Alguien nos puede ver, bobo. — le recuerda, al notar el travieso movimiento de los dedos de Chan en su muslo, queriendo acercarse a su ingle.

—Que nos vean, no me jode siquiera un poco.

Felix lo mira mal, reprochándole.

—Harás que me enoje, Bang. Saca tu mano de ahí y mejor úsala para terminar esto. — susurra, apuntando a sus libros.

—¿Y si no lo hago?

Dios, Chan estaba caliente otra vez y podría notarlo desde lejos.

—Chan. — advierte el castaño, con un tono que desea ser autoritario.

Solo entonces el mencionado baja la cabeza y retira su mano, cansado de ser rechazado. Estaba totalmente aburrido y no quería hacer la tarea, se habían pasado las últimas dos horas escribiendo cosas que no le servirían para nada.

Felix lo observa en silencio, se podía notar el aburrimiento de su novio por lejos y no lo entiende. ¿Estar con él le aburría o solo era la tarea?

—¿Te aburro yo, Chan?— le pregunta.

Entonces Chan lo mira.

—Nunca me aburres, Felix, solo no tengo ganas de hacer esta mierda de tarea...

El castaño ríe al oír el berrinche, estira su mano hasta dar con la del pelinegro y la acaricia.

—Si me ayudas a terminarla... quizás iré a la fiesta a la que me habías invitado.

—...

—Chan... — advierte por última vez.

—No te veo escribiendo, Felix. Vamos, escribe.

paciencia › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora