Lobo Daitan V

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CAPÍTULO V: ¿CANGREJO?¿LOBO?¡TANABATA! (PARTE I)

2008.2.7

—  Genjii-kun- Dijo Daitan, con una mirada de ternura, exactamente la misma mirada que ha tenido desde que empecé mi maldito sándwich.

—  ¿Sí, Daitan-san- O.o, claramente extrañadísimo porque de la nada dice mi nombre, después de haberme mirado raro todo este tiempo.

—  Pues....Se acerca tanabata. Y...Ya sabes, yukattas, dulces, verano...ferias, animalitos, juegos, tanzaku...- Diablos, si no la paro, seguirá nombrando tradiciones obvias del Tanabata.

—  Eh, dilo ya, Daitan- san.

Se sonrojó y miró para otro lado. Tomó aire y...

TEGUSTARIAACOMPAÑARMEESTETANABATAPORFAVORDIQUESÍDIQUESÍ!!!!!!!!!!!!!- MALDITA SEA HABLÓ MUY RÁPIDO.

—  Eghhh...- Hizo ojitos de ruego ó.ò...- Claro, por qué no.

—  Uh............¿LO DICES EN SERIO?

— DAITAN POR FAVOR ¿CREES QUE MENTIRÍA?¿CON QUÉ PROPÓSITO?

—  AY ES....— Y trató de recobrar la compostura.— Mhmm pasa que, verás, hacía varios años que Daitan no festejaba el Tanabata, menos con alguien...La última vez fue....— Silencio contemplativo.

—  ¿Fue...?

Ella me miró nerviosa. Pareciera que estaba tratando de buscar palabras en su base de datos, que pegaran según la comunicación.

—  Es...Complicado...

—  Ajá...¿Era otro novio?

Daitan me miró sorprendida por mi respuesta.

—  EHH...NO NO...Más bien...Una persona muy importante...— Dijo en un tono bastante lúgubre. Casi como si aquella persona hubiera muerto.

—  Daitan-san, tranquila si quieres decirlo, no voy a juzgar ni decir nada...Y, si es complicado para ti, entiendo. Todos tenemos recuerdos dolorosos con alguien. Verás, mi única amiga de la infancia, murió hace unos años. Un cáncer horrible tomó su cuerpo, y la consumió lentamente. Yo estuve con ella todo ese tiempo. Teníamos entre 12 y 13 años. La conocía desde el preescolar. Y cuando ella murió, juré no tener nunca más amigos, porque eso me haría olvidarla. Hasta que yo estaba un día muy triste, enojado y solo, que un monje budista itinerante se me aceró y me preguntó que me pasaba. Le dije que jamás volvería a tener amigos por la historia de arriba, y el me dijo: "Siempre recuerda que, las obras que hacen las personas que se van, quedan en nuestros corazones como sus templos. Y son esas enseñanzas y virtudes, la que nos acercan a ellas. Por eso, en vez de estar así, recuerda todo lo que aprendiste con ella, y has del mundo un lugar mejor, en su memoria".— Daitan miró muy afligida, pareciera que se le hizo un estropajo el corazón.

Y lo escupió.

—  El último Tanabata que celebré, fue con Tomoe. Pasamos juntas la velada, antes que ella partiera a los Estados Unidos. Vimos una estrella fugaz y, ese día, nos declaramos lealtad eterna. Por siempre seríamos hermanas...Eso lo escribimos en un Tanzaku, que dedicamos en un poste, en algún lugar cerca de la playa. Ah...si tan sólo pudiera volver atrás...— Estaba ablandándose respecto a Tomoe y...es la primera vez que escucho esta historia.

—  Ya veo...Entonces, ¿Segura que no sientes nada por Tomoe todavía?...No es como si hubiera sido una amistad pasajera...— Daitan me miró bastante extrañada.

—  Ciertamente, Daitan-san mentiría de decir lo contrario...Mas qué me queda por decir...No es como si fuera fácil volver el tiempo, ¿No, Genjii-kun?— Y procede a mirarme fijamente. Y pareciera que su mirada se perdía en un infinito invisible.

Last day of my adolescenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora