Last day of my adolescence

Lobo Daitan VIII

¿CANGREJO?¿LOBO?¡TANABATA! (PARTE 4)

No me es fácil explicar lo atormentado que estoy ahora mismo. Ese encuentro fue como que alguien coja una cicatriz tuya, te la abra con un cuchillo nuevo, y empiece a echarle sal dentro. Pero, si algo me enseñó Kazumi, es que debo de cambiar en mi forma de ver las cosas. Pero, siento extraño. La primera vez que confronto mi problema, uno que llevaba enterrado casi 3 años. Escuchar su voz, fue desgarrador para mí, porque su último recuerdo es...bueno, ya saben.

13:54

Volví a mi casa, destruido, y lo primero que hice, discúlpeme la audiencia, fue echarme a llorar. El más amargo y alcalino llanto que jamás experimenté y, ciertamente, difícil de ustedes de imaginar. Me repito a mí mismo, que todo lo que pasó fue culpa mía y nada más que mía. Me sentía vacío, depleto. Y lo peor y más triste de aquello, fue llegar sino a una muy triste conclusión: Estoy sólo. En mi dolor, al menos, estoy completa y únicamente sólo. Nadie más sufrió de esta forma la pérdida de Kazumi. Y darte cuenta, que todavía estás sólo, que nadie sabe lo que ha pasado contigo, es sino, la epítome, de la soledad. Sufrir en tu propio hombro. Pero, eso, siendo así de cruel, me avisa que, quizá sea tiempo de aprender. Por algo apareció ella. Y sus últimas palabras, contundentes, claras y concisas.

15:00

Recogí mis pedazos de la cama y volví a armarme, más o menos como antes. Cuando veo mi móvil, tenía varias llamadas y mensajes de Daitan:

¡Genjii-kun!~

~3 llamadas perdidas~

¿Estás ahí corazón?

~5 llamadas perdidas~

Ah, como sea. Quería decirte que estés un poco antes, porque mi padre tiene una sorpresa y quiere llevarnos. Te espero en mi casa, a las 16:30.

~3 llamadas perdidas~

XOXO ♡♡♡.

CIELOS CUÁNTO QUÉ CÓMO POR QUÉ. ESTUVE LLORANDO POR CASI UNA HORA, O MÁS.

Me levanté de la cama, y entré a darme un baño. Abriendo el agua, me acordé de Tomoe, de ese momento en que me preparó el agua, y cayó en la tina conmigo. Súbitamente, memorias de ella y yo aparecían. Eran como espejismos.

Me sumergí en el agua, y empecé a sentir un vacío en mi tórax. Como si de haber perdido el 50% de mi masa corporal en esa zona se tratase. Recuerdos, recuerdos. Sólo un pasado ineludible daba lugar a un presente turbulento, y un futuro enmascarado.

15:20

Salí del agua, convertido en un humano deshidratado, como comida de astronauta. Entré a mi cuarto y me vestí. Por fin, me disponía a salir.

15:23

¿Hola?

Daitan-san, ¿Cómo estás?

¡Genjii-kun! Estoy muy bien, ¿Y tú?

Bien. Recibí tus mensajes y estoy saliendo. Pero creo que llegaré un rato atrasado.

Oh, ¡No hay problema! Le diré a papi que vendrás un poquito más tarde. ¡No demores mucho!

Bien. No me tardo. Ahí nos vemos.