Lobo Daitan VII

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¿CANGREJO?¿LOBO?¡TANABATA! (PARTE 3)


Entré en la recámara, con hesitación. No sabía si quería o no entrar en realidad, me sentí casi obligado, Naturalmente forzado a hacerlo. Es entonces, que mi respiración se aceleraba. Pero...No había nada de momento. Todo, absolutamente todo, estaba escondido, oculto, o bien; no había nada allí. Sólo y tan sólo un vacío generalizado, se expandía por el lugar. No sabía si había paredes, o si habría un enorme agujero por el cuál caería y SERÍA TELETRANSPORTADO A UN PUEBLO CON MUCHAS MUJERES EN TRAJE DE MUCAMA DISPUESTAS A SERVIRME Y...No, eso sólo pasa en las novelas huh.

Caminé unos metros desde la lumbre de la puerta, que ya se cerraba a la eterna oscuridad. No oía mis pasos al principio, pero ahora, cada que doy un pisotón, se escucha doble. Como si fuera eco pero...No es un eco normal, es como un eco imitación, como si alguien me arremedara. Estaba nervioso ahora maldición. 

Eh si, definitivamente tenía miedo ahora. Me temblaban las rodillas, estúpidamente me sentía atraído hacia la luz de la puerta, ya bastante lejana. y ahora, por si ya no era suficiente, mi respiración estaba siendo imitada por algo o alguien, y podía sentir como si un aliento estuviera en mi cuello. Caminé unos metros más sólo para encontrar...una cama. Era una cama grande, con almohadones y frazadas de piel animal.

Me senté sobre la cama, puse mi cabeza entre mis piernas y mis manos en la nuca. Me sentía angustiado, desahuciado. Como si no quisiera seguir aquí, allí, o viviendo. Sólo tenía una sensación de pesadez.

— Termina conmigo, quien o que quieras que seas. Me cansé.

La respiración cesó. El doble latido, que me olvidé de mencionar por mi miedo y hastío, cesó asimismo. Sentí el frenético impulso de llorar. Maldición, algo me pegó muy fuerte.

No quiero estar más aquí, sólo quiero do...

Hola, cariñito.— Una muy conocida voz me susurró al oído, mientras vi una mano sobre mi hombro, y un par de...SENOS...uh...Apoyados sobre mi espalda. Era, sin dudas, Tomoe.

— T-T-Tomo...

— Sí, cariñito. Soy yo. No te alteres no no...♥

Me sentía muy muy nervioso. Con miedo. 

Sobre mi hombro derecho, sentí una cabeza que se recostaba, y unas manos que agarraban mi brazo.

— Ah, mi hermoso Genjii-kun. Descuida, Daitan-san está aquí, sólo para ti...♥ 

Me exacerbé aún más. Diablos, era una excitación mezclada con miedo e incertidumbre.

Instintivamente, rodeé con un brazo a Daitan por la cintura, y acerquela a mi, mientras que Tomoe se apoyaba en mi, y uh, no me vean así, mi mano estaba ya investigando sus senos. Maldita sea.

De repente, en lo que estaba cumpliendo mis deseos oscuros, una tercera chica apareció, caminando hesitante como yo, desnuda como ellas, se sentó en mi regazo y abrazome por el cuello, mientras miraba a las otras dos con relajo y un poco de odio.

Separé mi mano de Daitan, y quería apoyarla para sentir el cuerpo de esta nueva integrante, que, su fragancia, su presencia...algo me atraía más que las otras. puse mi dedo en su abdomen, dispuesto a recorrerla, cuando su voz, su MUY CONOCIDA voz:

Last day of my adolescenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora