Una Cena con Sorpresa

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—No seas tonta, Ali. Solo llama a la puerta y acabemos con esto.

Nos encontrábamos de pie frente a la puerta del apartamento de Alonso, pero no quería entrar allí. Me estaba dando un ataque de ansiedad y no estaba pensando con claridad.

Bianca estaba a mi lado con una botella de vino, lucía impresionante con su vestido negro de tirantes; su labial rojo era imprescindible y sus tacones la hacían ver elegante.

—Mejor vayamos a casa —habló la ansiedad.

—No —dijo con firmeza—. Me hiciste venir hasta aquí, así que ahora terminemos con esto. —Bianca golpeó la puerta.

En cuestión de pocos segundos apareció una chica rubia con el cabello ondulado hasta los hombros vistiendo un bonito vestido azul cielo. Ella nos sonrió y luego dijo dirigiéndose a mí:

—Debes ser Alison. —Se acercó a darme un beso en la mejilla. Cosa que me tomó por sorpresa.

—¿Cómo...? —Me aclaré la garganta.

—Eres idéntica a tu hermano. —Luego fijó su mirada en mi chica—. Y tú debes ser Bianca, ¿cierto?

—Sí. Un placer conocerte —dijo mi chica sonriéndole con cordialidad mientras le tendía la botella de vino.

—¡Excelente! Ya están aquí. Temía que nos dejaran plantados —dijo Alonso acercándose a Susie colocando su brazo alrededor de su cintura. Bianca y yo nos miramos por un segundo—. Pero, ¿qué hacen aún en la puerta? Pasen, están en su casa.

Bianca tomó mi mano y entramos a la casa de mi hermano. Había olvidado cómo se veía este apartamento, pero en definitiva las paredes no eran lo que vagamente recordaba. Ahora eran de un rosa pastel y los muebles claramente habían cambiado porque el amarillo no era el color favorito de mi hermano. Esto sí que era el toque femenino del que la gente hablaba.

Llegamos a la sala y Bianca miraba las fotos que tenía mi hermano en la repisa. Era claro que debía haberlas tomado de casa de mis padres porque algunas de ellas eran de nosotros cuando éramos niños.

—¿Eres tú? —Ella se veía emotiva al ver aquella foto de mi hermano y yo tomados de la mano al lado del árbol de navidad—. Eras una niña muy linda.

—Y muy entrometida. —Escuché decir a Alonso. Ambas nos quedamos de pie sin decir palabras y luego Susie apareció con dos copas de vino—. Bueno, ella es mi Susie. —Notaba lo enamorado que estaba mi hermano por la forma en la que miraba a su novia—. Quiero decirles que me complace que aceptaran nuestra invitación.

—Tu hermano me ha contado mucho de ti —dijo ella tendiéndonos una copa a cada una—. A veces puede ser un cabezota, pero intento que sea más abierto de mente.

—Pues eso sí que es un logro.

—¡Alison! —exclamó Bianca, riñéndome—. Nos alegra estar aquí, y es un gusto poder compartir esta noche con ustedes. —Ella siempre sabía qué decir.

Mientras, yo tenía miedo porque en mi interior presentía algo que era imposible decir.

*****

—¿En serio cocinaste este pollo tu sola? Realmente está delicioso. Tendrás que pasarme la receta para preparárselo a esta glotona. —Bianca había entablado conversación con Susie de inmediato. Al parecer tenían más cosas en común de lo que pensaba. Ambas estaban obsesionadas con el canal gourmet, les apasionaba la lectura y el arte. ¿Quién lo diría? Mi novia y la novia de mi hermano se llevaban bien y yo permanecía sintiéndome como si pronto un rayo me fuese a caer encima.

Tempestad - Inseguridades ocultas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora