Dime qué ves

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Dime qué ves en esos ojos tristes y nublados que no dejan de viajar al hermoso cielo azulado y a las maravillas que ocultan esas blancas nubes. Un mundo que vale la pena vivir más que el mundo en el que vive. Una fantasía que ella asumía a creer que era real, más que la verdad que atestiguaba cada día.

Dime qué ves tan maravilloso en esa silueta que fue dibujada en una noche de alcohol, drogas, ansiedad y mares de llanto, tan irregular y tan alejada de ser perfecta. ¿Cómo es que tus ojos brillan cuando delineas esa silueta en frente de ti?

Dime qué ves en ese cuerpo que te atrajo tanto, que no dejaste de admirar desde el primer momento, que no podías dejar de contemplarlo. Parecías encantado, aunque la dueña de aquel cuerpo se sintiera tan fuera de lugar y tan poco hermosa. Ella sintiéndose tan insegura, y tú tan seguro de haberlo encontrado todo en ella.

Dime qué ves de hermoso en sus cicatrices que cuentan innumerables historias de guerra, las cuales casi del todo no las ganó, reflejan sus inseguridades y los miedos que no la dejan dormir en las noches, las vuelven interminables y los monstruos se asoman por los rincones encarnando en sombras siniestras. Su cuerpo nunca estará mudo, y cada algún tiempo te contará alguna otra historia.

Dime qué ves cuando recibes sus caricias sutiles y casi imperceptibles, tan delicadas, como si estuviera acariciando a un bebé recién nacido. A duras penas se anima a acariciarte, y cuando lo hace parecería como si le doliera tocarte cuando en realidad le duele que la toques tú.

Dime por favor qué ves en mí, porque yo no puedo verlo.

Poemas y otros dolores [√]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora