Amando a un parásito

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Así que vuelves otra vez
como un parásito queriendo ingresar en mí.
Tienes claro cómo mi cuerpo es,
Y aún así, te aprovechas completo de él.

Y lo sabes;
estoy predispuesta a dejarte entrar.
Tan fácil sería el camino despejarte.
Dios. Tanta facilidad es aberrante.

Estás acechando como un cazador
a su presa dispuesta a morir.
Esperando el momento justo,
y hasta entonces hacerme sufrir.

¿Sabes cómo deseo morir a manos de ti?
No soy suicida. O quizá sí.
Un secreto que sólo yo descubrí
estuvo vagando pleno en mí.

Soñé muchas veces
cómo afirmabas en mi yugular
tus fríos dientes metálicos.
¡Qué coraje que yo tendría
para ser tu presa, sádico!

En mis brazos, mi pecho.
De mi cuello a mis piernas.
Invádeme entera
hasta que librarme no pueda.

¡Dios! Soy una jodida suicida
que sueña con llegar a ti
e inundarme en el fatal sueño eterno
del que tú te hiciste dueño.

Poemas y otros dolores [√]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora