Prólogo

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— Conocí a alguien, es decir es algo en línea, pero es seguro, — Yuuji mencionó soltando una risa nerviosa, mientras se rascaba la nuca.

Megumi observaba a su amigo, tras la pantalla de su laptop, pues ambos se encontraban en una video llamada, suspiro. Sabía que Yuuji ansiaba conocer a alguien y tener una relación, si bien se alegraba, también se preocupaba por el idiota y no quería que le sucediera algo, las redes sociales podían ser muy peligrosas.

— Solo no hagas alguna estupidez, — Su voz podía sonar severa, aquellas palabras como un regaño por su parte, pero en el fondo se preocupaba mucho por su amigo.

El pelirosa anteriormente había sido ilusionado y lastimado, por idiotas que solo querían aprovecharse de él.

Yuuji era muy amable para su propio bien, se conocían desde que eran niños, pues solían ser vecinos cuando el pelirosa vivía junto a su abuelo  en frente a su antigua casa.

Al cumplir 18 años, sus caminos se separaron debido a que Yuuji había decidido mudarse, tras la muerte del anciano y estudiar Arte en la universidad de Tokio,  mientras que él optó por irse al extranjero a completar sus estudios de medicina.

— No te preocupes Megumi, todo saldrá bien, estoy seguro de que podrás conocerlo cuando vengas en las vacaciones, — Le regaló una enorme sonrisa.

— Esta bien, oye, ¿esperas a alguien?.

— ¿Eh?, — Alzo una ceja, ante la pregunta.

— Tú tiembre acaba de sonar.

— ¡Mierda!, si, es él, — Mencionó nervioso y se levantó, abandonando su cama, tropezando en el proceso,— Te llamo luego.

— Esta bien, avisame si sucede algo, — Se despidió de Yuuji y finalizo la llamada.

El pelirosa cerró su laptop, dejándola en el escritorio. Se observó en el espejo, arreglando su cabello y corrió hasta la puerta de su departamento.

Se sentía muy nervioso, hacía meses que conoció al hombre en una red social.

Seguía su perfil y si bien nunca mostraba su rostro, si posteaba fotografías de su cuerpo, el cuál estaba bastante trabajado, también su rutina en el gimnasio y parte de su trabajo.

En cambio él solo poseía fotografías de dibujos, pinturas, algunos paisajes y postres que solía degustar cuando iba a diversas cafeterías.

Todo comenzó con un simple saludo, de parte del hombre.

Yuuji todo emocionado decidió responder e iniciar una conversación. Mensajes cortos, que se convirtieron en largas conversaciones textuales, coquetería e imágenes privadas compartidas.

Dos meses de conversaciones, hasta que llegó el tan ansiado día de conocerlo al fin.

Sabía que era una estupidez invitar al misterioso hombre a su departamento, pero tenía una corazonada que le aseguraba que todo saldría bien.

Tomo aire y sonrojado abrió la puerta.

Encontrándose con un hombre alto, fornido, bastante intimidante, mirada verdosa penetrante, que tenía una cicatriz vertical, al lado derecho de su boca.

—Un momento, esa cicatriz, — Susurro para si mismo, observando al hombre y quedándose como piedra.

Esa cicatriz la conocía bastante bien...

— S-señor Fushiguro, — Murmuró, sorprendiendose y sonrojándose hasta las orejas.

El hombre mencionado, alzó una ceja, observando al chico y divirtiéndose con su expresión. Se cruzó de brazos, apoyándose en el marco de la puerta.

— El mocoso amigo de mi hijo.

Yuuji jamás imaginó que al abrir la puerta, se encontraría con Toji Fushiguro, el papá de su mejor amigo, su amor platónico de adolescente, quién era el hombre detrás de aquellos mensajes y fotografías que compartían a diario.

Solo quería que la tierra se lo tragara.

Secret Love | TojiItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora