21. Tiempo para amarse

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Después de beber sus té de burbujas, fueron al supermercado.

Yuuji llevaba el carrito, mientras que Toji lo ayudaba mencionándole los alimentos que estaban en la lista que el menor había escrito.

—¿Podemos llevar helado?, — Dirigió una mirada de cachorro hacía el mayor, mientras hacía un puchero.

—Todos los que quieras cariño, —Toji le guiño un ojo.

El pelirosa le sonrió y colocó en el carrito sus sabores favoritos.

Tarareando alegremente, Yuuji fue hacía el pasillo de las golosinas y luego de tomar algunas galletas, se dirigió a pagar, en compañía del hombre.

Empacaron todo, saliendo del establecimiento para dirigirse al auto. El chico puso las bolsas en el maletero, con la ayuda del hombre y posteriormente se marcharon a casa.

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Yuuji guardo los alimentos en el refrigerador y en la despensa de la cocina, mientras tarareaba alegremente.

Tenía planeado hacer una cena especial, para más tarde tener una noche de películas.

Lavo sus manos y se colocó un delantal, para comenzar a preparar sopa de miso, tonkatsu y arroz blanco.

Le gustaba cocinar, sorprendiendo a Toji con una gran variedad de platillos, pues sabía que el mayor tenía un gran apetito.

Si bien no era muy notorio, el hombre había perdido algo de peso trás el accidente.

Le preocupaba que Toji comiera bien, para su pronta recuperación.

Tomó las chuletas de cerdo, para adobarlas con sal, pimienta y harina.

Cuando esa pequeño tarea estuvo lista, comenzo a preparar una salsa para acompañar el plato, sin antes darle un vistazo al hombre que se encontraba en la sala, con su laptop en el regazo, manteniendo una video llamada con Megumi.

Megumi llamaba constantemente a su padre, para saber cómo iba su recuperación.

De vez en cuando podía escuchar su nombre ser mencionado, en aquellas conversaciones.

Sonrió y se apresuró a continuar con la cena, puesto que podía escuchar su estómago gruñir de hambre.

Más tarde, ambos se encontraban comiendo las delicias que Yuuji había preparado.

Las mejillas del menor se colorearon de un rosa suave, al escuchar a Toji elogiar su comida.

Por lo que le agradeció, depositando un casto beso en la mejilla del mayor.

Trás cenar, ambos se dirigieron a la habitación para ver una película.

Yuuji se decidió por una de terror, debido a qué era su turno escoger la película de ese viernes.

Cuando era noche de películas, solían turnarse para escoger la cinta que verían. La semana pasada había sido el turno de Toji y el mayor optó por una de acción.

Acurrucados en la cama, Yuuji mantenía un bowl con palomitas en su regazo, dándole de comer en la boca a Toji de vez en cuando.

Evitando la mirada del pelinegro, cuando éste mordía sus dedos.

El sonrojo que tenía se extendía hasta la punta de sus orejas, al escuchar la risa del hombre, además de recalcarle lo tímido que se volvía a veces.

Infló sus mejillas en señal de falsa molestia y se dispuso a disfrutar de la película.

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Cuando la película termino, Toji se levantó para tomar un baño, mientras que Yuuji se colocaba su pijama y un gran bostezo abandonaba su boca.

Trás esperar unos minutos, el mayor entró a la habitación con tan solo una toalla envuelta alrededor de su cintura.

Yuuji no pudo evitar sonrojarse y gemir internamente.

A pesar de las cicatrices que habían en el cuerpo del hombre, su gran atractivo seguía presente.

Toji seguía siendo apuesto, no importaban las marcas en su cuerpo ni mucho menos la edad que el hombre tenía.

Se levantó lentamente de la cama, para llegar al lado de Toji y desatar la toalla que lo cubría, dejando que está cayera al suelo.

El mayor lo observaba atento y en silencio.

Sin perder tiempo, Yuuji carició su amplio pecho, pasando con suavidad la yema de sus dedos, sintiendo la calida piel.

Deposito un pequeño beso en la clavícula izquierda de Toji, observando el muñon y las cicatrices que había alrededor de la zona.

Podía sentir al hombre tensarse, por lo que deslizó su mano lentamente por el trabajado abdomen, hasta su pelvis, para envolver en su mano la semi dura erección que tenía Toji, causando que el hombre gruñera.

Toji era grande.

Sus manos, su cuerpo...

Lamió y mordió su pecho, bajando hasta que su rostro quedó a la altura de la polla del mayor, la cuál lucia totalmente erecta.

—¿Puedo?, —Le preguntó al hombre, mientras un pequeño gemido, salía de sus carnosos labios.

—Si cariño, —Toji susurro, cerrando sus ojos y llevando su mano hacía la cabeza de Yuuji, para jalarlo hasta su dura erección.

Un gemido ronco salió de sus labios, cuando sintió los labios del pelirosa envolver la cabeza de su polla, chupándolo y jugando con su lengua alrededor.

Apretó su agarre en aquél cabello rosa, al sentir la calida boca del chico y sus movimientos lentos de arriba hacia abajo.

Yuuji lo estába torturando.

Por lo que empujó sus caderas, disfrutando de aquella cavidad bucal que engullía  completamente su polla.

No habían tenido sexo debido a sus heridas y la incomodidad que sentía al saber que Yuuji vería sus cicatrices.

Aunque no lo mencionará en voz alta, el temor al rechazo estaba presente.

El pelirosa apretó los muslos del mayor, al sentir que su boca era totalmente follada.

Toji sin duda estaba aprovechándose de su falta de reflejo nauseoso, podía sentir  la polla del hombre golpear su garganta, sin piedad.

—Mierda, extrañaba tú boca bebé, —Murmuro, con la respiración agitada.

Empujó por última vez y se corrió en la boca del chico. Una sonrisa traviesa se formó en su rostro, al verlo tragar ansioso todo su semen.

—Más por favor, —Yuuji murmuro con la voz  ronca, debido al uso que tuvó su garganta, la neblina de la lujuria estaba presente en su mirada.

—Todo lo que quieras Yuu-ji, —Susurró, lamiendo su labios.

Con dificultad, el pelirosa se levanto gruñendo al sentir su propia erección prisionera en su ropa interior.

Rodeo el cuello de Toji con sus brazos, besándolo apasionadamente, presionando su adolorida polla contra su cuerpo desnudo.

Mientras sus lenguas jugaban, llevó su mano hasta el carnoso trasero de Yuuji, apretándolo y causándole un gemido al chico.

Sabía que tenía tiempo de sobra para devorar y joder ese culo.

Y lo más importante...

Tiempo para amarse.

Secret Love | TojiItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora