Secret Love | TojiIta

6. Quédate conmigo por siempre

Conversaron alrededor de una hora.

Sí bien Megumi le preguntó por su cita misteriosa, Yuuji evitó hablar demasiado de aquel tema, asegurándole que todo se encontraba bien.

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Despertó, sintiendo su cama vacía.

Un gruñido salió de su boca, mientras que con pereza abría sus ojos, en busca de ese calor tan acogedor, que le otorgaba Yuuji.

Se recostó en la cama, escuchando el murmullo de una conversación en la sala. La voz de Yuuji y alguien más. Por lo que tomó un cigarrillo de la cajetilla que se encontraba en la mesita de noche, para llevarlo a sus labios, encendiendolo, aspirando el humo, para expulsarlo por su boca con suavidad.

Al revisar su celular, leyó un mensaje de Megumi, pues le había preguntado a su hijo, como iban las cosas y cuando tendría los finales de semestre.

Tecleo rápidamente en su celular, para posteriormente arrojar el aparato en la mesita de noche.

Al terminar el cigarrillo, lo apagó en el cenicero, para levantarse de la cama y colocarse un pantalón de pijama holgado.

Salió de su habitación, para ir por una cerveza y ver como se encontraba el pelirosa.

Sus pasos se detuvieron al notar que una de las fotografías se había caído, la tomo observando a Megumi en compañía de Yuuji, ambos vistiendo el uniforme de la preparatoria.

Una pequeña sonrisa se formó en su rostro al recordar cómo un chico de ojos color miel, que poseía una sonrisa tan cálida, a pesar de la difícil vida que llevaba, llegó a la vida de ambos.

Flashback

Toji caminaba bajo la lluvia, sin importarle que su ropa estuviera totalmente empapada y cogiera un resfriado, en su mano cargaba una bolsa con pudín, para su mocoso de 7 años, quién le había insistido en que fuera a la tienda por un postre.

Su mirada sin brillo reflejaba cansancio, al observar el atardecer.

Había sido un año difícil sin su esposa, quién había fallecido debido a una enfermedad terminal.

A pesar de la lluvia que caía, el cielo otorgaba una postal de nubes anaranjadas. Se detuvo frente a la puerta de su casa, para sacar las llaves, cuando el sonido de un llanto captó su atención, haciendo que volteara, buscando a la fuente de aquel lloriqueo.

Frunció el ceño al notar a un niño de cabello rosa.

Recuerda haber visto al niño, pues se había mudado hace muy poco con un anciano. Se acercó al notar que el pequeño lloraba, mientras sujetaba su brazo con dolor.

— Oye niño, — Murmuró, tratando de suavizar su voz, pues no quería asustar al mocoso.

El pequeño levantó su mirada y pudo notar que su boquita, la cuál formaba un puchero lastimoso, se encontraba rota, como también se constató que su brazo estaba fracturado.

— Pero quién mierda, golpea a un niño, — Gruñó molesto, su mirada se torno fría.

Tomo aire, agachándose a la altura del niño, para hablarle. Debía notificar a quien estaba a cargo del menor y llevarlo a un hospital.

— ¿Dónde está el anciano con él qué vives?, — Le preguntó, pero al notar la mirada asustada del pelirosa, colocó con suavidad su mano en el cabello del chico, — No te asustes, soy tú vecino, vivo en la casa del frente con mi hijo.

— S-soy Yuuji, el abuelo no está, está en su trabajo, lejos de aquí, — El pequeño murmuró, sollozando.

—Tienes un número de contacto, necesito notificarle, que...— Su voz se vió interrumpida con el llanto del niño, además de negar con su cabeza.