22. Un tonto enamorado

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Yuuji se preparo para recibir a Toji.

El deseo y las ansias por sentir al hombre en su interior, lo tenían jadeando, moliendo su trasero contra la polla del mayor.

Toji acariciaba su pezon izquierdo, mientras besaba y chupaba su cuello, decorándolo con marcas rojizas de amor.

Sin perder más tiempo, llevo su mano hasta la polla del hombre, para introducirla en su interior lentamente. Disfrutando de la sensación.

Ambos jadearon.

Yuuji apoyó sus manos en el pecho del mayor y comenzó a moverse, montándolo.

Podía ver el deseo reflejado en los ojos verdes de Toji, su mano apretaba su cadera posesivamente.

Gimió fuerte cuando sintió al hombre golpear su próstata, tras empujar sus caderas.

Empujes profundos, que lo tenían viendo estrellas y gimiendo el nombre del mayor.

— Estas tan apretado cariño, tomándome tan bien, —Mencionó el mayor, dejando salir un gruñido ronco.

El pelirosa subía y bajaba, introduciendo todo el miembro del hombre, gimiendo con cada golpe certero en su próstata.

La pelvis de Toji golpeando su carnoso trasero.

En la habitación que compartían, solo podía escucharse el golpeteo húmedo de sus pieles, sus respiraciones agitadas y los gemidos agudos de Yuuji.

—¡Mierda!, te siento tan profundo, —Gimió Yuuji, llevando su mano hasta su vientre. —Extrañaba tanto tú polla.

Sus piernas al igual que sus brazos temblaban, por lo que se recostó encima del hombre, buscando su boca, para besarlo.

Toji mordió su labio, causando que el chico jadeara, aprovechando la oportunidad para introducir su lengua, convirtiéndolo en su beso desordenado.

Estableció un ritmo brutal, penetrando al chico con empujes profundos, gruñendo al sentir que Yuuji lo apretaba.

—Si, si, si, joder Toji, — Gimió en la boca del hombre, chupando su labio y jalando su cabello.

Sin poder aguantar más el pelirosa de vino por segunda vez esa noche, manchando el abdomen del hombre, puesto que anteriormente se había venido trás una mamada que Toji le había realizado.

El hombre era un experto con sus dedos y su lengua.

— Voy a llenar tú agujero con mi semen, ¿Quieres eso bebé?, —Toji preguntó jadeando, besando el cuello del menor y otorgándole una fuerte estocada.

Lo escucho chillar, aferrándose a el.

Sabía que Yuuji se encontraba sensible debido a su orgasmo.

Llevo su mano hasta la nalga izquierda del chico, apretándola, causando que gimiera.

— Lléname, por favor, — Sollozo, mordiéndose el labio.

Toji sonrió y con uno, dos, tres empujes se vino en el interior del chico. Gimio al sentir sus cálidas paredes apretarlo deliciosamente.

Se quedaron recostados en la cama, regulando su agitada respiración. Sus cuerpos se encontraban sudorosos.

—Eso fue bueno, —Yuuji sonrió, la neblina del placer reflejada en su mirada.

Gimió cuando el hombre sacó su polla de su interior, sintiendo como el semen resbalaba por su trasero y muslos.

— Podríamos repetir en la ducha , — Susurro, para levantarse, sujetando al pelirosa del trasero, para encaminarse al baño.

Yuuji chillo, sujetándose de su cuello.

Toji era una bestia en la cama y quien era el para negarse.

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Después de esa noche apasionada, además de otra ronda por la mañana, puesto que el hombre no podía alejar la mano de su trasero.

Lo que termino con el boca abajo en la barra de desayuno, siendo follado por detrás, por un hambriento Toji .

Hambriento no precisamente por el omelette y el café, que el chico había preparado.

Hizo un puchero, mientras sus mejillas se coloreaban.

Le dolían las caderas y su cuello se encontraba todo marcado, por lo que tuvo que ponerse un suéter cuello de tortuga.

Agradecía que el clima era más frío.

Se apresuró para terminar de sacar la nueva mercadería de las cajas, que habían llegado a la librería.

A pesar de que ahora vivía con Toji, mantenía su trabajo de fines de semana, puesto que no quería dejar a la agradable anciana que le había dado ese trabajo, cuando más lo necesito.

Sabía que Megumi trabajaba como barista en starbucks

El fushiguro menor había recalcado que también quería tener algo de dinero propio y que el trabajo de medio tiempo le sentaba bien.

Notó un libro que de seguro sería de interés para su novio y lo apartó.

Le alegraba saber que poco a poco Toji recuperaba su confianza.

Una cálida sonrisa se formó en su rostro.

Las cosas estaban volviendo a la normalidad, al fin.

A pesar de que aún faltaban 3 meses para el cumpleaños del mayor, ya se encontraba pensando en los preparativos para ese día.

Debido a que no solo era su cumpleaños, sino que también la festividad de año nuevo.

Tendría que comentarlo con Gumi.

Un suspiro de alivio salió de su boca.

Nunca pensó que Megumi, los descubriría ni mucho menos que aceptaría la relación que tenía con su padre.

No era problema para el chico. Aunque no podía olvidar el golpe que le propinó cuando bromeó diciendo que era su nueva madrastra.

Hizo un puchero y aparto otro libro, pero esta vez para el, "anatomía artística", se leía en la portada.

Por otro lado, pudo retomar el ritmo de sus clases y el entrenamiento, pero los regaños por parte de su entrenador no faltaron.

Le había resultado muy difícil concentrarse en sus estudios y rendir en el entrenamiento, sabiendo que el amor de su vida casi había muerto.

El miedo de perder a Toji, sin olvidar el dolor y la frustración que sentía al verlo herido.

Las pesadillas fueron algo constante las primeras noches.

Distintos escenarios, pero todos concluían igual.

Perdía a Toji.

Dejo esos pensamientos de lado, para acomodar los nuevos libros en las estanterías de la tienda.

La librería cerraba a las 6.

Se reuniría con Nobara en el centro comercial, debido a que la chica quería ir a una nueva tienda de ropa que había sido inaugurada hace algunos días, insistiendo en las ofertas.

Tal vez aprovecharía para comprarse algo de ropa, solía acaparar las sudaderas de Toji, disfrutando el aroma del hombre y su perfume impregnado en las prendas.

Se sonrojó al escuchar la canción que sonaba en la tienda.

"Alto y amable, muy caliente de manejar"

Tal vez era muy cursi, pero no podía evitar suspirar enamorado, con cada canción de amor que escuchaba.

Cerró los ojos mientras la imagen de Toji venía a su mente. Sonriendo cantó parte de la letra.

Toji siempre ha sido tan amable con él.

Sin duda era: "un tonto enamorado"

Secret Love | TojiItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora