1. Maravilloso sueño o pesadilla

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El silencio y la tensión eran palpables en aquella sala, ambos se encontraban sentados en cada extremo de aquel viejo sofá.

Tras aquel encuentro, invitó al hombre a su  pequeño departamento, para tener una charla más privada y así evitar las miradas de los chismosos de sus vecinos.

Jugando con las mangas de su enorme suéter, evitaba con vergüenza la mirada del papá de Megumi.

—¿Y entonces chico?,— Toji le preguntó, su brazo descansaba en el respaldo del sillón.

—Esto, y-yo.

—¿Por qué estás tan nervioso?.

—Es que u-usted, — El hombre le intimidaba, causando que las palabras apenas salieran de su boca y que sus mejillas se tornaran muy rojas.

—Vamos, no me decias que estabas ansioso por montar mi polla?, — Toji, mencionó otorgándole una pequeña sonrisa traviesa.

—Pero, ¡eres el papá de Megumi!,—Yuuji grito, sonrojándose aún más.

—Que Megumi sea mi hijo me da igual,  —Le respondió, poniendo los ojos en blanco, sin otorgarle importancia al asunto.

—No se, sí sea correcto, — susurro inseguro, observando al mayor.

No podía negar que sentía demasiada atracción por aquel hombre, Toji era un sueño, a sus 40 años seguía teniendo aquel cuerpo tan detallado, músculos que ansiaba recorrer con la yema de sus dedos, un rostro varonil, ojos verdes que lo observaban con profundidad, una cicatriz en la boca que lo hacía lucir rudo y que tanto deseaba lamer.

"Dios, era tan guapo".

Mentiría al decir que no observaba al hombre cuando iba a casa de Megumi para estudiar, sonrojandose, cuando hablaban en la cocina, deseándole. Siempre supo que estaba mal, pero no podía dejar de sentirse atraído.

Se mordió el labio, al recordar aquellos mensajes.

Si bien al principio pensó, que sólo sería una charla casual por mensajería, aquellas conversaciones que tenían eran bastante subidas de tono, ansiando sexo y compartir la cama.

Se preguntó si el señor Fushiguro haría lo mismo con otras personas...

Se regaño internamente por ser tan cachondo, a su 20 años no había tenido ninguna experiencia sexual con nadie, solo se masturbaba.

Las pocas personas en las que tuvo una relación, casi habían llegado a tener sexo, pero él no se sentía a gusto, eso terminaba por molestarlos y él, mandandolos al diablo.

Suspiro, sintiéndose más inseguro, pues no era el chico más bonito y mucho menos el más inteligente.

La mayoría de las materias como matemáticas e Historia se le daban de manera fatal, recuerda pedirle ayuda a Megumi, terminando con extensas sesiones de estudio en la casa del pelinegro, ganándose más de algún golpe por distraerse.

Pero a pesar de sentirse un fracaso en los estudios, dibujar siempre le había gustado, destacando en ello, al igual que en los deportes.

Refugiarse en su libreta de dibujos, lo hacía sentir seguro, olvidándose de aquellas cosas, que en su vida, le preocupaban.

Gracias a una beca deportiva, es que podía estudiar en la Universidad y costear sus materiales con un trabajo de medio tiempo, que había conseguido en una librería.

Agradecería enormemente que aquel departamento fuera de su padre. Alquilar era demasiado costoso, no tenía a nadie y trataba de arreglárselas solo, para poder vivir.

Si bien su amigo, le mencionaba que podía contar con él, además de pedir ayuda si lo necesitaba, Yuuji no quería ser una carga para nadie.

Escucho una risa, provenir de aquel hombre, sacándolo de la burbuja mental en la que se encontraba, su voz le fascinaba, ese tono ronco.

—Estoy sorprendido de que seas tú, detrás de todos esos mensajes, pero para que sepas, me importa una mierda que seas el amiguito de Megumi,  —Toji le otorgó, una sonrisa burlona.

Yuuji trago duro, observando al hombre.

—E-entiendo, — Los nervios aún estaban presentes.

—¿Crees que nunca noté como me mirabas chico?, no negaré que me parecías bastante lindo, además tenías un buen culo, pero no me metería con un mocoso. — El mayor suspiro, pasando su mano por aquel sedoso cabello negro, que poseía.

Se sonrojo, volteando, evitando la mirada del hombre.

—Pero ya no eres un mocoso, ¿verdad, cariño?, — Su mirada no dejaba pasar, cada movimiento del chico a su lado.

Negó con la cabeza rápidamente. Se acercó al hombre, inhalando su perfume, disfrutado de la cercanía de su cuerpo.

Gimió cuando sintió los labios de Toji presionar contra los suyos, iniciando un beso bastante rudo y apasionado.

Podía saborear el sabor mentolado de la boca del hombre, por lo que tímidamente acarició su amplio pecho, sintiendo esas grandes manos que el mayor tenía, apretar sus muslos posesivamente.

Se aferró al hombre, mordiendo sus labios y lamiendo la cicatriz de su boca. Siempre se había preguntado, cómo la obtuvo.

Suspiro al sentir besos en su cuello, suaves caricias en su cuerpo, el nerviosismo volvió a inundar todo su ser, cuando su amplio suéter y la camiseta que portaba, fueron arrancados con rapidez.

Pero el deseo era mayor, por lo que se acercó al hombre para desabrocharle aquella camisa negra que portaba,  maravillandose con su pecho, abdominales marcados, un leve camino de vello púbico oscuro, que observó, el cual sabía, que lo llevaría hasta el paraíso.

Beso su pecho, lamiendo cada porción de piel libre, dejando un sutil rastro de saliva, hasta llegar a la enorme erección que se marcaba, prisionera en esos ajustados pantalones.

Rápidamente desabrochó el cinturón y aquel pantalón, para gemir al observar aquella polla que se encontraba totalmente dura.

—¿Te gusta lo que ves, chico?, — le preguntó, acariciando su mejilla, su mirada reflejaba lujuria.

—Mierda, sí,  —Se lamió los labios, fascinándose con la vista, estaba seguro de que aquello no entraría en el, era enorme.

No sabía si esto era un "maravilloso sueño o pesadilla" solo sabía que lo disfrutaría.

Secret Love | TojiItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora