Enfermería.

2.5K 271 58
                                    

En cuanto finalmente abrió los ojos, a pesar de haber querido con todas sus fuerzas minutos antes ver en donde estaba, sus ojos sólo podían mirarla a ella.

-Adrien, te desmayaste ¿Cómo te sientes?

Le preguntó la chica con suavidad, haciéndole el cabello hacia atrás por última vez, ganándose una sonrisa serena por parte del Agreste.

-Estoy bien, no te preocupes.

Dijo al mismo tiempo que sus ojos navegaron por la habitación, descubriendo que estaba en el salón en el que antes estaba la ojiazul discutiendo con el kwami. De la nada reaccionó y se percató que su cabeza estaba recostada en el regazo de la diseñadora, intentando reponerse rápidamente, pues no quería suponer una molestia. Ella inmediatamente se lo impidió.

-Espera, no tan rápido, te puedes volver a desmayar.

Le dijo Dupain tomando la chaqueta blanca del chico que yacía a un costado de ellos y quitando la suya para después hacerlas a ambas bolita y ponérsela a modo de almohada al Agreste, dejándole él un espacio para que ella también recostara su cabeza a su lado.

Ella aceptó y se acostó a su lado entrelazando sus dedos con los de él, mirando ambos al techo con calma.

-¿Qué te pasó? ¿Que te provocó eso?

Le preguntó en un suspiro a lo que Adrien supo que tenía que decirle la verdad si no quería provocar más problemas de los que ya tenía. Tenía que decirle que sabía que era Lady Bug, que él era Chat Noir, que sabía que no era pura de labios y que por favor lo besara.

-Descubrí algo que me puso demasiado feliz. Descubrí que t...

-¡Espera!

Interrumpió Marinette con una exclamación fuerte, al mismo tiempo que se levantaba de golpe y tiraba del brazo de su contrario.

-Tengo que llevarte con la doctora, necesitas un chequeo.

Él rubio se repuso solamente para tomar sus hombros e intentar calmarla.

-Marinette, claro que sí, vamos, pero antes tengo que decirte esto, descubrí que tu eres...

-¡Shhh! Cada segundo cuenta, déjame llevarte y luego me cuentas.

Le dijo jalandolo pero él se esforzó para no moverse.

-No, escucha, tengo que decírte...

Pero de la nada su delgado y blanco dedo índice se posó en sus labios, acercando su frente a la de él con suavidad.

-¿Que tal si tienes algo grave? Vamos con la doctora, no quiero que mueras. Porfavor.

Sus ojos reflejaban preocupación y él no pudo más que asentir y seguirla, cuidando como de costumbre no ser reconocidos.

Por supuesto que estaba muriendo ¡pero por besarla!
.
.
.

Sentada en una silla de la pequeña sala de espera de la enfermería, Marinette texteaba en su celular con Kagami mientras de fondo escuchaba al otro lado de la pared, la voz de la doctora haciéndole un interrogatorio extenso a cierto modelo, pues necesitaba completar la vacía ficha médica del rubio.

Para su extrañeza, una notificación del chismografo que contaba lo que le había pasado a Adrien, apareció. ¿Cómo rayos se había enterado el autor de lo sucedido si solo lo sabían tres personas aparte de ella misma? ¿Y si era el director? No, si él estuviese enterado del chismografo, el búho ya los hubiese salvado o algo por el estilo ¿Y si era la doctora? No, ella salía a las 3 de la tarde porque trabajaba en un hospital y el autor del chismografo había mencionado muchas veces que él solo trabajaba de noche y que su inspiración solo la encontraba en la escuela. Entonces ¿cómo rayos había llegado eso al chismografo si solo lo sabían ella, el director Damocles y la doctora?

-¿Como sigues Sabrina?

Preguntó la ojiazul al ver a la pelirroja pasar con algunas compresas en la nariz y texteando en su celular.

-Todo bien. La doctora me atendió.

Dijo y la ojiazul comenzó a conectar varios datos en los pocos segundos que la contraria había cruzado la puerta.

Probablemente la doctora le había comentado a Sabrina que se había retrasado con ella porque había estado atendiendo a un chico desmayado, el cual curiosamente era el que tenía todos los espectaculares parisinos tapizados con su cara y la pelirroja se lo contó a alguien más, ese sujeto a otra persona y ese mismo a otra, extendiendo el relato hasta llegar a oídos del autor del chismografo.

O que tal si... ¿Y si Sabrina era la autora?

Continuara...

Ya escribí hasta el epílogo de esta historia, ahora solo queda editar todo :)

Perdonen la ortografía pero estaba muriendo de sueño JAJSJJSJS

Pero boeno, ojalá les haya gustado.

En fin, disfruten.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pureza LabialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora