Plan

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Aún faltaba dos horas para el medio día y los jóvenes ya deseaban que llegara la tarde, sin embargo las clases tenían que pasar con normalidad y los equipos de química habían sido dados. Toda la clase se movilizaba con su pareja de trabajo y Marinette y Adrien no eran la excepción.

Con ligera pesadez la azabache se levantó y ocupó el lugar de Kim (pues le había tocado con Max) al mismo tiempo que miraba de reojo como Alya se movía donde Juleka, Adrien con Alix y Nino con Rose, escuchándose murmullos y chillidos de Lila y Chloe, quienes no querían trabajar con sus parejas.

La ojiazul saludó a Max y una sonrisa de oreja a oreja se mostró en su rostro al ver como el chico había terminado el trabajo en lo que la profesora explicaba las instrucciones.

Al terminar de copiar la ojiazul echó un vistazo de la página en lenguaje de programación que el chico corregía en lo que ella copiaba el ejercicio, pero cuando él la notó instantáneamente la cerró, diciendo que se trataba del videojuego que estaba desarrollando y del cual le había contado en su cita amistosa. Ella no entendía de eso, así que prefirió no preguntar más.

Inentencionadamente el tema del chismografo llegó a la plática y el moreno manifestó estar en contra de él, proponiendole así un plan que la azabache no dudó en aceptar, un plan para hacer que el chismografo dejara de tener atención en ella.

Sabrina y Nathaniel que iban terminando escucharon el plan y sin pensarlo se acercaron. Juleka, Alya, Mylen y Kim, hicieron lo mismo.
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Las clases normales habían acabado y en el área de casilleros Marinette dormitaba agotada sobre el regazo de Alya en los largos asientos, mientras Rose y Mylen le intentaban explicar por novena vez el sencillo plan a Kim.

En seguida Max, quien aparte de haber ido a buscar a Adrien había impreso unos papeles con una explicación para Kim, entró a la sala negando con la cabeza y apreciando como la azabache ocultaba una cara de decepción.

La puerta se abrió nuevamente y todos saludaron a Kagami quien iba entrado con su estoqueta de esgrima lista para tener su primera clase con Marinette, recogiendo los papeles de las instrucciones para sentarse a su lado.

-Bien, cada quien ponga su respectiva frase en el tablón.

Se escuchó decir de Max y todos asintieron, escribiendo y saliendo los mensajes con cinco segundos de diferencia cada uno. La cara de Kagami demostraba confusión, sin embargo prefirió no meterse.

No tardaron mucho, en cuanto Mark envió el último mensaje y la ojiazul les agradeció con el corazón, todos salieron a sus respectivas actividades quedando solos Max y Marcov en la gran habitación. Entonces el chico sacó su laptop y abrió placenteramente su aplicación en lenguaje de programación, sonriendo mientras Markov le señalaba errores.
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Adrien estaba en los vestidores de hombres esperando a que diera la hora de su clase mientras dormía un poco sobre los acolchados asientos aprovechando que estaba solo, sintiendo como un celular le era lanzado a la cara.

-Toma, ya me cansé de quitar las notificaciones.

Dijo y el rubio lo tomó con pesadez, no mirando los otros mensajes (de Marinette) pues 10 notificaciones recientes del chismografo los opacaban.

"Marinette ha besado a alguien, los vi pero no pude reconocer su rostro" Decía el mensaje de Max. "Un chico beso a Marinette, los vi de lejos"
Decía Juleka, "No estoy segura pero creo que era un chico de la clase de canto" comentó Mylen "No me lo creo, todos lo vimos" Comentaba Alya. "Si que era guapo" Escribió Sabrina. "Se dieron un abrazo" puso Iván. "Creo que tenía pelo negro" Dijo Nathaniel mientras más mensajes decían prácticamente lo mismo, que Marinette había besado a alguien. "Creo que es de los últimos grados" Complementó Mark.

El rubio respiró hondo y relajó su rostro. Eso no era razón para enojarse o ponerse triste. Marinette era libre, no podía olvidarlo.

Entonces con esfuerzo dio una sonrisa, decidido a llevar todo eso de la mejor manera posible y miró hacia la nada teniendo un rostro tan inexpresivo que incluso el de su padre se quedaba corto. Inhaló con suavidad y delicadamente tomó su estoqueta del suelo para después impactar y cortar el asiento en dos, mientras su rostro estaba tan calmado como si estuviera picando lechuga, prosiguiendo a clavar una y otra vez la fina estoqueta en los asientos, la cual lucía tan frágil como las alas de una mariposa.

Kagami que tras jugar con Marinette entró mareada y mirando doble por error al vestidor de hombres, se encontró con aquella escena, pegando inmediatamente la media vuelta con dirección a su lugar seguro.

Como Adrien decía, no era razón para enojarse.

-Yo lo pago.

Dijo Agreste al notar la presencia de su profesor de esgrima, el cual había pasado los últimos 5 minutos mirando todo en silencio.
Continuara...

Por supuesto que no era razón para enojarse 😀

Pero bueno, ojalá les haya gustado. Aprovechen que fue fin de semana y terminé mis pendientes. Tal vez actualice más seguido.

Duerman bien, tomen agua, desparacitense y no beban.

En fin, disfruten.

Pureza LabialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora