1:Primer día de clases

65 6 0
                                    

Sonó el despertador justo a la hora indicada, las 6:45, era el primer día de clase, y aunque no quisiera admitirlo, estaba muy nerviosa. No era mi primer día de clase ni mucho menos, pero era el primer día de el último en ese instituto y quería dejar lo mejor de mí.

Terminé de arreglarme en veinte minutos y bajé a desayunar, bajé hasta la cocina, donde estaba toda mi familia desayunando. Cada uno tenía su diferente cometido, mis padres y mi hermano mayor se iban a trabajar, y mi otro hermano iba hacia la universidad. Yo era la más pequeña y la que menos pintaba ahí. Les di los buenos días a todos, y tomé un vaso de zumo de naranja con dos tostadas para desayunar.

Cuando acabé, mi hermano mayor Noah, se ofreció a llevarme a la escuela. Esto no era raro, puesto que mi casa quedaba a media hora de la escuela, y mis padres era muy protectores conmigo, por lo que ni locos iban a dejarme irme sola en autobús y menos aún caminando.

El trayecto hacia el colegio fue muy divertido, la relación con mis hermanos era muy buena, aunque nos llevemos bastantes años, ellos siempre están ahí para mi aunque a veces sacan el tema de estudiar medicina, pero igual los quiero.

Entiendo que quieran que estudie medicina pero...

-Fea, ya hemos llegado- Dice mi hermano Noah interrumpiendo mis pensamientos.

-Gracias por traerme, estúpido- Le correspondí yo

Y después de ese encuentro tan común entre nosotros Noah se fue.

Nada más irse empecé a buscar a mis dos mejores amigos, fue bastante rápido encontrarlos, los dos estaban discutiendo en la entrada del colegio, estos dos son un caso, si no fuera por que no soportan ni cinco minutos solos, parecerían novios.

-Buenos días parejita- Dije alegre.

-¡No somos pareja!- Dijeron los dos al unísono.

- Lo que digáis, pero se os ve tan lindo juntos- Y nada más decir eso, empecé a correr como una loca por el instituto, puesto que me perseguían para matarme, pero aun así sus caras eran para hacerles una foto.

Mientras seguía corriendo, me encontré con mi profesor de castellano, por lo que tuve que rebajar la velocidad para que no me castigase.

Justo cuando ya estaba por llegar a la zona segura, es decir, el salón de actos, donde nos darían los horarios para el resto del curso, alguien apareció por mi flanco de visión, que no me dio tiempo a esquivar.

-Lo siento mucho- Dije apenada mirando hacia el suelo.

- ¿Qué lo sientes? - Dijo una voz masculina con tono de superioridad- Es lo menos que puedes decir cerdita- Añadió el riéndose, a lo que pude escuchar otras risas de los que imagino que serían sus amigos.

Levanté mi vita para responderle algo, pero me callé al ver que era Blake Reed, al chico al que no se le podía tocar en la escuela, y no porque tuviese mucha influencia, que también, sino porque si le tocabas un pelo, el grupo gigantesco de las chicas a la que utiliza, se encarga de joderte la vida. Que se lo digan a Melisa, mi mejor amiga, una vez se le ocurrió pegarle hace dos años cuando intentó humillarme y un grupo de chicas empezó a acosarla por internet, aunque Melisa las hizo callar, no sé cómo, pero lo consiguió.

-Te estoy hablando cerdita- me sacó de mis pensamientos.

-Disculpa, pero no se a quién hablas, pero mi nombre es Elena, y si me disculpas, llego tarde al salón de actos.

No iba a dejarme pasar eso ya lo intuía, pero en ese momento mis dos amigos llegaron por detrás, y en ese momento me alegré muchísimo de que Marck fuera el capitán del equipo de futbol del insti, porque eso significaba que nos dejarían pasar, ya que nadie se quiere enfrentar a él.

- No hemos acabado cerdita- Dijo él bajito.

Lo que él no sabía es que Marck le había escuchado.

-Perdón Reed, pero ¿Cómo has llamado a Elena? - Dijo el apretando la mandíbula-

- Na...nada- Dijo él asustado.

-Eso pensaba- Añadió Marck

Y como si no hubiera pasado nada entramos al salón de actos, pero en mi cabeza no paraba de rondar la palabra 'cerdita'. ¿Realmente parecía un cerdo?

No presté mucha atención a la charla de todos los años, simplemente al acabarla, recogí el horario de clase, y me dirigí a mi primera hora del día.

Era la última clase del día, Castellano, una de mis asignaturas favoritas, tomé asiento por la fila del medio y esperé a que llegase el profesor, ya que había llegado un par de minutos antes. Justo cuando me acomodé en mi sitio, vi a un chico sentado casi al final de la clase con unos auriculares puestos, y ya que estaba ahí aburrida, porque no ir al hablar con él.

-Hola- le saludé con la mano.

Él se quitó los auriculares

- ¿Me hablas a mí? - Dijo el sorprendido.

-Si, ¿A quien más voy a hablar? - Dije yo mostrándole la clase para que se diera cuenta de que solo estábamos él y yo- Soy Elena Carter- Dije con una sonrisa

- Yo Liam, y se quien eres, juegas en el equipo de baloncesto, una de las mejores aleras en años- Nada más dijo eso me sonrojé un poco, no estaba acostumbrada a recibir halagos.

-Gracias- Dije ya menos roja- Eres nuevo o algo así?, es la primera vez que te veo.

-No la verdad, llevo toda la vida aquí, pero es normal que no me conozcas, nunca habíamos coincidido en las clases, es más, me extraña estar en tu misma clase de Castellano, tu llevas un nivel alto y yo uno medio- Dijo él un poco apenado.

-A lo mejor es que los profesores te vieron potencial- dije yo sin más- Oye, ¿Porqué no te sientas conmigo?, no comparto esta clase con mis amigos, y no estaría mal tener una cara nueva de compañía- Le dije yo.

- Si por que no- Y se levantó de allí hasta donde estaban mis cosas.

Nos sentamos, y poco a poco fue llegando más gente, aunque esta me veía raro, y Liam, no paraba de repetir que esto no había sido una buena idea, no se a lo que se refería, pero no le hice mucho caso.

-Buenos Días alumnos- entró el profesor en la clase y todo el mundo dejó de murmurar. El profesor nos anunció que el compañero que tuviéramos al lado sería nuestro compañero para el resto del año, algo que no me desagradó ya que Liam parecía estar atento a lo que decía el profesor.

Cuando acabó la clase, escuché como algunas chicas hablaban sobre mí, pero no le di mucha importancia, solía escuchar muchas burlas hacia mi físico, ya que no era precisamente una barbie, pero ya estaba acostumbrada a escuchar mi nombre. Pero me sorprendió escuchar el nombre de Liam también.

-Oye Liam, te apetece comer conmigo y con mis amigos, como es primer día de clase hemos quedado cerca de aquí.

-Muchas gracias, Elena, pero tengo asuntos que hacer, pero a la próxima seguro.

Los dos salimos del instituto a la vez, y yo me dirigí hacia el lugar acordado.

Cuando llegué, ví a un Marck molesto, y a una melisa revisando como loca algo en el móvil, cuando me vio, me tomó del brazo y me dijo

- Cuéntame ya que hay entre Liam Reed y tú.

Me quedé atónita, ¿Acababa de decir Reed? ¿El mismo Reed que el de Black Reed?

Oh no, claro que no, esto era una confusión segura.

Dos Diamantes Sin PulirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora