10. Maldito Director

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Enserio estaba enfadada, nunca me habían castigado, ni siquiera me habían mandado a su oficina, y el maldito director me obligaba a quedarme hasta tarde.

Como no pensaba volver a esa clase, decidí buscar a mi entrenador para avisarle de que me habían castigado.

Al contárselo, el se enfadó tanto como yo, y casi se dirigía a la oficina del director hasta que le recordé lo que pasó cuando hizo lo mismo con una compañera del equipo.

Literalmente el director la castigó todo el año. Es un demonio.

Me despedí de mi entrenador y me fui a comer fuera del colegio, no pensaba quedarme en ese lugar en el que no me sentía nada segura, aunque por lo que me habían dicho mis hermanos, pronto tendría un acompañante conmigo.

Me dirigí a aquella cafetería del primer día a la que fui con Melisa y Marck, y me puse a leer un rato en el móvil mientras comía.

Al cabo de diez minutos, me llegó una llamada de Marck que dudé en contestar pero al final lo hice.

Sabía bien lo que me iba a decir.

-SE PUEDE SABER PORQUE YA NO VIENES CON MELISA Y CONMIGO, LLEVO DÍAS LLAMANDOTE, TENEMOS QUE PREPARAR EL CUMPLEAÑOS DE MELISA!!!! - Dijo el gritandome por el móvil.

-Marck, he estado muy liada estos días no te preocupes- No era del todo mentira lo que le decía- Mañana si quieres organizamos lo del cumpleaños.

-No me creo tu escusa Elena, pero lo dejaré pasar solo por esta vez- Me dijo Marck- Nos vemos en el entrenamiento. -Dijo él, ya que siempre íbamos juntos hacia los campos del insti.

-Marck, estoy castigada, no puedo ir, el estúpido del director me ha obligado a ir esta tarde con los castigados.

-¿Que has hecho Elena?- Preguntó él enfadado.

-Marck no he hecho nada es solo que...- No me dejó acabar cuando ya se puso a hecharme la bronca.

Y sin querer escucharlo, le corté la llamada, sabía que me traería consecuencias, pero no me apetecía escucharlo en ese momento.

Continúe leyendo hasta que se hicieron las cuatro de la tarde en la que pagué mi cuenta y me dirigí hasta el instituto.
Con suerte estaría yo sola y no tendría a nadie molesto conmigo.

Cruce las puertas del instituto y me dirigí hacia el aula de castigo. Saludé a algunos profesores que habían por el pasillo. Ya que a esa hora la mayoría se dirigian a impartir sus extraescolares.

Cuando llegué al aula, toque la puerta, y  no abrí hasta que el dire dijo adelante, y lo que vi me dejó pálida.

Liam estaba allí.

Enserio Jesucristo,¿ me odias?, ¿tienes algún problema conmigo?

De todas las personas que podrían haber estado castigadas tenía que ser Liam. Si es que parece un chiste.

-Tú que haces aquí? - Le pregunté señalándole con el dedo.

-Digamos que al no verte volver, supuse que te habían castigado, por lo que hice que el profesor me castigase a mi también- Dijo él con una sonrisa de autosuficiencia.

-Tú.....

-Señorita, ¿podría hacer el favor de sentarse? - Dijo él Director - Ya que es la hora, y aunque esperaba a otros alumnos, no pienso esperar más así que tendrán que estar aquí dos horas encerrados, si cuando vuelvo no hay nadie, jovencitos, tendrán un problema.

Dijo esto y se fue, no sin antes cerrar la puerta con llave.

- Al parecer vamos a estar tu y yo solos enana...- Dijo Liam.

-Antes muerta jirafa- Le contesté yo.

- Te recuerdo que tenemos que estar aquí dos horas y no hay forma de salir- Touche, la verdad es que tenía razón- además, tu y yo tenemos una conversación a mitad- Añadió él.

- No se de que me hablas, Liam- le dije yo.

-Elena, no te hagas la tonta, dime porque me evitas. - Dijo el con un cierto toque de enfado.

-Yo no te evito- Dije mirando al suelo

- Elena, llevo desde el jueves intentando acercarme a ti, el miércoles todo estaba perfecto y de repente el jueves, cada vez que intentaba  hablar contigo te ibas, te saludaba por los pasillos y ni me mirabas, y ya ni hablar de cuando intenté sentarme a comer a tu lado y te fuistes- Dijo Liam acercándose poco a poco, haciendo que yo retrocediera hasta llegar casi a la pared.

- No se de que hablas Liam, yo...

-Elena no me mientas!- Dijo el exaltado- te conozco muy bien Elena como para saber que cuando mientes arrugas la nariz, dime ya porque me evitas.

-No me conoces para nada, solo te conozco de hace dos semanas y ya has jodido mi vida. Primero con lo de instagram y ahora con lo de la amenaza!- Le grite yo enfadada.

Oh no, no no no no, mierda, lo jodi.

Nada más dije eso sentí como mi espalda chocaba contra la pared, no de forma brusca, más bien suave. Y al abrir los ojos, vi a un Liam enfadado pero a la vez preocupado.

-Lo primero de todo Elena, te conozco más de lo que crees- Dijo Liam acorralandome contra la pared- y lo siguiente es, ¿De que amenaza hablas Elena?- Me miró Liam preocupado.

- Y-o yo, no puedo decírtelo Liam- Le dije yo haciendo que mi corazón se estrujase.

-¿Cómo que no me lo puedes decir? Elena, o me lo dices o de aquí no sales, y me da igual que haya un terremoto, no sales.

- Pero Liam yo- No pude contener mis lágrimas y empecé a llorar.

No podía contárselo, además tenía que ver con él.

-Shhh, no llores peque, puedes contármelo- Dijo él abrazándome.

No se porque, no me lo puedo explicar, pero al sentir esa sensación de seguridad cuando Liam me abrazó, me hizo olvidarme de todo y tener la completa seguridad de que se lo podía contar.

- El miércoles....- Empecé a contárselo todo.

Liam parcia tranquilo hasta que le conté la parte de la amenaza. En ese momento vi sus ojos oscurecerse de la rabia y vi como su cara iba cambiando. Yo seguí contándole todo. Y cuando llegué al final me sorprendí.

Liam se acercó a mi y empezó a abrazarme y a decirme que todo saldría bien. A lo que yo corrspondi a su abrazo.

Pero repentinamente cambió de humor, me soltó, y golpeó una de las mesas que había en la sala.

-Elena, tienes alguna idea de quién es?- Me dijo el muy serio.

- Liam, podría ser tanta gente....- Le dije yo.

El simplemente, después de aquello empezó a teclear cosas en su móvil, lo que me confundió, y al no decirme nada después de un rato, decidí dejarlo estar, a lo mejor se había acordado de algo o yo que sé.

Así que saqué mis auriculares de la mochila y me puse a hacer la tarea.

Al  cabo de un rato, sentí como alguien me tocaba el hombro.

Liam, estaba de pie junto a mi, por lo que decidí quitarme los auriculares.

- No he descubierto quien es, creía que podría pero no ha sido así - Dijo el.

Yo simplemente le sonreí.

- Pero, Elena, no quiero que te alejes de mi- Dijo él.

-Liam yo...

- Te prometo que no te va a pasar nada, yo te protegeré, además, tu hermano va a contratar a alguien para cuidarte, estarás a salvo, pero por favor no te alejes de mi.

- Esta bien Liam, pero por favor, no hables con nadie sobre la amenaza, eres el único que lo sabe.

Al decirle eso, pude notar una cierta sonrisa en el rostro, pero no supe porqué era.

- Aún nos queda una hora de castigo- Dijo él- ¿Te apetece hacer algo juntos?.

- Si quieres podemos ver alguna serie - le dije yo.

-Bien, esta vez yo elijo y la serie será The Office...

Dos Diamantes Sin PulirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora