POV. Liam
Llegué hacia mitad del entrenamiento, joder, estaba muy nervioso, ¿Y si no quería volver a verme?, ¿Y si huía de mi por culpa de mi hermano?, no, no podía soportar esa idea, por lo que antes de entrar me puse la capucha de la sudadera que llevaba y me adentré sigilosamente en la cancha de baloncesto.
Justo cuando estaba por llegar a las gradas sentí la mirada de alguien viéndome fijamente, espero que no sea Elena. Ni siquiera me atreví a mirar, caminé hacia delante para sentarme en las gradas.
Después de ver por cinco minutos el partido de las chicas y de estar pendiente y además de fijarme en mi princesa, me llamó mi estúpido hermano.
-Hey, Bro!, he organizado una fiesta en casa, espero que no te moleste- Dijo entre risas.
-No claro que no me molesta que cientos de estúpido niñatos estén en casa habiendo miles de cosas, mientras que yo quiero dormir- Dije con sarcasmo.
-Va venga, además necesitas mejorar tu reputación hermanito, juntarte con la cerdita esa no te hace ningún bien- Dijo él con un tono burlón- ¿Qué te dije esta mañana sobre lo de ser más popular?
-Vete a la mierda Black, organiza tu puta fiesta pero yo no pienso ir a casa, así que ni me esperes.
-Espero que venga la cerdita esa para reírme un rato de ella- Dijo el imbécil de mi hermano.
-Que te jodan- Y le colgué.
No podía estar más enfadado, como se atrevía Black a hablar así de Elena, quería meterle tal paliza y que estuviese una semana en el hospital o aún mejor, mandarlo asesinar, sí, esa era aún mejor.
Pero todo el enfado se me fue pasando mientras que veía como jugaban. Y ya para el colmo de mi felicidad, en el último momento, Elena tiró un tiro desde medio campo y marcó. No pude contenerme las ganas y empecé a gritar como loco, ella realmente era muy buena.
Después de esperar a que todas sus compañeras se fueran, me acerqué a Elena, que por lo que veía, había decidido quedarse practicando un poco más.
- ¿Tú no te vas a la fiesta de mi hermano? - Le dije pasándole su rebote y esperando con todo mi corazón que dijese que no.
-No sé porque, pero no me apetece mucho ir- Dijo ella riéndose. Aquella risa creo que me derritió en se momento y me dejo alucinado.
-Estoy sorprendido- Le dije.
- ¿Por qué?, ¿Tan mal juego? - Preguntó ella haciéndose la ofendida.
-No es eso, y lo sabes, es porque no me has gritado cuando me has visto, por que no me dirás que no lo habrás visto...- Espera, ¿Y si no lo había visto?, ella no tenía Instagram, cabía esa posibilidad, pero iba a comer con sus amigos, ellos se lo hubieran dicho, sobre todo Marck...
- Si lo he visto- Dijo ella mucho más seria, joder la había cagado, me iba a gritar, mandarme a la mierda y no querer volver a verme nunca- Pero tu no has hecho nada, al que debería de mandar asesinar es al imbécil de tu hermano- Añadió ella.
En ese momento respiré lo más profundo que pude y se me dibujó una sonrisa, no estaba enfadad conmigo, por lo que seguí con lo que me había dicho.
-Veo que coincidimos ya en dos cosas- Dije yo riéndome, refiriéndome a lo de matar a mi hermano, esta chica parecía leerme la mente. Ella pareció pillarlo, ya que comenzó a reírse.
-¿Cuál es la segunda?- dijo ella.
-Esto- agarré la pelota de baloncesto, y me dirigí hacia casi en medio del campo y tiré un tiro muy seguro de mi mismo, y la enceté limpia.
-Veo que el señor Liam Reed esconde muchas cosas- En mi interior sentí alegría y preocupación, alegre porque le había sacado una sonrisa; preocupado por que había dicho mi apellido, y ese era un dato que yo no le había dado, aunque rápidamente hilé los hilos y comencé ha hablar rápido y apenado.
-Siento por no haberte dicho quién era, por mi culpa te has metido en un lio- Le dije.
-No te disculpes, yo tampoco pregunté, ya ahora que lo sé, me alegro de no haberlo sabido, si lo hubiera sabido no me hubiera acercado a hablarte ni loca- Auch, eso dolió, pero bueno, al menos en ese momento se acercó y ahora no me odia.
Después de aquella dolorosa frase, empezamos a jugar baloncesto los dos juntos, ¿Podría haberme salido más perfecto este día? Poco a poco vi como su cara de sorpresa aumentaba al verme jugar baloncesto.
-Señorita Carter, no me esperaba que no conociese al capitán del equipo masculino de baloncesto- Le dije al oído.
Vi como en su boca se formó una o, ya que ella creía que acababa de descubrir su pequeño secreto, que solo va a los partidos de sus amigos, pero yo eso ya lo sabía, siempre esperaba con ansias que viniera a verme jugar algún partido, pero eso nunca llegó a pasar.
Después de un largo partido, tuve que admitir de que ella era un poco, pero solo un poco mejor que yo.
Ella se fue a duchar a los vestuarios, y yo hice lo mismo, ya que tenía ropa guardada en el casillero.
Mientras me duchaba se me ocurrió una gran locura.
Cerré la ducha me cambié y justo encontré a Elena a punto de salir de allí, y me dispuse a llevar a cabo la locura de mi vida.
-Esto Elena, se que te va a parecer raro, pero ¿Puedo dormir en tu casa?- Vi como estaba en estado de Shock, la había asustado, pero no pensaba echarme atrás- No me apetece estar hoy en mi casa rodeado de gente bebiendo, vomitando y otras cosas más- Dije un poco avergonzado, ya que aquel no era el motivo, uno, quería asegurarme de que no fuera a aquella fiesta, dos, le había dicho a mi hermano que no iba a ir a casa, y podía perfectamente quedarme en la casa de mis abuelos, a quien no les importaría, pero por arriesgarme no va a pasar nada.
-Claro, vente, no hay problema- Me dijo con una sonrisa.
En ese momento quién se sorprendió soy yo, ¿Acababa de decirme que si?
-¿Es enserio?- Le pregunté dudoso de que cambiara su respuesta.
-Pues claro, mis padres no estarán casa, puesto que sus trabajos siempre los mantienen ocupados, y mis hermanos hoy no llegarán hasta tarde, además, mis padres siempre dicen que hay que echar una mano a quien lo necesite, y veo que tu lo necesitas- Dijo ella riéndose.
En ese momento mi cabeza desconectó de la tierra, acababa de decirme que sí, ELENA iba a dejarme estar en SU casa, esto debería de ser un sueño. Me pellizque el hombro sin que ella se diera cuenta para asegurarme de que era la vida real, y al ver que no pasaba nada, mi corazón saltó de alegría. Nota mental, agradecer a los padres de Elena por sus enseñanzas. Y al mismo tiempo me auto respondí a la pregunta de hace un rato, el día si que podía mejorar aún más.
-Solo una duda, dime que tienes un medio de transporte- Dijo ella, esperando a que dijera que sí.
-Sí, si que lo tengo, está ahí- Dije señalándole hacia la moto con la que había venido esta, mañana.
Al girarse hacia ella, pude ver en su cara un poco de miedo, ya que su cara se palideció.
-Júrame que sabes conducirla muy bien- Dijo ella super nerviosa.
-Te lo juro- Dije riéndome de lo linda que se veía asustada.
Me monté en la moto, y esperé hasta que estuviera completamente segura y a salvo para arrancar la moto, pro antes de comenzar el camino ella preguntó,
-¿Cuántas sorpresas esconde el genial Liam Reed?
-Muchas- Dije yo riéndome y empezando a mover la moto.
Mientras conducía iba pensando en que realmente Elena no tenía ni idea de las sorpresas que yo escondía, bueno y para que negarlo, también iba feliz de que me hubiera llamado genial.
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Dos Diamantes Sin Pulir
Novela JuvenilEra el último curso para Elena, todo parecía tranquilo,bueno más bien como otros años, nada diferente. Para Liam, era todo lo contario, su único objetivo era cambiarlo todo. Que pasaría si al inicio de curso, una simple confusión de nombres los pusi...