17. Uno más a mi vida

21 3 0
                                    

Ya habían pasado dos semanas desde el incidente en casa de Marck, por primera vez volvía a sentir la normalidad de estar en clase, si con normalidad nos referimos a tener a Marck y Liam TODO el rato pegados.

Aunque esto se acabaría hoy, puesto que por fin llega mi señor guardaespaldas, me hacia menos gracia que llevar a esos dos detrás, porque además de tener que estar vigilandome, era un desconocido. Pero bueno al menos estaría segura.

- Despierta Elena!- Gritó mi hermano Noah- Está aquí tu guardaespaldas!

-YA VOY!- Grité desde mi cuarto.

Me fui a la ducha corriendo, arreglé mis rizos, me puse la ropa que elegí ayer, y salí corriendo.

- Vaya, nuevo récord, diez minutos, no me lo esperaba, creía que tardarías una hora- Dijo Aiden entre risas.

- Idiota- Dije sacándole el dedo con una sonrisa falsisima.

-Elena!- Gritó mi padre desde la cocina.

Oh, que bien, estaban aquí, nótese el sarcasmo, seguro que era para dar una buena impresión al guardaespaldas, aunque teniendo en cuenta que tendría que convivir conmigo, pronto se daría cuenta de que nunca están en casa.

-Ten más educación, además tenemos invitados- Dijo mi madre irritada, intentando ocultarlo, pero no se le da bien mentir.

-Dusculpe, es que mi hermano es un completo....- Dije girandome poco a poco hacia donde sentía una figura que no reconocía.

Cuando le iba a decir la última palabra me quedé impactada.

Era un chico un par de años mayor que yo, que lo que más destacaba en el era su cuello y brazo, ya que estaban repletos de tatuajes, y que quede claro, adoro los tatuajes, aunque no en mí.

- Dios- Dijo mi hermano acabando mi frase, riéndose.

-En realidad iba a decir capullo- me giré un mili segundo, para volver a dirigir mi mirada hacia el guardaespaldas.

- Perdona, es que me saca de quicio- Le dije con una sonrisa- Soy Elena- Dije extendiendole la mano.

- Daven- Dijo él correspondiéndome el apretón.

- Ya tienes toda la información de lo que tienes que hacer- Dijo mi madre- Tú habitación es la de al lado de Elena, aunque ahora llega tarde al colegio así que después del mismo, te podrás instalar, y no te preocupes que ya está hablado con dirección y podrás entrar a clase sin problema- acabó mi madre con su tono autoritario.

-De acuerdo Señorita García- Dijo él muy serio.

Se acercó poco a poco a mi y me dijo muy bajito.

-Vámonos, no creo que quieras seguir soportando a tu madre- y se alejó sonriendo.

- Adiós bobos, mamá, papá- Les dije a los dos inclinando un poco mi cuerpo hacia allí.

Salí de aquella casa más feliz que una perdiz, me había ganado la lotería con mi guardaespaldas.

- Porque necesitas tú un guardaespaldas? - Dijo Daven riéndose.

-Digamos que fuera de mi casa soy muy diferente y no tengo tantas agallas- Dije un poco avergonzada- Solo con mis hermanos y mis amigos más cercanos soy así.

-Pues conmigo se así también, me gusta que saques las garras- Dijo él guiándome un ojo.

-No te pases Daven, que no nos conocemos tanto- Le dije riéndome.

De hablar con Daven, no me di cuenta de hacia donde se dirigía. Una moto, una maldita moto, enserio no podía ser otra cosa. Dios me odia.

Me subí de nuevo a la máquina del infierno, algo que solo hacía cuando iba con Liam, y me pareció extraño montarme en una moto que no fuera la suya.

Cuando me senté en ella Daven me pidió que me agarraderas fuerte a él y eso hice, no quería que me pasas nada, pero al hacerlo no era la misma sensación que con Liam, no sentía absolutamente nada, sin duda tenía que hablar esto con alguien, o con Melissa o Moira, porque no lo entiendo.

Después de la media hora de viaje, al fin  llegamos al colegio, y oh por favor esto parecía un deja vu, la gente mirándonos como si fuéramos verdes.

- Eh! Volved a vuestras cosas! -Gritó una voz muy conocida para mí.

-Gracias Marck- Le dije con una sonrisa.

-Quien es este tío- Dijo Marck muy serio.

- Daven, futuro esposo de esta bella dama- Dijo el cogiendome la mano para darme un beso en la misma.

-Disculpa!?- Dijo Marck más cabreado.

- Enserio, deberías de ver tu cara- Dijo Daven riéndose- soy su guardaespaldas, no te pongas celoso, o tal vez sí?- volvió a reírse.

- No tiene gracia- Dijo Marck muy serio.

-Si que la tiene- Le dije yo riéndome- solo debias de haber visto tu cara.

- Y este payaso  va a ser tu guardaespaldas? - Preguntó Marck con tono de seguridad.

En poco segundos Daven había neutralizado a Marck con una llave y lo tenía estampado contra el piso.

-Seré un "payaso" como tu dices, pero mi trabajo se hacerlo, y si quiero te noqueo en tres segundos, así que no pongas en duda mis capacidades chaval- Dijo Daven muy serio.

-Esto si que es lo mejor del mundo- Añadió una voz que se iba acercando poco a poco- Marck en el suelo- y tú aquí tan hermosa como siempre sin él- Añadió Liam en mi oído susurrandome.

Me puse roja como un tomate, menos mal que el poco moreno de mi piel que hace que no se note.

-Imagino que eres el guardaespaldas de Elena- Dijo Liam con una sonrisa- encantado soy Liam- Dijo extendiendole la mano.

- Daven- Dijo con la misma cara que Liam.

-Si ahora ya que todos nos conocemos, a vuestra clase- Dijo Isabel, la amargada, por detrás de nosotros.

Enseguida nos fuimos de allí, a ver quien soportaba a esa loca.

Las primeras horas de clase pasaron volando, la compañía de Daven no era desagradable, más bien parecia no existir, si no fuera que las chicas de mi clase se lo comían con los ojos.

Para mi gusto, si me gustaría sus tatuajes pero no es que me resultase atractivo, era guapo, pero no para mí.

Claro por qué para ti solo existe Liam

Calllate conciencia, además que no es verdad o eso creo.

Al fin llego la hora de la comida y por primera vez, tenía demasiadas ganas de comer, por primera vez en mucho tiempo, me estaba muriendo de hambre.

Salí corriendo hacia la cafetería, me daba igual chocarme con quien fuese, pero pude llegar a mi destino, y cuando cogí mi bandeja para servirme sentí que me agarraba el brazo.

-Elena, tienes que esperarme, soy tu guardaespaldas, y si te pasa algo y yo no estoy? - Dijo él en tono de reprimenda.

-Lo siento- Dije yo agachando la cabeza.

-No apaches la cabeza Elena- Dijo el agarrandome del mentón.- Ahora vamos a sentarnos, creo que hemos dado el suficiente espectáculo por hoy- Dijo él mirándome hacia alrededor.

Mierda, es verdad el comedor estaba lleno, y la mayoría de personas estaba mirándonos. Que no tenían nada mejor que hacer?

Cuando acabaron de servirnos, me senté en la mesa con mis amigos, que habían presenciado toda esa escena.

Melissa me miraba con una cara pícara mientras que Marck y Liam por primera vez, tenían la misma cara, y que no supe descifrar.

Puse mis cosas al lado de Liam, y Daven, al lado de Melissa.

- Habéis dado un buen espectáculo- Dijo Melissa levantando las cejas repetidamente.

- Un gran espectáculo- Añadió Daven sonriendome.

En ese momento sentí que una mano se posaba sobre la mía, y la cogía con cariño pero a la vez con posesividad, algo que me sorprendió demasiado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 07, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dos Diamantes Sin PulirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora