Por fin habíamos llegado a mi casa, después de varios contratiempos de que Liam no conocía bien mi dirección, llegamos sanos y salvos.
Saqué las llaves de la mochila y abrí la puerta de mi casa.
- ¡Por fin en casa! - Exclamé al pisar el suelo de mi casa.
- ¿Tan mal conduzco? - Dijo él haciéndose el ofendido.
- Si- Le respondí yo riéndome.
-Bueno, doña quejas, ¿Dónde voy a dormir? - Preguntó él
En ese momento mi maravilloso cerebro cayó en una cosa, ¿Dónde iba a dormir Liam?, ay no, se me había olvidado esa parte, ya que en el salón no podría dormir porque si mis hermanos llegan y lo ven ahí lo mataran, y en la habitación de mis padres no podía dormir, así que solo quedaba una opción.
-Bueno, espero que no te importe mucho, pero tendrá que ser en mi habitación- Dije un poco avergonzada- Se me había olvidado esa parte cuando te dije que sí.
-Si es un problema que me queda me iré, no te...- Empezó a decir él.
-No te preocupes, te puedes quedar, para mi no es un problema enserio- Vale sí, estaba mintiendo, pero es que me sabía mal, al chico se le notaba que no quería estar en su casa.
-Muchas gracias, de verdad- Dijo él con un brillo en los ojos.
Subí a mi habitación, mientras vi que Liam husmeaba en la casa, inflé un colchón hinchable y lo arreglé para él, al paso de un rato Liam subió hasta la habitación.
-Wao, es preciosa- Dijo él
-Gracias- Respondí yo un poco avergonzada.
La gente no solía venir a mi casa, solo Melisa y Marck, era algo raro para mi traer a alguien a casa que no fueran esos dos.
-Bueno, te he dejado las mantas encima de la cama- Le dije cuando salí del trance.
-Gracia- Solo dijo eso más.
La verdad es que el ambiente era muy incómodo, es decir, nos conocíamos realmente hace horas, y él estaba ahora mismo en mi casa. Sin duda, esta era una de las mayores locuras que se me habían ocurrido.
-¿Te apetece cenar algo?- le pregunté para romper el hielo.
- Si por que no- Continuó diciendo él- Es más, te voy a hacer la cena, es llo que menos puedo hacer.
-No hace falta que lo hagas, no te preocupes.
-En serio, necesito hacer algo, o si no me sentiré como una molestia- Dijo él muy serio.
-Pues entonces no me opongo- Dije yo levantando las manos en señal de rendición.
Liam no me dejó bajar a ayudarle, de vez en cuando subía a preguntarme donde estaban las cosas, enserio que este chico es único, es la primera vez que pisa mi casa y se ha puesto a cocinar sin siquiera dejarme mover un dedo.
-Ya puedes bajar- Gritó él desde mi cocina.
Cuando bajé, me encontré a Liam en la cocina, con todo preparado para cenar, y me fijé en que había dejado la cocina igual que estaba.
-Espero que no te moleste que haya hecho la cena- Dijo él un poco vergonzoso.
-Si realmente sabe igual que se ve, te invito a mi casa cuando quieras- Dije al admirar la magnifica obra culinaria que estaba enfrente de mí.
Al acabarme el plato quedé impresionada, realmente estaba muy bueno.
-Señor Liam Reed, no se de donde has salido- Dije yo asombrada.
El simplemente sonrió, y ahí me di cuenta de los lindos hoyuelos que tenía cuando sonreía, eran hermosos.
- ¿Elena, tienes novio? - Preguntó él como si nada.
Me atraganté con el agua que estaba bebiendo.
-Em, no creo que eso sea relevante- dije yo un poco avergonzada.
La verdad es que esa pregunta siempre me creaba incomodidad, nunca había tenido novio, ni un lio, nada, ni siquiera había dado mi primer beso. Jamás había llegado ese chico, simplemente, aunque se hubiera dado alguna que otra posibilidad, no veía nunca el momento adecuado.
- ¿Y tú, señor perfecto? - Él se río con mi mote.
-La verdad es que no, las chicas nunca se me acercan por mí, sino por mi maravilloso hermano, nótese el sarcasmo- Dijo él un poco triste, como si se hubiera acordado de algo.
- Pues hay que ser muy estúpidas- Le dije yo sin tapujos- Eres genial, eres un gran chico, juegas baloncesto, cocinas, vas en moto y eres muy guapo- Lo último no lo dije, lo pensé decir, pero no me atreví.
Él se sonrojó un poco cuando le dije todo aquello, pero enseguida su cara pasó a ser más neutra.
-Las demás personas solo se fijan en mi hermano, él sí que es míster perfecto a los ojos de resto, yo solo soy un estorbo para él y para mis padres- Añadió el enfadándose un poco con cada palabra.
-Pues ya tienes a una persona que no piensa eso- Dije levantando la mano.
El empezó a reírse, algo que no entendí muy bien, pero pronto paró.
Seguimos hablando un poco de nosotros, la verdad es que era muy agradable charlar con Liam, aparte de con Marck y melisa, no había tenido esta conexión con nadie más.
- ¿Te apetece ver una serie? - Le pregunté.
-Si, porque no. ¿Tienes mentes criminales? - Dijo él con un brillo en los ojos.
-Ay no, no me digas que te gusta esa serie- Dije yo
- Bueno la verdad...- Empezó a decir él
- PERFECTO, porque yo AMO esa serie- le dije yo riéndome, al ver su cara de relajación cuando le dije que me gustaba.
Vimos un par de episodios, y estuvimos comentando cada parte de los casos hasta que se hizo muy de noche y nos fuimos a la habitación.
Al despertar, me encontré a un montón de gente rodeándome, riéndose e insultándome, y en medio estaba Liam, siendo el que más se burlaba de mí.
- ¿Enserio creías que era bueno, cerdita?, eres una estúpida- Y siguió riéndose- Soy un Reed.
Todo el mundo siguió riéndose de mí, y yo salí corriendo de la habitación, sin fijarme por donde caminaba, tropecé y caí rodando por las escaleras. Allí de fondo pude escuchar a alguien llamándome...
-Elena despierta, despierta vamos- Sentí como alguien me balanceaba.
Me levanté de golpe y empecé a llorar, Liam que estaba a mi lado intentó abrazarme, pero yo no le dejé.
- ¿Crees que después de burlarte de mí, te voy a dejar tocarme? - le grité yo llorando.
-Elena, no se que hablas. Estabas en la cama gritando y llorando cuando me desperté e intenté despertarte, pero en ningún momento me he burlado de ti- Dijo él muy serio.
Y ahí me di cuenta, todo había sido una pesadilla, me calme un poco, pero las lágrimas seguían corriendo por mis mejillas, entonces me volvía sentar en la cama, y Liam sin dudarlo, aunque yo me resistí, me abrazó, y se sintió tan calmante, que poco a poco dejé de llorar. Y sin darme cuenta caí rendida.
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Dos Diamantes Sin Pulir
Teen FictionEra el último curso para Elena, todo parecía tranquilo,bueno más bien como otros años, nada diferente. Para Liam, era todo lo contario, su único objetivo era cambiarlo todo. Que pasaría si al inicio de curso, una simple confusión de nombres los pusi...