9.Que pasó el Miércoles

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POV. ELENA

Joder, joder, joder, ahora yo que hacia, estaba claro que Liam no se iba a mover de ahí, era demasiado orgulloso como para hacerlo. Piensa Elena piensa.

Mierda, es verdad, daba igual si le hiciera moverse o no, era mi compañero en la asignatura, si o si tendría que estar conmigo. Y pensar que todo esto ha pasado desde el Miércoles...

Acababa de salir del gimnasio demasiado nerviosa, y estaba esperando a que llegase mi hermano, ya que aunque me hubiera dicho que estaba en la puerta, los dos sabíamos que eso no era verdad, por lo que pacientemente decidí esperar con música en mis oídos.

Después de dos canciones vi llegar al coche de mi hermano, por lo que me quité los auriculares que siempre llevaba en la mochila, y abrí la puerta del coche.

- Hola fea, que tal tu día?

-Bien hasta que he visto tu cara- le dije con sarcasmo a mi hermano.

Después de ese inicio de conversación no hubo más charla, ya que nos la pasamos cantando todo el trayecto a casa las canciones que ponían en HitFM.

Cuando llegué a casa lo primero que fui a hacer era la tarea, no me apetecía quedarme hasta las tres de la mañana haciendo la dichosa tarea de mates.

Cuando paso al rededor de una hora y media, ya había acabado la tarea y cogí el móvil que siempre dejaba en un cajón cuando me ponía con las cosas del colegio, ya que si no nunca acababa con los deberes.

Nada más cogí el moví, vi que un número que no tenia agregado me había enviado un mensaje, por lo que supuse que sería algún alumno del colegio pidiéndome algo, como era de costumbre; por lo que lo abrí el mensaje revisando toda la información que tenía mi cerebro.

Pero lo que vi me dejó helada, me quedé más blanca que un fantasma y bajé corriendo a buscar a mi hermano Noah, que era el que estaba en casa, y nada más ver lo que yo, cogió el coche y nos fuimos directos a la Guardia Civil.

Parecerá exagerado, que podría ser tan malo como para ir a la policía?, pues bueno, lo que me había llegado al móvil, no era una petición de que les ayudase con alguna tarea del colegio, sino una amenaza de muerte.

En el mensaje ponía esto:

"No vuelvas a acercarte a Liam, ni siquiera lo mires o estés con él, sino iré a tu puta clase y te partiré el cráneo en dos y utilizaré tu cabeza como cenicero con este cuchillo "

Y adjuntava una imagen del cuchillo.

Esto para muchas personas podría parecer una broma, pero para mí no lo era, es decir, estaban poniendo en riesgo mi vida, me estaban amenazando en mi propio colegio, donde se supone qur debo de estar protegida de estas cosas.

Nada más llegar al cuartel y enseñarle el mensaje al policía nos atendieron rápido y al ser un número de teléfono pronto descubrieron quien era el dueño. Pero el problema era que el teléfono era uno de prepago, por lo que su dueño no era nadie.

Los policías en ese momento no podían hacer mucho más, por lo que me mandaron a casa, diciéndome que tuviese cuidado con las personas que rondasen fuera de casa y con las personas del instituto.

La cara de mi hermano al escuchar eso era de querele partir la cara al policía, pero el sabía que el no podia hacer nada más. Por lo que hecho una furia salió de allí agarrándome de la mano.

-Noah para, me estás haciendo daño!- Le dije con lágrimas en los ojos.

Mi hermano, al verme así soltó rápido su agarré y me dio un fuerte abrazo.
Era lo único que podía hacer en ese momento, porque yo estaba devastada.

Ninguno dijo nada cuando nos subimos al coche.

Cuando llegamos a casa, Noah llamó a mis padres y les contó lo sucedido, y estando apunto de acabar Noah empezó a gritarles.

-POR UNA VEZ EN LA VIDA PUEDEN DEJAR DE PENSAR EN USTEDES Y CENTRARSE EN SUS HIJOS!!!

Se escuchaba a mis padres hablar por el móvil.

-ESA ES VUESTRA SOLUCIÓN, AVISAR AL INSTITUTO!?!?!, DE VERDAD?!?!.

-Vayanse a la mierda- y les colgó.

No hizo falta preguntar nada, conocía a mis padres a la perfección y aunque los quería, estas cosas solían siempre tomárselas a broma.

Mi hermano me miró y lo único que salió de su boca fue un lo siento.

En ese momento subí corriendo a mi cuarto, me aseguré de que todas las ventanas estuvieran cerradas, y cerré mi puerta.

Y me puse a llorar.

A la mañana siguiente cuando desperté,  tenía los ojos hinchados de haberme dormido llorando.

Con un poco de corrector pude arreglarlo un poco, me puse ropa cómoda y aliste todo para el colegio, ya que había una norma clara en mi familia. A menos de que estés enfermo o se haya muerto alguien, vas al colegio.

Para mis padres no había escusa válida.

Cuando baje, como no, mis padres ya se habían ido, pero mis hermanos si que estaban ahí.

-Enana, desayuna algo y te llevamos al colegio- Dijo mi hermano Aiden.

Llegué a la cocina y me tomé un vaso de agua, no tenía ganas de comer nada más, era realmente un matojo de nervios.

Por lo que salí de la cocina y les hice una señal a mi hermanos para que me llevaran.

El trayecto en coche fue muy silencioso, ninguno dijo nada, ni siquiera se puso la radio. Pero cuando estábamos a unos cuantos metros del colegio, mi hermano Aiden comenzó a hablar

-Elena, esto que ha pasado no se lo cuentes nadie, ni a Melisa, ni a Marck- Dijo mi hermano muy serio.

- No sabemos quién está implicado en esto, por lo que se precavida- añadió mi hermano Noah.

- De momento estás tú sola, pero pronto llevarás a alguien para tu seguridad, solo tenemos que encontrar al indicado - Dijo mi hermano Aiden.

En ese momento agradecí por tener a los hermanos que tengo.

Me bajé con miedo del coche, y después de despedirme de ellos me fui hacia el instituto.

Iba temblando por los pasillos durante toda esa semana y evitaba a toda costa a Liam, no quería ni verlo.

Y todo marchaba bien hasta ahora.
Maldita clase de Castellano.

No podia más, necesitaba salir de ahí.
¿Y si la persona de la amenaza estaba en clase? ¿ Y si alguien hacia una foto y la publicaba?

Mi cabeza daba mil vueltas en todos los escenarios posibles hasta que siento una mano en mi hombro.

- Elena, estás bien? - Me dice Liam con un tono de preocupación.

-NO ME TOQUES!- Le dije gritando.

- Señorita, fuera de mi clase por favor - Dijo el profesor Andrés enfadado- No tolero que me interrumpan cuando estoy explicando, vaya con el director.

Sin oponer nada salí corriendo de allí, tendría que darle las gracias al profesor por sacarme del aula.

Y me dirigí hacia el director, que al contarle lo que había sucedido me castigo a quedarme por la tarde.

Algo muy injusto a mi parecer.

Dos Diamantes Sin PulirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora